Cómo manejar nuestra naturaleza multirriesgo
No es posible eliminar todos los riesgos, pero se puede determinar cuáles son más críticos a la comunidad y establecer prioridades
La exposición multirriesgo se refiere a la combinación de diversos riesgos, y la posibilidad de eventos consecutivos o simultáneos. Por ejemplo, en nuestra isla, a nivel de naturaleza, podemos tener eventos atmosféricos, geofísicos, hidrológicos, biológicos, entre otros. Más aún, tenemos conocimiento que en los próximos meses nos seguiremos enfrentando a las siguientes exposiciones por multirriesgos: pandemia, sismos, tormentas y huracanes, inundaciones, deslizamientos, derrumbes, marejada ciclónica (en aumento por el impacto del cambio climático), alza en las temperaturas y sequías.
El impacto consecuente de estos se puede magnificar debido a nuestro estilo de vida. Patrones de conducta como el cambio climático, poca protección de nuestros ecosistemas, poblaciones desplazadas, construcción fuera de código y aumento de la urbanización desmedida y no planificada son ejemplos de factores agravantes que contribuyen a que los riesgos relacionados con desastres afecten a un mayor número de personas de nuestras comunidades.
Cuando le añadimos factores de riesgos externos y/o creados por el hombre, el impacto se magnifica aún más. Ejemplos de estos son la crisis económica y el deterioro de la infraestructura.
Algunos riesgos son bien conocidos, pero otros son más inciertos.
Es vital que las comunidades se organicen para establecer y seguir un buen plan de manejo de multirriesgo. Lo ideal es empezar a establecer un comité de miembros de la comunidad que representen diferentes sectores y/o que tengan acceso a conocimiento y recursos. Este comité trabajará en el desarrollo y la ejecución de este plan de manejo de multirriesgo.
Primero, se debe definir el contexto de la comunidad. Ejemplo de contexto son: su composición geográfica; los accesos a la comunidad; su densidad poblacional y composición demográfica; identificación de las estructuras en riesgo; identificación de las personas que tienen necesidades especiales; lista de equipo médico y medicamentos que son necesarios; identificación de los centros de salud y transporte más cercanos; identificación de las personas que poseen habilidades, conocimientos, talentos que puedan ayudar; registro de mascotas, entre otros.
Después de definir el contexto de la comunidad, se deben identificar los riesgos que podrían tener un impacto adverso para las personas, los activos y la economía de la comunidad. No importa si son riesgos mayores o menores, es importante tratar de identificar los más que se puedan.
Luego de identificar los riesgos, hay que analizarlos para saber qué tan vulnerables somos ante ellos y qué controles tenemos. Se debe identificar y hacer inventario de la población más expuesta; analizar los riesgos a los activos y actividades económicas; identificar los factores que crean exposición a estos, incluyendo las limitaciones económicas y determinar la probabilidad de que se den diversos eventos.
No es posible eliminar todos los riesgos, pero se puede determinar cuáles son más críticos a la comunidad y establecer prioridades. Esto permite hacer buen uso de los recursos y atender lo que más daño puede hacer. Se debe evaluar también qué información, educación, y/o estudios técnicos hacen falta para poder tomar mejores decisiones.
Es imperante establecer estrategias y acciones para que el plan se lleve a cabo. Por ejemplo, establecer acciones de mitigación para atender los riesgos que se determinaron que son más críticos, implementar acciones que faciliten la recuperación rápida de la comunidad, establecer estrategias de resiliencia de acuerdo a las prioridades que determinamos anteriormente, y asegurar que los fondos y ayudas se utilicen adecuadamente y con transparencia. Algunas de estas estrategias podrían ser: establecer cómo será la comunicación comunitaria, especialmente con aquellos cuyas vidas, activos y recursos están expuestos; fortalecer y promover el acceso a la salud pública, la atención médica y los servicios sociales y cómo acceder a estos; promover información y la educación sobre salud física y emocional; tomar charlas sobre la preparación para enfrentar desafíos cotidianos, así como grandes interrupciones o desastres; hacer ejercicios de práctica de manera que se pueda facilitar la recuperación rápida de la comunidad.
La mejora continua del plan es necesaria. Cada experiencia genera lecciones y oportunidades para hacer los cambios necesarios que vayan acorde con la realidad de la comunidad. Hay que realizar evaluaciones de impacto y revisar las evaluaciones de riesgo anualmente y después de cada evento, además de recopilar y difundir datos sobre pérdidas económicas, pérdidas financieras aseguradas y no aseguradas y otros impactos de crisis, entre otras cosas.
Certified Risk Mangement Group LLC (CRMG) es una firma puertorriqueña especializada en consultoría y adiestramientos en diversas áreas relacionadas al manejo y gestión de riesgos en organizaciones. Para más información, escribe a info@certifiedrmgroup.com.