El Dr. Riesco, la ingeniería industrial y Puerto Rico
El próximo 22 de octubre, un grupo de pasados estudiantes y amigos del Dr. Armando Riesco nos reuniremos para celebrar su vida. El Dr. Riesco falleció el pasado 10 de septiembre de 2020. Va a ser un grupo bien reducido, de acuerdo con las reglas vigentes que limitan el número de personas que se pueden reunir en un mismo sitio. Es una pena, pues las vidas que tocó el Dr. Riesco son miles y un salón con 300 sillas no sería suficiente para darle espacio a todos los que le rendirían homenaje a este querido profesor.
El Dr. Riesco llegó al antiguo Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas, hoy el Recinto Universitario de Mayagüez, para el año 1970. Para entonces enseñaba cinco clases en los temas de estadísticas, “Engineering Economy” y “Operations Research”.
Estas clases son el fundamento de lo que hoy se conoce como “Lean Six Sigma”, de la buena selección de proyectos y de la optimización de los procesos con recursos limitados.
En nuestras conversaciones con el Dr. Riesco siempre surgía el tema de que el gobierno de Puerto Rico, en todas sus ramas, debía tener un departamento de Ingeniería Industrial. Era uno de sus sueños.
La razón para esto es que nuestro gobierno a nivel central y a nivel de nuestros municipios está pasando por un momento en el que los recursos económicos están cada vez más limitados. Hace falta optimizar los procesos de forma que se pueda brindar el mejor servicio a la ciudadanía con los recursos que hay disponibles.
En Puerto Rico contamos con cuatro universidades que preparan ingenieros industriales, muchos de los cuales son reclutados por compañías de manufactura y servicios en los Estados Unidos. ¡Imagínese usted que aquí aprovecháramos esos recursos y que, en cada agencia del gobierno, en cada municipio, hubiese un departamento de Ingeniería Industrial con ingenieros e ingenieras, educados en Puerto Rico, diseñando y mejorando continuamente sus procesos! Un departamento que sea autosustentable y que a la misma vez prepare buenos administradores para las agencias públicas y para todas las ramas del gobierno.
Durante los actos funerales del Dr. Riesco, uno de sus hijos, Armando Riesco, Jr., nos dijo que su padre tenía una meta: dejar el mundo mejor que como él lo encontró.
Todos los que fuimos sus estudiantes, compañeros de trabajo y amigos, podemos dar fe de que él logró su meta. Todos podemos dar testimonio de que gracias a las enseñanzas del Dr. Riesco y, sobre todo, de su ejemplo, somos mejores ingenieros, mejores personas y mejores ciudadanos.
¡Muchas gracias, Armando!
Ing. Migdoel Rodríguez San Juan