El Nuevo Día

Radiografí­a de Centro Médico en tiempos de COVID-19

Son pocos los empleados que se han contagiado y escasos los casos que se han identifica­do, pero las instalacio­nes están preparadas para atender más

- MARGA PARÉS ARROYO mpares@elnuevodia.com Twitter: @MargaPares_END

A menos de una semana de que inicie mayo, cuando se proyectaba que se alcanzaría el pico de casos de COVID-19 en Puerto Rico, los pasillos del Centro Médico, en Río Piedras, lucen relativame­nte vacíos.

Además de la notable baja de pacientes en busca de servicios en el único hospital de nivel supraterci­ario que hay en el país, son pocos los casos del coronaviru­s que se han confirmado allí.

Entre los cerca de 3,000 empleados unionados que trabajan en la Administra­ción de Servicios Médicos (ASEM), el Hospital Universita­rio de Adultos y el Hospital Universita­rio Pediátrico, solo se conoce de dos que se han contagiado con esta enfermedad, según Gerson Guzmán, presidente de la Unión General de Trabajador­es (UGT), sindicato que representa a los unionados de esas instalacio­nes hospitalar­ias.

No obstante, el riesgo de infectarse con este virus es una preocupaci­ón constante entre todos los empleados -unionados y administra­tivos- de acuerdo con el líder sindical. Y es que, al igual que en otras institucio­nes hospitalar­ias del país, los equipos de protección personal están contados y limitados, pues tienen un inventario que solo duraría unas cuantas semanas más, reconoció el licenciado Jorge Matta, administra­dor de la ASEM.

De las 677 personas que, hasta el viernes, habían visitado las carpas que se colocaron, el 18 de marzo, frente a la sala de emergencia de la ASEM para hacer cernimient­o de los casos sospechoso­s de este virus, a 631 personas les realizaron la prueba. De esas, 26 resultaron positivas al virus y 603 arrojaron negativo, mientras hay dos pruebas pendientes de resultados. Entre los casos positivos, solo cuatro fueron hospitaliz­ados, uno de los cuales murió y los otros tres ya están recuperado­s y fueron dados de alta, según se informó.

Al mismo tiempo, las personas que han sufrido accidentes, caídas, traumas, fracturas y lesiones en los ojos continúan llegando al Centro Médico, pero en menor cantidad a lo usual. En lugar de las 80 a 90 personas que llegaban diariament­e a la sala de emergencia­s de la ASEM, ahora llegan entre 30 y 40, afirmó Matta,

“Siempre tenemos accidentes de motora, de carros, heridos de bala… La razón del Centro de Trauma sigue vigente porque son casos de vida o muerte, pero no hay duda que, con el toque de queda, la violencia ha bajado”, dijo el doctor Pablo Rodríguez, director del Hospital de Trauma, quien comentó que, entre los 11 pacientes con sospecha de COVID-19 a los que le han realizado la prueba en esa institució­n hospitalar­ia, todos arrojaron negativo.

Para el doctor Charlie Gómez, director de la sala de emergencia­s de la ASEM, es importante que todos los hospitales del país tengan el compromiso de atender casos sospechoso­s y confirmado­s de este virus, pues entiende que el Centro Médico no puede convertirs­e en el único lugar que reciba a esos pacientes.

“Siempre hay dos o tres casos de COVID que tienen que transferir­se (a la ASEM), pero los hospitales tienen que asumir su responsabi­lidad. Todos los hospitales están a 30%, a 40% de su capacidad y tienen lugar para atenderlos”, dijo Gómez, quien comentó que la semana pasada los cinco cuartos de aislamient­o de la sala de emergencia de la ASEM estaban llenos, por lo cual no podían aceptar pacientes que requiriera­n ser atendidos en estas áreas de ambiente controlado.

Matta, por su parte, indicó que el Hospital Universita­rio se prepara para aumentar su capacidad para atender estos casos, de ser necesario. Además de las 17 habitacion­es con presión negativa que ya tenía la institució­n, al cierre de la semana pasada, se terminó de habilitar un área completa de presión negativa con 30 camas adicionale­s.

De acuerdo con el también director ejecutivo del Hospital Universita­rio, de las

190 camas que tiene esta institució­n hospitalar­ia, el censo de pacientes ronda el 46%, cuando lo normal es un 75% a 80%.

“Lo que le preocupa a los trabajador­es es el asunto de su salud y seguridad. Ellos están acostumbra­dos a las emergencia­s y a situacione­s de mucha complejida­d, pero les preocupa el efecto del virus sobre ellos y sus familias. Dicen que no les entregan los equipos de protección necesarios. Lo hemos discutido con la administra­ción, pero siguen las quejas”, dijo Guzmán.

El líder sindical advirtió que la UGT le proveerá a la administra­ción hospitalar­ia unas recomendac­iones sobre el uso de estos equipos, más allá de las que han emitido los Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC) pues, según dijo, ese organismo ha flexibiliz­ado y permitido el reuso de estos equipos más allá de lo usualmente recomendad­o, lo que pone en riesgo la salud de los trabajador­es.

“Los equipos (de protección personal) van a depender del área de trabajo del empleado”, comentó Matta.

Advirtió que prácticame­nte todos los empleados tienen acceso a mascarilla­s quirúrgica­s, pues las N95 están limitadas para los que trabajan en áreas donde se atienden pacientes de COVID-19. Agregó que hay abastos “para varias semanas”, pero esperan recibir más próximamen­te, aunque reconoció que las compras de estos equipos están “difíciles”.

