Vacunación
Algunas guías de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) relacionadas con la vacuna contra el COVID-19 parten de la premisa de que no hay dosis suficientes para todos, como ocurre actualmente. Una de esas guías identifica los grupos que se inmunizarán primero, comenzando por los profesionales de la salud, y otra explica los principios éticos considerados para decidir a quién inmunizar. Esos principios incluyen maximizar los beneficios y minimizar los daños, lo cual se refiere al uso de los datos disponibles para promover la salud pública y disminuir la enfermedad severa y la muerte lo más posible. El segundo es la disminución de las inequidades en salud, procurando que todo el mundo tenga la misma oportunidad de estar tan saludable como sea posible. El tercer principio ético promulgado por los CDC como base de sus determinaciones sobre la vacuna contra el coronavirus es promover la justicia, que se refiere a la responsabilidad de tratar a las poblaciones y comunidades afectadas de forma justa, eliminando cualquier barrera que exista para que se puedan vacunar contra esa enfermedad. El cuarto principio es la transparencia, con el cual señala un proceso de decisión que sea claro, comprensible y sujeto a revisiones. Que se permita y se promueva la participación del público en la creación y revisión de las determinaciones. En medio del inicio de la inmunización en Puerto Rico, los cuestionamientos sobre el orden de los grupos y la información de que se vacunaron algunas personas a quienes no les tocaba, ahora es importante repasar los objetivos éticos que se establecieron para el proceso.