“A quien yo represento en esa junta es a Puerto Rico”
El recién designado a la Junta de Supervisión Fiscal habla de su nominación y detalla sus prioridades al interior del organismo fiscal
Aunque reconoció que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) no goza de muchos adeptos, el exdirector de la Compañía de Fomento Industrial de Puerto Rico (Pridco, en inglés) Antonio Medina no dudó un instante en hacerse disponible cuando, hace unos seis meses, recibió una llamada del Congreso para conocer su disponibilidad.
Desde aquella llamada, de la que no ofreció detalles, Medina mantuvo silencio absoluto. Por ello, desde que el pasado lunes la Casa Blanca anunció su designación al organismo, su teléfono no ha parado de sonar.
“Para mí, ayudar a Puerto Rico, ser parte de la solución a los problemas de Puerto Rico, es una oportunidad. Ayudar a tu país, a tu prójimo y mejorar las condiciones para todos nosotros y tener esta encomienda de ser parte de la Junta, en este momento tan crítico, es un privilegio, es un honor”, dijo el extitular de Pridco.
Medina, junto a la comisionada de Educación, Betty Rosa, y el socio administrador de DCI Group, Justin Peterson, es uno de los tres nuevos directivos de la JSF nombrados por el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump.
En su primera entrevista con El Nuevo Día, aseguró que, desde su nuevo cargo, buscará dar prioridad a temas de política económica, cumplimiento y divulgación, pero también procurará que la Universidad de Puerto Rico tenga los recursos que necesita y que los pensionados reciban su sustento.
Para Medina, cuya consideración había sido reseñada previamente por este diario, haber sido nominado desde la oficina de la líder demócrata y speaker Nancy Pelosi y haber sido nombrado por Trump, constituye una muestra de confianza “bipartidista” hacia lo que podría aportar a Puerto Rico, en momentos en que la política norteamericana está “tan fragmentada”.
Medina llega a la JSF para llenar los zapatos de José B. Carrión, el empresario de seguros que, en 2016, fue nombrado por el entonces presidente Barack Obama como el directivo del organismo residente en Puerto Rico, según las categorías establecidas en la ley federal Promesa. Carrión -quien presidió la JSF- dejó su cargo el pasado 5 de octubre, no sin antes haber sido perseguido e increpado en varias ocasiones, incluso en su propia empresa en Hato Rey, por opositores al organismo.
En ese sentido, Medina reconoció que su familia está “preocupada”, pero se mostró confiado en que la experiencia de haber ocupado un cargo público, desde el cual impulsó la actividad económica de la isla, le sirva para desempeñarse en la nueva posición. Medina encabezó Pridco durante buena parte de la administración de
Alejandro García Padilla.
Antes de dirigir Pridco, trabajó por más de dos décadas como ejecutivo de Merck, incluyendo la dirección financiera (CFO, en inglés) de la farmacéutica en Centroamérica y Brasil. Medina es ingeniero industrial y posee una maestría en Finanzas de la Escuela Wharton en la Universidad de Pensilvania.
¿QUÉ APORTARÁ?
Medina espera aportar a la JSF sus conocimientos en temas de gestión financiera, particularmente en materia de cumplimiento y divulgación de desempeño.
“En una empresa privada, simplemente, no puedes trabajar si no tienes un presupuesto balanceado”, dijo.
Pero, sobre todo, el ingeniero está convencido de que los próximos cinco años serán decisivos para Puerto Rico.
“Creo que Puerto Rico tiene una oportunidad única. Tengo confianza en que con Pedro Pierluisi en la gobernación, por su
entendimiento de los asuntos federales y de gobierno, pueda capitalizarse en una oportunidad única y nuestro objetivo (en la JSF) debe ser trabajar en equipo para lograr los cuatro presupuestos balanceados que se necesitan, volver al mercado de forma saludable, acceder a deuda para la operación normal del país y terminar con la Junta de una manera que resulte positiva para Puerto Rico”, dijo Medina. “Ese es mi objetivo”.
