Oda al nido
Está escasa la marmolina para hacer piscinas en tierra y a las plásticas les han dado duro. Igual sucede con los muebles de exterior. Los boricuas están arreglando la terraza, la marquesina, el balcón o cualquier espacio que les permita coger fresco en sus casas.
Superado el enamoramiento de los primeros días, nunca antes habíamos mirado el domicilio con tanto cariño. Fue nuestro universo en tiempos de cuarentena. Nos reencontramos con sus luces, con sus sombras y con sus grietas. Redescubrimos espacios favoritos y comenzamos a enumerar posibilidades de expansión, de mayor comodidad y hasta se hicieron listas de cariñitos para mejorar su apariencia y nuestra estadía. El nido nos parece lindo de nuevo, justo a tiempo.
Ahora que regresamos a fases más restrictivas para detener el repunte de COVID-19 hay limitaciones para salir, pero ya no nos urge. Algunos ponemos en balance si la salida amerita la incomodidad de usar una mascarilla, de andar imaginando lugares fértiles para el buen crecimiento del coronavirus igual que si buscáramos pokemones invisibles.
Ya fuimos a la playa, comimos en un restaurante, paseamos por la isla, caminamos por el Viejo San Juan y por Plaza Las Américas. También acudimos a la iglesia y a esa cita médica atrasada. Vimos a familiares y a amigos. Algunos se graduaron mirándose en persona y recibiendo el diploma en la mano. El mundo hoy se divide en dos tipos de ciudadanos: los que portan mascarillas y los que la llevan de adorno… o no la llevan. Ésos se contagiaron. Y contagiaron a otros y a otros. Ahora debemos detener la cadena.
Por eso la casa se convierte en una cárcel dulce y segura. Pero esta vez el aislamiento no nos sorprende desprovistos porque adquirimos lo que faltaba: el abanico, las baterías del control remoto, la hamaca, las matas, la cortina de sol, el sillón, el asador. ¿De qué bolsillo sale tanto dinero? En unos meses sabremos.
“Redescubrimos espacios favoritos y comenzamos a enumerar posibilidades de expansión, de mayor comodidad y hasta se hicieron listas de cariñitos para mejorar su apariencia y nuestra estadía”