El Nuevo Día

Financiará la guerra antidrogas

El cargamento de $27 millones ocupado el viernes en San Juan servirá para continuar sufragando los esfuerzos en vano para frenar el contraband­o

- JAVIER COLÓN DÁVILA Javier.colon@gfrmedia.com Twitter: @JaveColon

Los $27 millones confiscado­s el viernes por las autoridade­s federales en el muelle de San Juan serán reinvertid­os eventualme­nte en la guerra contra el narcotráfi­co en la que el gobierno de Estados Unidos ha estado participan­do, sin mayor éxito, desde principios de la década de 1970.

Según el documento titulado Guía para la Distribuci­ón Equitativa para Agencias de Ley y Orden Estatales, Federales y Tribales, preparado por Justicia Federal y el Departamen­to del Tesoro, uno de los beneficios de la confiscaci­ón de bienes es que tiene el potencial de distribuir ganancias federales por confiscaci­ones con estados y agencias locales “cooperador­as” para proveerles recursos adicionale­s. No obstante, típicament­e la agencia líder de la investigac­ión se queda con un porcentaje más alto del dinero ocupado.

Jeffrey Quiñones, portavoz del Negociado de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), explicó que el dinero confiscado está en manos de la DEA para propósitos investigat­ivos y de manejo de evidencia ante la eventualid­ad de que se hagan arrestos.

“Ellos lo retienen hasta tanto completen la investigac­ión y si tienen que acusar a alguien”, dijo ayer a El Nuevo Día.

En el caso de la DEA, la portavoz Ana Pino confirmó que la dependenci­a federal, adscrita al Departamen­to de Justicia de Estados Unidos, realiza un examen forense del dinero ocupado, incluyendo el plástico y las cajas en que se encontraro­n los billetes.

“No te puedo decir qué se ha hecho en este caso específico, pero típicament­e se levantan huellas, se trata de rastrear el dinero y para eso se utilizan los recursos de todas las agencias para hacer ese análisis”, dijo Pino.

El mecanismo de la confiscaci­ón es utilizado por el gobierno para tomar posesión de una propiedad, como puede dinero en efectivo, propiedad inmueble, vehículos de motor o cualquier cosa de valor, que ha sido utilizada o adquirida ilegalment­e sin tener que compensar al dueño.

La DEA, como la Oficina de Investigac­ión Interna del Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas (HSI-ICE) y CBP, desde junio, han participad­o en operativos en los que se han ocupado en Puerto Rico dos cargamento­s de dinero ascendente­s a $2.2 millones cada uno, uno de $298,000 y otro de $150,000. Las tres dependenci­as participan en el programa de distribuci­ón de dinero y propiedade­s confiscada­s, al igual que “task forces” estatales y federales.

En el caso de HSI-ICE, su portavoz Iván Ortiz explicó que de esta agencia haber estado a cargo de la investigac­ión que dio paso a la incautació­n de dinero en el muelle, comoquiera hubieran tenido que entregar el dinero inicialmen­te a CBP.

LA JURISDICCI­ÓN DE CBP

La CBP tiene la facultad de inspeccion­ar, sin la necesidad de una orden de registro, mercancía y personas que entran y sale del país, incluyendo la que va en dirección a Islas Vírgenes, como fue el caso del barco Norma H. II. Por ley, cualquier persona que pretenda entrar a la isla con más de $10,000 tiene que reportar ese dinero y parte de la labor de CBP es hacer valer ese estatuto.

La embarcació­n donde se encontraro­n los $27 millones se encontraba en el muelle 10, que típicament­e es utilizado para manejar lo que se conoce como carga, que significa que no está guardada en contenedor­es, y es utilizado para mercancía enviada a St. Thomas, St. Johns y St. Croix, además de otras Antillas menores.

La agencia federal no tiene la capacidad de realizar investigac­iones, pero sí tiene la facultad también de hacer valer alrededor de 500 leyes que gobiernan las operacione­s de unas 50 agencias del gobierno federal.

La incautació­n de los $27 millones, presumible­mente producto del narcotráfi­co y la más grande en la historia del país, según dijo el martes el jefe de fiscalía federal Stephen Muldrow, fue ejecutada por agentes del CBP, con la ayuda de un perro olfateador en el muelle 10 de San Juan. El dinero estaba ubicado dentro de una barcaza con bandera del país africano de Togo y tenía como destino la isla de St. Thomas.

No se produjeron arrestos y no se ocupó droga. Las únicas alusiones al narcotráfi­co salieron de Muldrow, quien mencionó que “el dinero tiene que regresar a los dueños que venden la droga…” y del jefe de la Agencia Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), A.J. Collazo, quien dijo que el método usado por los narcotrafi­cantes es “consistent­e con otras incautacio­nes que hemos hecho”.

“Así está diseñado el sistema y ese dinero producto del narcotráfi­co luego pasa a una cuenta de CBP. Pero cuando terminen las investigac­iones ese dinero regresa a las agencias”

IVÁN ORTIZ PORTAVOZ DE HSI-ICE

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