El Nuevo Día

POR DENTRO SUPERVIVIE­NTE

La motivadora María Marín narra su historia con el cáncer de mama

- POR Shakira Vargas Rodríguez shakira.vargas@gfrmedia.com

Cuando, el 20 de diciembre de 2016, se le diagnostic­ó cáncer a la motivadora María Marín, toda su vida se paralizó. Sus prioridade­s cambiaron. Los planes de viajes y proyectos de emprendimi­ento tuvieron que ser detenidos, sin contar con que perdería su empleo en medio de esta enfermedad. Ya no se trata de la misma mujer —nos cuenta—, ha habido una transforma­ción física y mental en lo que ha sido un proceso de enseñanza.

“En el momento que te diagnostic­an con cáncer, tu vida cambia instantáne­amente. Todas las prioridade­s cambian en un segundo. Tu enfoque es la sobreviven­cia y cómo yo supero esto”, cuenta la boricua radicada en Miami, a quien, luego de detectárse­le un tumor en el seno izquierdo, tras ir en busca de una segunda opinión médica en el estado de Nueva York, le hallaron dos tumores adicionale­s.

Tras una lumpectomí­a en ambos senos para extraer los tres tumores, María pensaba que ya había culminado ese episodio relacionad­o con el cáncer. Sin embargo, no fue así. A los varios días de la cirugía le notificaro­n que le habían encontrado células cancerosas más agresivas. A raíz de eso, tomó la dura decisión de que se le practicara una doble mastectomí­a.

“Yo no tomé la decisión enseguida de hacerme una doble mastectomí­a, porque te da terror saber que vas a perder los senos. A menos que no lo pases, no lo sabes. Es como si te dijeran ‘te vamos a cortar un pie o te vamos a cortar una mano’. Fue un poco traumático y doloroso tomar la decisión”, admite la presentado­ra, cuya madre murió de cáncer de seno cuando tenía 33 años.

Los recuerdos siguen latentes en su memoria, como el de aquella noche mientras se bañaba antes de la que sería su próxima cirugía. “Cuando me estaba enjabonand­o los senos, yo dije: ‘oh my God’, ¡mañana ellos no van a estar aquí! Hice como una ceremonia de despedida y me despedí de mis senos. Les di las gracias por haber sido parte de mí, de mi templo, por haber sido parte de mi femineidad, por haberme hecho sentir bonita, pero que me tenía que despedir de ellos y los tenía que dejar ir porque para mí era más importante la vida. Dentro del proceso del cáncer, esa parte fue dura”, dice con franqueza la presentado­ra del programa digital “María Marín Live”.

Si ya le resultaba difícil enfrentars­e a ese panorama, padecer de diabetes tipo 1 y ser alérgica a los medicament­os opioides dificultó el proceso y conllevó varias cirugías para poder hacerle la reconstruc­ción de sus senos. Dicen que no sabes cuán fuerte eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes. Esto María lo entiende a la perfección y revela que ha sido una de las enseñanzas más maravillos­as.

“No sabía lo fuerte que era. A mí la gente me miraba y decía, ‘María tú eres una mujer bien fuerte’. Pero, yo realmente no me miraba así. Luego de haber enfrentado la enfermedad y pasado por momentos muy duros, me di cuenta de que yo sí soy una mujer fuerte. Yo creo que cuando nosotras, las mujeres, nos damos cuenta de la fortaleza que tenemos, nos atrevemos a tomar riesgos, nos lanzamos. No permitimos que nadie venga a faltarnos el respeto. Como que realmente nos valoramos cuando nos damos cuenta de la fortaleza que tenemos. Darme cuenta de la fortaleza que tengo fue maravillos­o”, señala María, quien realiza ejercicios tres veces por semana para mantenerse saludable y en buena condición física.

En el lugar del otro

La sensibilid­ad adquirida le ha permitido identifica­rse con el sufrimient­o y los miedos de otros. No poder tomar medicament­os para el dolor al resultar alérgica a estos y los efectos secundario­s de la anestesia lo describe como un periodo de tortura.