También, se mostró esperanzado en que figuras como Manuel Cidre, quien estará a la cabeza del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio, y el exsenador Larry Seilhamer, en la secretaría de Estado, deben ayudar a ser agentes catalíticos de los cambios que se necesitan para que Puerto Rico crezca de manera sostenida.
ÉNFASIS A LO ECONÓMICO
El ingeniero se refería a la posibilidad de que el gobierno federal adopte nueva legislación y política pública para promover el regreso de sus multinacionales vinculadas a fármacos y dispositivos médicos a suelo estadounidense, un nicho donde Puerto Rico es líder.
Explicó que Puerto Rico necesita clarificar su estado contributivo ante el mundo inversionista. Específicamente, Medina sostuvo que la isla necesita conseguir un lenguaje en la normativa contributiva federal que le asegure “ventajas competitivas en relación a Irlanda o Singapur”, jurisdicciones donde se aplica el llamado GILT tax. Además, manifestó que los cambios a la Ley 154, que estableció el arbitrio del 4% a las foráneas, deben proveer un nivel similar de recaudos al erario, pero en una ecuación que favorezca la retención y atracción de nuevas empresas a la isla.
Medina, quien sostuvo que sin crecimiento económico no habrá cómo pagar a los bonistas, mostró apertura a enmendar Promesa, siempre que sea para facilitar la implementación del Título V, la sección que buscaba dar prioridad al desarrollo de proyectos económicos y de infraestructura, y se propone rescatar el informe económico que trabajó el grupo congresional bipartita. Promesa requirió la preparación de un informe con recomendaciones para la reactivación económica de la isla, pero no dispone qué se haría luego de ese ejercicio.
Medina indicó que dedicará algún tiempo a familiarizarse con los temas de la JSF. Agregó que, tras su nominación, había recibido una llamada de Peterson, con quien dijo coincidir en “algunas áreas”, y que también había conversado con la directora ejecutiva de la JSF, Natalie Jaresko, para comenzar a empaparse de los trabajos del organismo.
El ingeniero es presidente de Convergent Strategies, una firma de consultoría que hace negocios principalmente en Puerto Rico, pero que también ha tenido proyectos en Connecticut y República Dominicana.
Entre los clientes de la firma han figurado Palmas del Mar Properties, el estudio legal McConnell Valdés y empresas puertorriqueñas de todo tamaño.
“Nunca hemos sido contratistas del gobierno”, subrayó Medina, al plantear que ya ha comenzado un proceso en su firma para dedicar parte de su tiempo a la JSF. “Vamos a cumplir con todos los requisitos y procedimientos de conducta ética que son requeridos”.
Los miembros de la JSF no reciben compensación alguna por sus servicios en el organismo con poderes por encima del gobierno electo de la isla.
LA ENCOMIENDA DE LA JSF
A preguntas en torno al tipo de directivo que la JSF tendrá y el proceso de negociación con los acreedores, Medina sostuvo que “tenemos que llegar a un acuerdo donde todos los participantes tengan la oportunidad de salir bien”.
Pero, acto seguido, añadió que, si bien podrían darse ciertos ajustes, su mandato requiere asegurar que los pensionados puedan continuar recibiendo sus beneficios y será “alta prioridad que la Universidad de Puerto Rico y los servicios públicos se mantengan y estén disponibles para el pueblo de Puerto Rico”.
“Debemos entender los intereses de los bonistas, de entidades que han apoyado a la isla por mucho tiempo, pero también tenemos que proteger los derechos y beneficios de nuestra gente. A quien yo represento en esa junta es a Puerto Rico. Siempre voy a tener eso presente”, acotó.
“Debemos entender los intereses de los bonistas, de entidades que han apoyado a la isla por mucho tiempo, pero también tenemos que proteger los derechos y beneficios de nuestra gente”
ANTONIO MEDINA
DESIGNADO A LA JUNTA DE SUPERVISIÓN FISCAL