“La mayoría de los patronos no tenía (el teletrabajo) incluido en ninguno de los protocolos (de violencia) porque no lo pensábamos como una realidad”
● Los patronos son responsables, por ley, de establecer procesos de cómo manejar este tipo de situaciones, aún cuando más personas trabajen desde sus hogares
WANDA PIÑA CONSULTORA SENIOR DE RECURSOS HUMANOS PARA AON
Aun cuando la pandemia forzó a más personas a trabajar desde sus hogares, se mantiene igual la responsabilidad que por ley tiene el patrono de establecer procedimientos para manejar situaciones relacionadas a la violencia doméstica en el ambiente laboral.
Encarar esta responsabilidad se vuelve más retante durante la pandemia de COVID-19, pues el teletrabajo y el confinamiento en los hogares provoca que las víctimas estén encerradas con sus agresores.
Por eso, Wanda Piña, consultora senior de Recursos Humanos de la compañía de servicios profesionales Aon, recomendó a las organizaciones que adapten sus protocolos de violencia doméstica a la nueva realidad del trabajo remoto. “La mayoría de los patronos no tenía esto incluido en ninguno de los protocolos porque no lo pensábamos como una realidad”, expuso.
Agregó que los patronos deben hacer un análisis de manejo de riesgo de violencia. “Debo ver dónde están mis empleados, cómo los veo, invitarlos a encender sus cámaras cuando hago la videoconferencia, ver si tenía personas que ya estaban en situaciones de violencia, si tenía agresores en mi plantilla”, detalló Piña durante un seminario virtual sobre la responsabilidad patronal ante la violencia de género durante la pandemia.
Una vez el protocolo esté listo, aconsejó repasar y readiestrar a todo el personal acerca del manejo de este tipo de situaciones en el lugar de trabajo. También recomendó, de ser posible, ampliar el programa de ayuda al empleado y distribuir material informativo acerca de qué deben hacer los trabajadores en estos casos y dónde pueden buscar ayuda, incluyendo una lista de contactos de instituciones gubernamentales o sin fines de lucro que asisten a víctimas de violencia de género.
Informó que en otros países han aumentado los casos de violencia doméstica durante la pandemia. Según la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, este año en Puerto Rico se registraron 5,928 casos entre el 1 de enero y el 30 de noviembre. Ante una mayor incidencia, es más probable que los patronos tengan que lidiar con situaciones de esta índole.
De hecho, Yadira Pizarro, principal oficial ejecutiva de Escape, centro de intervención, tratamiento y prevención del maltrato a menores y violencia familiar, indicó que las situaciones de estrés son los principales detonantes de violencia y maltrato, incluso en personas sin antecedentes de agresión. Todos los cambios al diario vivir provocados por la pandemia -desde el desempleo y el trabajo remoto hasta el encierro y la educación en el hogar de los niños- son fuentes de estrés.
Se trata de un estrés que puede provocar que las personas sientan miedo, ansiedad, agotamiento, dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, dificultad para dormir, irritabilidad, resistencia a los cambios, depresión y problemas de pareja.
“Debemos apoyar a los empleados y empleadas a cómo manejar todo esto y continuar con la productividad laboral”, sostuvo Pizarro. Recomendó a los patronos adoptar una mayor flexibilidad y si, por ejemplo, saben que mucha de su plantilla trabaja en casa y tiene menores en casa tomando clases virtuales al mismo tiempo, puede mover las reuniones virtuales con los empleados para las tardes, cuando las tareas escolares han terminado. “Mientras más rígido usted sea, peor le va a ir a la persona tratando de hacer balance con todo lo que sucede en su hogar, más estrés va a generar, más se va a enfermar y más licencias va a solicitar”, dijo.