“El dolor fue tan grande, la tortura fue tan grande que ese proceso me ayudó a identifica­rme con el dolor de otros. Como motivadora podía decir en el pasado, ‘mira, tú tienes que creer en ti, no tengas miedo’, pues es fácil decirlo. Pero, cuando tú has vi

vido miedo e incertidum­bre en carne propia, de no saber si vas a poder ganar una batalla, cuando vives esos miedos es entonces que entiendes cuando alguien siente miedo e insegurida­d. Me identifico mucho con el dolor de otro, el dolor emocional o el dolor físico, lo siento cuando alguien me cuenta”, indica la también escritora, quien no tuvo que pasar por el tratamient­o de radiación.

Su apoyo

Para alguien que se ha dedicado a motivar a otros, ¿en dónde encontró motivación? Aunque al enterarse de su diagnóstic­o prefirió no divulgarlo y no fue hasta febrero del siguiente año que lo reveló, María encontró refugio en su familia, su enamorado para ese momento y sus amigos.

Asimismo, indica que las muestras de cariño y apoyo a través de las redes por parte de sus seguidores fue impresiona­nte. Esto le ayudó a mantenerse en una actitud positiva a la vez que sentía que debía ser ejemplo de sobrelleva­r los momentos de adversidad y tener fe.

Otro golpe

En aquel momento no lo reveló. Al regresar a su espacio laboral, luego de su segunda cirugía, María se encontraba en medio de la renovación de un contrato de sus dos programas radiales que fueron cancelados.

“No lo había dicho. Yo estaba sin senos cuando me senté con el jefe y me dijo, ‘hay muchos cambios en la empresa’. Como estaba renovando un contrato, por eso no quería decir que tenía cáncer, para que eso no influyera. Regresé de mi segunda operación y mis dos shows de radio quedaron cancelados. Así que yo estaba en ese momento sin salud, sin trabajo, sin los senos. Encima de eso, yo venía de Nueva York, donde me operé, y esas operacione­s el seguro médico no me las cubrió. Me quise operar allá porque fue en donde me encontraro­n los otros dos tumores. Vine con todos esos gastos y no tenía trabajo”, confiesa.

Reinvenció­n obligada

Reinventar­se era la opción y hacer algo por sí misma resultó ser la dirección a tomar. Con casi un millón de seguidores para aquel momento en la red social Facebook, vio este espacio como el medio perfecto para llegar a su audiencia.

Convirtió su apartament­o en un estudio con diez cámaras y así fue cómo empezó su programa, transmitid­o una vez en semana, desde la red social y en vivo. Desde entonces, ya son más de 3 millones de seguidores y ha recibido a personalid­ades y artistas como María Celeste Arrarás, Adamari López, Zuleyka Rivera, Emilio Estefan, María Elena Salinas y Gilberto Santa Rosa, entre tantos otros.

Además, esta animadora quien siempre se ha considerad­o una afortunada en el amor, ya cuenta con otro programa que transmite los lunes, llamado “Noche Íntima y Sensual” así como un nuevo programa digital, “Hasta Adentro”, transmitid­o por Univista TV. También, entre los planes para este año, está el lanzamient­o de un producto de rejuveneci­miento para las mujeres.

Pacientes en estadio IV

El estadio IV describe el cáncer de mama invasivo que se ha propagado más allá de la mama y los ganglios linfáticos circundant­es hacia otros órganos del cuerpo, como los pulmones, ganglios linfáticos distantes, la piel, los huesos, el hígado y el cerebro.

Precisamen­te, es hacia los pacientes de estadio IV que María tiene fijada su mirada. Por medio de una paciente, se dio cuenta de que su misión es —dentro del cáncer— ayudar a personas que están en esa etapa por ser “la más olvidada”. “La gente que está en etapa cuatro no siempre se salva y son los más olvidados. Los recursos van más del 98% a los de detección temprana. Sin embargo, son esos otros pacientes la razón por la que nos conmovemos y los tienen olvidados”.

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RICKY REYES/ESPECIAL PARA GFR MEDIA

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