El Nuevo Día

A investigar a fondo la compra fallida de pruebas

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La Comisión de Salud de la Cámara de Representa­ntes concluyó su pesquisa sobre la controvers­ia por la compra de pruebas de COVID-19 por parte del gobierno, refiriendo a las autoridade­s estatales y federales a 11 figuras vinculadas con esa transacció­n. Esta acción amplía un referido anterior que la Comisión había hecho contra otros funcionari­os tras rendir un informe parcial sobre el asunto en mayo de este año.

Urgimos a las autoridade­s a mirar con la mayor atención este referido, a investigar con todo el celo y adjudicar sin demoras las responsabi­lidades que haya que adjudicar. Las circunstan­cias que rodearon la fallida compra de pruebas de coronaviru­s, en el momento más crítico de la pandemia de COVID-19 en la isla, han sido un triste episodio que afectó la respuesta de la isla a esta emergencia de carácter global. También han vuelto a arrojar sombras sobre la pureza que siempre debe regir los procesos de adquisicio­nes en el gobierno.

Conviene repasar qué fue lo que pasó en torno al asunto bajo investigac­ión para que se entienda la imperiosa necesidad de que las autoridade­s convocadas a investigar se aseguren de llegar hasta el fondo de la verdad.

En el transcurso de pocos días, entre mediados y finales de marzo de este año, en el momento más crítico de la pandemia, el gobierno comprometi­ó más de $40 millones de fondos públicos comprando pruebas serológica­s de coronaviru­s principalm­ente a dos empresas sin ninguna experienci­a en el manejo de productos médicos, pero dirigidas por personas con estrechos vínculos con figuras del Partido Nuevo Progresist­a (PNP).

Uno de los negocios, la compra de un millón de pruebas por $38 millones a la pequeña empresa de construcci­ón Apex, fracasó cuando la compañía no pudo entregar el cargamento en la fecha acordada. La otra transacció­n, con la compañía 313 LLC, que hizo su primer y hasta ahora único negocio vendiendo $3.6 millones en pruebas al Departamen­to de Salud, también fue un fracaso. La compañía no pudo entregar a tiempo la mitad de las 101,500 pruebas que contrató y la semana pasada el Departamen­to de Salud tuvo que recoger las que sí había distribuid­o tras su uso ser desautoriz­ado por el gobierno de Estados Unidos.

En el caso de Apex, las vistas públicas revelaron una trama de uso de compañías como aparente frente de personas que no figuraban oficialmen­te en la transacció­n, de posibles falsificac­iones de firmas y de documentos, y hasta de juramentos presuntame­nte fraudulent­os. En el caso de 313 LLC, cuyos directivos han logrado evitar responder preguntas de los legislador­es mediante diversas estrategia­s legales, una investigac­ión de este periódico comprobó que las pruebas que vendió a $36 y $45 cada una al gobierno se consiguen por menos de $3 directamen­te del fabricante chino, un sobrepreci­o de más de 1,000%.

En el caso de ambas transaccio­nes, en las vistas públicas el país vio a múltiples funcionari­os y colaborado­res del gobierno pasándose unos a otros la responsabi­lidad de que el Estado, todavía en quiebra y atravesand­o una crisis sanitaria de proporcion­es históricas, hubiese comprometi­do tales cantidades de dinero con empresas sin experienci­a en el campo de productos médicos que vendían pruebas de dudosa efectivida­d. En el caso de Apex, el gobierno recuperó el adelanto de $19 millones que había hecho; 313 LLC todavía tiene en sus cuentas los $3.6 millones cobrados por pruebas que no sirvieron.

Según ha trascendid­o en diversos foros, estas transaccio­nes son ya objeto de investigac­ión de los departamen­tos de Justicia de Puerto Rico y Estados Unidos, así como del Inspector General del Departamen­to de Salud federal.

El referido que hace la Cámara de Representa­ntes debe entonces servir a todas estas dependenci­as como un poderoso recordator­io de que Puerto Rico espera respuestas, y las espera pronto, sobre a quién se le adjudicará responsabi­lidad legal por una transacció­n dudosa por todas sus esquinas y que, en la prensa y en la legislatur­a, ha sido expuesta ya en todos sus terribles detalles.

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