El Nuevo Día

El colapso hospitalar­io evidencia fallos

La ineficaz contención de los contagios de COVID-19 ha provocado un nuevo aumento récord de casos diarios en Estados Unidos

- AGENCIA EFE

NUEVA YORK.- Los hospitales del sur de Estados Unidos se enfrentan a un colapso inminente de sus unidades de cuidados intensivos con un nuevo aumento récord de los casos de la COVID-19 que podría forzar a replantear la entrada al nuevo año escolar ante el riesgo de que se haga de manera desigual y caótica.

Estados Unidos añadió ayer a sus tres millones de infeccione­s por COVID-19 otros 58,000 nuevos casos, otro máximo diario, según los datos recopilado­s por la Universida­d Johns Hopkins.

Los estados de Missouri, Tennessee, Texas, Utah y Virginia Occidental reportaron aumentos récord, mientras que algunos se enfrentan al temido colapso de las unidades de cuidados intensivos y ven en riesgo los planes de reapertura y reactivaci­ón económica en pleno verano.

Según datos del Southeast Texas Regional Advisory Council (SETRAC), los hospitales de Texas está al 95% de su capacidad en las unidades de cuidados intensivos, al tiempo que, en Florida, 56 centros hospitalar­ios han alcanzado el máximo en estas unidades críticas, con otros 35 al borde del colapso.

En Florida, una de cada cinco pruebas del nuevo coronaviru­s SARS-CoV-2 tiene resultado positivo; mientras que en Arizona, esa ratio, difícil de encontrar en otra parte del mundo, es de una de cada cuatro.

Este dato desmiente los reiterativ­os tuits del presidente estadoundi­ense, Donald Trump, repetidos ayer con sonoras mayúsculas, de que el aumento de los casos se debe a que se están haciendo más pruebas, una afirmación que no se sostiene con los altos índices de resultados positivos.

De hecho, Arizona tiene el dudoso honor de ser la región del mundo con el mayor índice per cápita de casos de COVID-19, con 3,300 contagios por cada millón de habitantes.

Esto hace temer que el sur de Estados Unidos se enfrente ahora a una situación difícil de controlar, pese a las nuevas medidas tomadas esta semana para cerrar bares, playas y gimnasios, y forzar la población al uso de mascarilla­s y tapabocas en los estados más afectados.

MENSAJES CONTRADICT­ORIOS

El director del Centro de Control de Enfermedad­es (CDC), Robert Redfield, aseguró ayer que no se van a cambiar las guías para reabrir escuelas y guarderías en todo el país en septiembre, pese a que el vicepresid­ente, Mike Pence, sugirió este miércoles que sí habría una revisión de las recomendac­iones a los estados.

En una entrevista con el programa matinal Good Morning America, Redfield evitó profundiza­r en las declaracio­nes de Trump, quien aseguró que las limitacion­es en la reapertura de escuelas son “muy duras”.

La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, aseguró que se van a presentar “guías adicionale­s” para que las escuelas puedan abrir en todo el país a la par que citó estudios que aseguran que los menores de 18 años “no tienen virtualmen­te posibilida­d de enfermar seriamente” por el nuevo coronaviru­s.

Asimismo, la portavoz sugirió que el aumento de las hospitaliz­aciones está también relacionad­o con un aumento en las operacione­s quirúrgica­s comunes, con entre un 10 a un 40% de las hospitaliz­aciones relacionad­as con COVID-19.

LA GUERRA DE LAS MASCARILLA­S

Hay otras cosas que hacen a este país único en su lucha contra la pandemia de COVID-19: las divergenci­as de tintes ideológico­s contra la imposición del uso de la mascarilla en lugares cerrados.

El gobernador de Georgia, el republican­o Brian Kemp, se sigue negando en redondo a obligar por decreto al uso de mascarilla­s en lugares públicos, hasta el punto que ha prohibido a las ciudades que se han rebelado y han emitido sus propias ordenanzas a hacerlo.

La alcaldesa de Atlanta, la capital del estado, Keisha Lance Bottoms, hizo caso omiso y ordenó desde ayer la obligatori­edad de llevar mascarilla, una medida que podría no ser suficiente con los negocios abiertos y los casos al alza en esa zona metropolit­ana.

El gobernador republican­o en Texas, Greg Abbott, que la pasada semana finalmente ordenó llevar máscara para evitar más contagios, tiene esta semana que enfrentars­e a la rebelión opuesta.

Sheriffs de al menos nueve condados se niegan a hacer cumplir la orden de cubrirse las vías respirator­ias cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad, la medida más efectiva para contener la transmisió­n sin forzar a una reclusión.

Varios alguaciles de condados han aparecido en Facebook asegurando que es imposible forzar a la gente a ponerse la mascarilla so pena de multa y calabozo para los reincident­es y algunos piden a sus colegas y subordinad­os “no tomar acción alguna”.

 ?? efe / epa / cristóbal herrera ?? Viernes
Florida sumó ayer 8,935 casos a una cuenta en constante ascenso, y 56 hospitales del estado ya no tienen disponible­s unidades de cuidado intensivo.
efe / epa / cristóbal herrera Viernes Florida sumó ayer 8,935 casos a una cuenta en constante ascenso, y 56 hospitales del estado ya no tienen disponible­s unidades de cuidado intensivo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico