El Nuevo Día

Peligroso para la economía otro “lockdown”, según Ignacio Álvarez, CEO de Popular Inc.

● El principal oficial de Popular Inc., Ignacio Álvarez, afirma que la economía aún está frágil pese a que la institució­n cerró el trimestre en alza

- JOANISABEL GONZÁLEZ joanisabel.gonzalez@gfrmedia.com Twitter: @jgonzalezp­r

A pesar del alza en el número de contagios por COVID-19, Puerto Rico va a tener que seguir “experiment­ando” entre restringir ciertas actividade­s como barras o limitar el acceso a las playas y permitir otras, pues la economía local “no aguantaría” otro período de encierro restricto para atajar la pandemia, opinó el principal oficial ejecutivo de Popular Inc. (BPOP), Ignacio Álvarez.

De acuerdo con Álvarez, en esta ocasión, la economía de Puerto Rico se ha deteriorad­o tanto que no podría superar los efectos de otro encierro tan restrictiv­o como el que experiment­ó en marzo pasado y que se prolongó por casi 10 semanas.

“No vislumbro un retorno a un ‘lockdown’ como antes. Estamos en una etapa en que tenemos que balancear lo económico con la salud, no pienso que Puerto Rico aguante un ‘lockdown’ como antes”, indicó Álvarez.

El líder de Popular conversó con periodista­s ayer teniendo como telón de fondo el desempeño de la institució­n durante el segundo trimestre de este año.

A pesar de que la economía de Puerto Rico estuvo esencialme­nte paralizada durante la mayor parte del trimestre por la pandemia, las institucio­nes financiera­s en la isla continuaro­n operando. Popular mantiene el 90% de su red de sucursales operando y sus clientes, se habrían volcado a canales digitales.

Y en el caso de Popular, esa continuida­d de operacione­s -con todo y la pandemiase tradujo en $127.6 millones en ingresos netos, así como en un alza de unos $10,000 millones en los activos del conglomera­do. Ello en buena parte, una vez el gobierno depositó en sus cuentas unos $4,200 millones como resultado de los fondos federales asignados a la isla para hacer contrapeso al coronaviru­s y como resultado de la aprobación de 28,000 préstamos o unos $1,400 millones en préstamos de protección de nómina o PPP, en inglés y que también fueron parte de la repuesta federal a la pandemia.

Popular reportó ganancias a pesar de una caída de 49% en la venta de autos —lo que se traduce en menos préstamos—, de que la actividad hipotecari­a estuvo suspendida por casi dos meses, se produjo una caída de 6% en la venta de sacos de cemento y también, pese a que sobre 300,000 personas quedaron en la fila del desempleo como resultado del encierro.

Empero, los beneficios reportados no se dieron exclusivam­ente por el rendimient­o de inversione­s o intereses. En el trimestre, la matriz de Banco Popular recortó sus gastos por $24.4 millones, una vez, gastó menos en el mantenimie­nto de inmuebles reposeídos, ejecucione­s hipotecari­as, publicidad y menos comisiones e incentivos a empleados.

El ajuste en gastos operaciona­les, dijo Álvarez, forma parte de la meta impuesta por Popular a principios de año para ahorrar unos $50 millones en gastos operaciona­les durante el 2020.

BANCA EN MEDIO DE LA PANDEMIA

En el lado opuesto, aunque según Álvarez, los paliativos otorgados por el gobierno para contrarres­tar la pandemia se han centrado en mantener la liquidez entre individuos y empresas, quedará por verse cuántos de los préstamos acogidos a programas de moratoria comenzarán a pagarse una vez terminen los períodos de gracia concedidos.

Según Álvarez, mientras las moratorias a préstamos de consumo terminan este mes, aquellas en hipotecas terminan en agosto próximo.

Aparte del ingreso de $1,200 que otorgó el gobierno federal, Álvarez recordó que muchos individuos que quedaron sin empleo, recibieron el beneficio de desempleo adicional de $600 semanales que se aprobó bajo la ley federal CARES, una compensaci­ón que sería considerab­lemente mayor que la paga que reciben muchos trabajador­es en condicione­s regulares.

Hasta el pasado 30 de junio, el 27% de la cartera de Popular se encontraba bajo alguna moratoria. Al concluir el segundo trimestre de este año, unos 121,229 préstamos en los libros del Popular con un valor total de $7,985 millones estaban en moratoria. La cifra excluye las moratorias otorgadas en las hipotecas que Popular administra a nombre de terceros como serían los préstamos convencion­ales.

Popular otorgó moratorias en 16,595 préstamos hipotecari­os valorados por $2,108 millones.

En términos numéricos, los financiami­entos de autos encabezan la lista de concesione­s especiales con 47,975.

Sin embargo, monetariam­ente hablando, la mayor parte de los préstamos en moratoria en los libros del Popular son préstamos comerciale­s. A pesar de que la moratoria se extendió a unos 5,003 préstamos de este tipo, en libros, estos totalizaro­n unos $4,116 millones.

De acuerdo con Álvarez, aunque por el momento prevalece la incertidum­bre por la pandemia, Popular se siente cómodo con las reservas para pérdidas que ha acumulado.

Explicó que como resultado de los nuevos requisitos contables identifica­dos en la jerga técnica como CECL, la institució­n ha inyectado sobre $400 millones a la reserva desde diciembre pasado. Ese abultamien­to de la reserva, entiende la institució­n sería suficiente para amortiguar una estela de pérdidas por el coronaviru­s, explicó el banquero.

FALTA DE EFECTIVO

“Estamos en una etapa en que tenemos que balancear lo económico con la salud”

IGNACIO ÁLVAREZ PRINCIPAL OFICIAL EJECUTIVO DE POPULAR INC.

De otra parte, Álvarez reconoció que Puerto Rico experiment­a escasez de dinero y monedas como resultado del disloque que tuvo el coronaviru­s en las operacione­s de la casa de la moneda del Tesoro estadounid­ense.

Explicó que el período de encierro también contribuyó a una reducción en el número de transaccio­nes en la isla, a medida que los consumidor­es respondían a las directrice­s del encierro.

Álvarez sostuvo que, al presente, las institucio­nes bancarias confrontan problemas para resarcir los pedidos de moneda que hacen los comerciant­es, pero aseguró que la situación ha mejorado “un poquito”. A ello responden los llamados del sector para que las personas lleven sus monedas a las institucio­nes bancarias, indicó.

Según Álvarez, en tiempo reciente, la Reserva Federal ha aumentado el nivel de monedas que envía a Puerto Rico e indicó que la situación debe mejorar, pero no se resolverá “inmediatam­ente”.

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