Un reto fijar los salarios legislativos
Dos expresidentes de Senado y Cámara recuerdan que hay múltiples factores a considerar en este asunto, por ejemplo, la independencia de cada funcionario electo
Si bien pudiera resultar deseable que se cree un plan de clasificación y retribución para establecer los salarios de los empleados legislativos, la tarea representa un reto que requeriría hacer valer los poderes de la presidencia de los cuerpos y reconocer, igualmente, la independencia de cada senador y representante electo.
Esa es la posición del expresidente del Senado Kenneth McClintock, quien indicó que no es apropiado que la presidencia, posición que ocupó durante el cuatrienio 2005-2008, tenga tanto control de las oficinas legislativas.
En entrevista por separado, José Ronaldo “Ronny” Jarabo, quien lideró la Cámara de Representantes de 1985 a 1992, dijo que sería recomendable establecer topes salariales, aunque en el proceso se debe tener cuidado para que las escalas reconozcan la experiencia, preparación académica y el factor confianza.
McClintock dijo, por un lado, que la presidencia de los cuerpos legislativos tiene poderes “casi omnímodos” que permiten al presidente, por ejemplo, decidir cuál será el presupuesto de las comisiones. En esencia, dijo McClintock, al designar presidentes de comisiones como las de Hacienda y Gobierno, el líder legislativo está delegando poderes.
“Por esa delegación de poderes, te voy a dar una asignación básica para tus funciones, un dinero para que ejerzas los poderes que te he delegado. Ese poder no es delegado por el pueblo, sino yo que tengo ese poder y te asigno unos recursos”, aseguró McClintock.
De otra parte, McClintock, quien ahora es cabildero, señaló que los miembros de la mayoría parlamentaria tienen el poder de decidir el presupuesto de las oficinas de la vicepresidencia y de sus portavoces en la medida que esas posiciones son electas y responden a ellos como delegación.
Sin embargo, en el caso de los presupuestos de las oficinas legislativas, McClintock opinó que el presidente legislativo puede tener un grado de “supervisión”.
“Pero no decir si una recepcionista puede ganar $1,000 o $1,500”, sostuvo.
Jarabo señaló, por su parte, que se ha demostrado en la Legislatura hay compensaciones han excedido los parámetros de la “razonabilidad y la proporción”. No obstante, indicó que enfocarse en si un empleado de un legislador gana más que el funcionario no es la mejor vara para medir si un salario es apropiado.
“Puede ocurrir que ese empleado tenga más preparación que el propio legislador o que el legislador decida consolidar en esa persona varias tareas”, expresó Jarabo. Expuso que hay empleados que, sin una gran preparación académica, han acumulado conocimiento durante años en el Capitolio, dirigiendo comisiones, por ejemplo, lo que, a juicio, los hace merecedores de salarios altos.
Otros elementos a considerar en caso de que se pretendan regular los salarios en las oficinas legislativas incluyen analizar cuánto la persona ganaría con su experiencia y la preparación académica en la empresa privada. Además, se debe recordar que la Legislatura es un cuerpo político en el que impera el elemento de confianza.
“Alguna autonomía debe tener el legislador individual. Si quien lo eligió legislador fue el pueblo, quien lo debe sacar es el pueblo”
KENNETH MCCLINTOCK EXPRESIDENTE DEL SENADO
“No hay criterios uniformes ahora para establecer una compensación por trabajo y queda totalmente al libre albedrío del poder nominador”
JOSÉ RONALDO JARABO EXPRESIDENTE DE LA CÁMARA
DE REPRESENTANTES