El tribunal virtual y el futuro de la justicia
La pandemia obligó a los tribunales alrededor del mundo a ser creativos para cumplir con su misión de impartir justicia. Estos momentos críticos agudizan los problemas sociales como la violencia doméstica, salud mental y conflictos laborales. Ante ello, hay que repensar cómo se concibe la función judicial, particularmente para garantizar el distanciamiento social en un escenario asociado con la conglomeración física de personas.
La iniciativa más destacada es el uso de la videoconferencia. Bajo el liderato de la jueza presidenta, fuimos de las primeras jurisdicciones en implementarla para continuar atendiendo casos en estos momentos críticos. Durante estos meses, se han celebrado más de 25,000 vistas remotas, evitando suspensiones y posposiciones para un futuro indeterminado.
Ha supuesto un mayor acceso a la justicia, pues una víctima de violencia doméstica ya no tiene que trasladarse al tribunal para solicitar una orden de protección. Ahora se le puede atender en poco tiempo vía videoconferencia desde la seguridad de un albergue o de su propio hogar. Ahora, cualquier persona puede tramitar electrónicamente una orden de ingreso involuntario de un familiar con una condición de salud mental.
Esta tecnología no está exenta de retos y señalamientos legítimos. En ocasiones los participantes enfrentan problemas técnicos con su equipo o el internet y existe una brecha digital en nuestra sociedad.
Como ocurre con la implementación de nuevas tecnologías en cualquier ámbito, la videoconferencia en los tribunales continuará mejorando. La Rama Judicial optimizó su infraestructura tecnológica y habilitó salones en los centros judiciales para el uso de aquellos que no tienen el equipo necesario. Recientemente adquirió una plataforma que permite celebrar audiencias virtuales de mejor calidad, facilitando la presentación digital de la prueba y que los abogados puedan conferenciar privadamente con sus clientes.
Otros retos sobre aspectos operacionales se pueden atender mediante la adopción de mejores prácticas. Por ejemplo, se ha indicado que un abogado que se encuentra en la sala del tribunal tiene que mirar la pantalla de la computadora del juez desde su escritorio y la imagen de su cliente -en remoto- se ve muy pequeña. Es cierto, pero ese abogado debe saber que no tiene que estar en la sala y que, por el contrario, su presencia provoca una vista híbrida con mayores complejidades técnicas.
La experiencia indica que la vista por videoconferencia de mejor calidad y en la cual se salvaguardan con mayor rigor los derechos de todos es aquella que se celebra de manera totalmente remota. Cada participante - abogados, partes y testigos- comparece con su propia computadora, cámara y micrófono, de modo que se puedan ver simultáneamente. Así, el juez controla mejor el proceso y aprecia la prueba de forma más directa que en una vista presencial. De algún participante enfrentar problemas técnicos, el tribunal podrá coordinar su comparecencia desde un salón virtual.
En el plano jurídico, existen distintas controversias sobre su uso que se están atendiendo por los tribunales, como corresponde. Recientemente el Tribunal Supremo dio paso al uso de mascarillas en un juicio y varios jueces intimaron que la videoconferencia es preferible o menos lesiva a los derechos de las personas.
La videoconferencia -aunque no siempre será apropiada - sirve para salvaguardar la salud, evitar atrasos innecesarios y ampliar el acceso a la justicia.
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La videoconferencia -aunque no siempre será apropiada - sirve para salvaguardar la salud, evitar atrasos innecesarios y ampliar el acceso a la justicia”