Amor puesto a prueba una vez más
La película “The Kissing Booth 2” prolonga la fórmula de la comedia romántica
Hasta el momento Netflix es la plataforma digital que mejor está explotando el género de comedias románticas para adolescentes. Sin embargo, el estreno de “The
Kissing Booth 2” marca una de las primeras ocasiones donde Netflix ha tropezado con este tipo de película.
La cinta, que hace su debut en la plataforma digital hoy viernes, limita su encanto alimentando excesivamente el instinto de repetir la “formula” cuando la estructura de la trama apunta hacia la posibilidad de hacer algo diferente.
Como consecuencia, mucha de la comedia resulta forzada y la duración del filme totalmente irritante. Decretar el futuro romántico de Elle (Joey King) y Noah (Jacob Elodi) no debería tomar más de 90 minutos, pero esto no detiene a los productores de entregar una secuela que dura más de dos horas y cierra con la insinuación evidente de una tercera parte que siga adaptando las novelas de Beth Reekles.
A eso se le suma el que el filme sufre del problema básico de muchas secuelas: para generar conflicto la evolución de los protagonistas en el primer filme tiene que eliminarse o por lo menos ignorarse convenientemente. En el caso de esta trama, la protagonista y su mejor amigo de infancia siguen juzgando la dinámica de su relación por unas reglas que ellos mismos se inventaron cuando tenían seis años. La falta de lógica de esto se señaló en el clímax del primer filme, pero los guionistas de esta película vuelven a utilizar las reglas para generar más de un conflicto en esta secuela.
Aún así, el conflicto principal del filme gira alrededor de Elle y Noah tratando de lograr que su relación funcione a larga distancia.
Mientras ella termina la escuela superior, él esta en su primer año en Harvard y ambos conocen personas nuevas que ponen la fidelidad a su relación en peligro. Para que este conflicto sea creíble el guion tiene que socavar la autoestima de su protagonista y limitar la sensibilidad romántica de Noah.
Cabe la posibilidad que nada de estos problemas resulten relevantes para los fanáticos del primer filme, pero todos aquellos que no caigan en este demográfico particular se arriesgan a someterse a un filme con pocos encantos y absolutamente nada original.