Es imperativo proteger a los menores del abuso sexual
Puerto Rico despertó ayer con la noticia del arresto de un empresario acusado de delitos sexuales contra menores, una modalidad del abuso contra la infancia y la adolescencia que plaga al mundo, y que requiere combatirse con todo el peso de la ley y con acciones preventivas de las familias.
El empresario, a quien le asiste la presunción de inocencia, se enfrenta a un proceso judicial por los cargos emitidos por un Gran Jurado. El acoso y la incitación de menores a que participen en actividad sexual son comunes, según advierten las autoridades, lo que debería alertar también a las familias de menores, expuestos a acecho también a través de las plataformas digitales. Los delitos de carácter sexual contra menores son un mal que se propaga con la proliferación de las aplicaciones de socialización y juego virtual para niños y jóvenes.
La UNICEF estima que varios millones de niños son explotados en la prostitución y la pornografía cada año, atraídos la mayoría de las veces mediante promesas falsas y conocimiento limitado sobre los riesgos. Por lo tanto, la educación y proveerles herramientas de protección para el uso de computadoras o teléfonos celulares es crucial, particularmente en este periodo de pandemia, cuando ha aumentado la presencia de menores en internet por las clases virtuales.
Es aún más importante que las familias brinden a sus hijos la confianza para que avisen si reciben algún acercamiento que les haga sentir incómodos. Tan esencial como la educación y la supervisión constante, es que los menores denuncien cuando reciben dichos acercamientos por parte de conocidos o desconocidos.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) es la agencia a cargo de investigar y procesar estos crímenes en Estados Unidos. Desde que en 2013 lanzó la iniciativa internacional Operación Depredador, ha arrestado a más de 25,000 individuos por delitos contra menores, incluyendo la producción y distribución de material de abuso sexual infantil en línea y viajar al extranjero para abusar sexualmente de menores y para traficar con ellos como esclavos sexuales. Solo en el año fiscal 2018, 3,000 personas fueron arrestadas.
En Puerto Rico, según informes legislativos, se estima que alrededor de 800 casos de abuso sexual contra menores llegan a los hospitales cada mes, aunque la cifra real pudiera ser mayor. Portavoces de ICE en la isla informaron en verano que han hecho entre dos y tres intervenciones semanales con personas que intercambian fotos de alto contenido sexual o pretendían extorsionar utilizando esas imágenes.
Entre las estrategias que los criminales utilizan para entablar comunicación con menores está la creación de cuentas falsas en las que alardean de su condición e influencia social o económica para impresionar a sus víctimas. El Centro Nacional sobre Desapariciones y Explotación de Niños recomienda estar alerta a señales como conversaciones o juego de roles conducentes a ganarse la confianza del menor, solicitudes de fotos explícitas de los menores o intercambiar ese tipo de imágenes o incluso ofrecer muestras de aceptación, como los “me gusta” o “likes” en las redes sociales. ICE, cuenta con una aplicación para teléfonos inteligentes en la que se puede proveer información sobre presuntos depredadores de menores que están siendo buscados por las autoridades, también disponible en el sitio www.ice.gov/es/depredador/alertas-sospechosos
Quienes intercambian o compran contenido sexual que utiliza menores participan de un crimen que eslabona con la trata humana. Lo responsable es denunciar cualquier actividad de ese tipo.
Quien sea hallado culpable se expone a fuertes condenas. Por delitos de posesión, producción o distribución de material de abuso sexual infantil pueden enfrentar hasta 30 años en prisión. Y otros 30 años en prisión por viajar al extranjero para cometer abusos sexuales con niños o por ser un facilitador en estos delitos. El tráfico de niños como esclavos sexuales puede conllevar cadena perpetua.
Frenar esta práctica que lastima las vidas y la dignidad de nuestros menores es un deber de toda la sociedad. Hagamos lo necesario para que crezcan sanos y protegidos.