Necesaria transformación energética
La transformación de nuestro sistema de energía eléctrica es necesaria. Nos hemos acostumbrado a vivir con un sistema de energía eléctrica débil, que no ha podido alcanzar los estándares de una utilidad efectiva en áreas básicas como el servicio al cliente, infraestructura estable y un suministro de energía continuo, con interrupciones mínimas.
Tampoco ha podido apoyar la gestión de desarrollo económico de Puerto Rico ni posicionarlo como un país competitivo, con un sistema robusto y atrayente para diversas industrias.
Por décadas, nuestro sistema de energía eléctrica ha sufrido innumerables cambios y embates que han afectado su administración, operación y el servicio a los clientes. A esto se suma el impacto de desastres naturales como los huracanes Irma y María, y los recientes terremotos, que han situado a nuestro sistema de energía eléctrica en una posición más vulnerable aún.
Distintas administraciones de gobierno han intentado poner en marcha múltiples esfuerzos para mejorar el sistema eléctrico, mas todos han resultado infructuosos. En reconocimiento de estas deficiencias y los factores que han contribuido a las mismas, y tras un esfuerzo bipartita, nació la Ley Núm. 120 de 2018 conocida como la Ley para Transformar el Sistema Eléctrico de Puerto Rico. Dicha legislación designa a la Autoridad para las Alianzas Público-Privadas de Puerto Rico (AAPP) como la única entidad gubernamental autorizada a implementar las gestiones de venta, transferencia o delegación de las operaciones, funciones o servicios de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
En virtud de esta Ley, Puerto Rico ha dado un paso adelante hacia la meta de lograr una infraestructura confiable, moderna y sustentable del sistema de Transmisión y Distribución de energía eléctrica.
La transformación del sistema de Transmisión y Distribución tiene como norte establecer un sistema eléctrico moderno, costo-eficiente y resiliente que cumpla con los códigos y estándares de las empresas eléctricas de clase mundial; que esté mejor preparado ante emergencias y eventos climáticos; que sea más confiable y estable; y que responda de manera efectiva y rápida en su servicio al cliente.
De forma paralela, esta transformación facilitará la implementación de tecnologías innovadoras, la ampliación de oportunidades de capacitación y desarrollo de los empleados; y la administración responsable de fondos federales como elemento crucial para la rehabilitación de los activos de la AEE, en beneficio de Puerto Rico.
¿Qué significa esta histórica transformación para Puerto Rico? Significa continuidad y consistencia en la operación de un servicio esencial, sin interferencias administrativas y políticas que afecten los planes de trabajo y resultados.
Significa el fortalecimiento de infraestructuras que contribuyen al desarrollo económico de la isla. Y más importante aún, significa tranquilidad para nuestra gente, que podrá disfrutar de un servicio eléctrico más estable.
Tenemos la oportunidad de lograr grandes cambios. Creamos en la transformación.
“¿Qué significa esta histórica transformación para Puerto Rico? Significa continuidad y consistencia en la operación de un servicio esencial, sin interferencias administrativas y políticas que afecten los planes de trabajo y resultados”