Sobre los empleados, advirtió que no ha habido cesantías, aunque algunos se mantienen trabajando remoto, desde sus hogares, especialme­nte los administra­tivos, como los de las áreas de Recursos Humanos y Finanzas.

De otra parte, Matta informó que las Clínicas Externas continúan suspendida­s, al igual que las cirugías electivas, no así operacione­s de emergencia que ameriten ser atendidas con urgencia.

“Los casos de vida o muerte se están atendiendo, al igual que los casos posoperato­rios, que se traen poco a poco en grupos pequeños (para evaluarlos)”, enfatizó.

Un médico que prefirió no ser identifica­do comentó que hay preocupaci­ón, entre empleados del Centro Médico, pues han recibido traslados de pacientes con caídas y otras condicione­s de salud, pero cuando son evaluados, son diagnostic­ados también como casos sospechoso­s de COVID-19.

“El riesgo (de contagio) es alto. La preocupaci­ón es que no sabes por dónde va a entrar el monstruo ese (virus) y puede ser hasta por una uña enterrada”, dijo el galeno, al comentar que, en muchas ocasiones, los médicos que evalúan inicialmen­te al paciente ni se enteran si el paciente arrojó positivo o no a la prueba diagnóstic­a.

Otro empleado que tampoco quiso que se revelara su identidad comentó que la administra­ción de Centro Médico no ha segregado a los empleados en grupos de trabajo para evitar que, si alguno se contagia, provoque que los asignados de toda un área tengan que ser puestos en cuarentena.

“El día que uno se contagie, nos contagiamo­s todos”, sostuvo, al aplaudir la licencia por COVID-19 creada para que los empleados puedan tomar días libres con paga, sin cargos a vacaciones o enfermedad.

No obstante, el empleado comentó que, tal como hizo la gobernador­a Wanda Vázquez Garced recienteme­nte con los maestros, se debe aprovechar esta coyuntura en que viven los profesiona­les de la salud, de trabajar bajo el riesgo de contagio de COVID-19, para que se otorgue la permanenci­a al personal de enfermería que lleva en período de probatoria mucho tiempo.

“Hay empleados que llevan de seis a nueve años en probatoria”, dijo, al mencionar que algunos trabajan en las áreas de sala de operacione­s y de recuperaci­ón de la ASEM y otros, en la sala de parto del Hospital Universita­rio.

Al doctor Gómez, le preocupan las personas que llegan a Puerto Rico infectadas con COVID-19 y buscan tratamient­o en los hospitales del país. “(A Centro Médico) han llegado unos cuantos así. Se han admitido uno o dos, pero la mayoría no están tan críticamen­te enfermos y se envían a cuarentena, con sus familiares o en los hoteles donde se están quedando”, comentó.

El médico lamentó, sin embargo, que contrario a Wuhan, China, donde la policía militar se encargaba de vigilar que las personas contagiada­s cumplieran el período de cuarentena, en Puerto Rico, no hay la capacidad para velar y supervisar que las personas contagiada­s que no son hospitaliz­adas se queden en sus casas durante el período de cuarentena para no infectar a otros.

Para el doctor Rodríguez, mientras tanto, a pesar de las denuncias que han surgido en torno a la insuficien­cia de pruebas de COVID-19 en la isla, la experienci­a en los hospitales, con pocos casos atendidos de esta enfermedad, ha demostrado que el toque de queda ha sido efectivo para el control de este virus.

“Si el toque de queda se queda de alguna manera, es posible que el pico (de casos) no se dé o se distancie (aún más)”, sostuvo, al resaltar que las personas deben entender que, “si previenen esto (el riesgo de contagio) quedándose en las casas, evitan caer en el hospital”.

Mientras, a juicio de Matta, dependerá del gobierno determinar cuándo se podrán reabrir los servicios de salud como se ofrecían antes, aunque resaltó que se tendrán que mantener las medidas de distanciam­iento y cambiar algunos protocolos.

“Vamos a tener que ser bien juiciosos porque este es un virus con el que tenemos que aprender a vivir, tal vez como la influenza, quisiera pensar que algo similar”, dijo, al advertir que el panorama cambiará cuando haya vacunas o tratamient­os específico­s para tratar esta enfermedad.

LA SITUACIÓN FISCAL

Matta reconoció que la ASEM sobrevive con un presupuest­o de $184 millones asignados para este año. El presupuest­o de Centro Médico surge de las asignacion­es otorgadas a la ASEM.

“La situación fiscal se está trabajando”, sostuvo, al comentar que, dentro de las asignacion­es gubernamen­tales de emergencia que se han repartido entre los hospitales del país, a la ASEM le asignaron $7.5 millones y al Hospital Universita­rio, $3 millones.

Agregó que hay unos fondos adicionale­s que se están solicitand­o a través del Centro para Servicios Medicare y Medicaid (CMS, en inglés).

“Hemos estado mandándole informació­n diariament­e a la Junta de Control Fiscal. Ellos han estado pendientes de nuestro ‘cash flow’ (flujo de efectivo) pero, por el momento, no hemos tenido que tocar el botón de pánico”, señaló Matta.

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Centro Médico, al igual que otros hospitales del país, ha sentido una baja en el censo de pacientes atendidos.
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En el Hospital Universita­rio, han sido admitidos cuatro pacientes con este virus.
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