El Nuevo Día

“La mayoría de los patronos no tenía (el teletrabaj­o) incluido en ninguno de los protocolos (de violencia) porque no lo pensábamos como una realidad”

● Los patronos son responsabl­es, por ley, de establecer procesos de cómo manejar este tipo de situacione­s, aún cuando más personas trabajen desde sus hogares

- RUT N. TELLADO DOMENECH rut.tellado@gfrmedia.com Twitter: @rut_tellado

WANDA PIÑA CONSULTORA SENIOR DE RECURSOS HUMANOS PARA AON

Aun cuando la pandemia forzó a más personas a trabajar desde sus hogares, se mantiene igual la responsabi­lidad que por ley tiene el patrono de establecer procedimie­ntos para manejar situacione­s relacionad­as a la violencia doméstica en el ambiente laboral.

Encarar esta responsabi­lidad se vuelve más retante durante la pandemia de COVID-19, pues el teletrabaj­o y el confinamie­nto en los hogares provoca que las víctimas estén encerradas con sus agresores.

Por eso, Wanda Piña, consultora senior de Recursos Humanos de la compañía de servicios profesiona­les Aon, recomendó a las organizaci­ones que adapten sus protocolos de violencia doméstica a la nueva realidad del trabajo remoto. “La mayoría de los patronos no tenía esto incluido en ninguno de los protocolos porque no lo pensábamos como una realidad”, expuso.

Agregó que los patronos deben hacer un análisis de manejo de riesgo de violencia. “Debo ver dónde están mis empleados, cómo los veo, invitarlos a encender sus cámaras cuando hago la videoconfe­rencia, ver si tenía personas que ya estaban en situacione­s de violencia, si tenía agresores en mi plantilla”, detalló Piña durante un seminario virtual sobre la responsabi­lidad patronal ante la violencia de género durante la pandemia.

Una vez el protocolo esté listo, aconsejó repasar y readiestra­r a todo el personal acerca del manejo de este tipo de situacione­s en el lugar de trabajo. También recomendó, de ser posible, ampliar el programa de ayuda al empleado y distribuir material informativ­o acerca de qué deben hacer los trabajador­es en estos casos y dónde pueden buscar ayuda, incluyendo una lista de contactos de institucio­nes gubernamen­tales o sin fines de lucro que asisten a víctimas de violencia de género.

Informó que en otros países han aumentado los casos de violencia doméstica durante la pandemia. Según la Oficina de la Procurador­a de las Mujeres, este año en Puerto Rico se registraro­n 5,928 casos entre el 1 de enero y el 30 de noviembre. Ante una mayor incidencia, es más probable que los patronos tengan que lidiar con situacione­s de esta índole.

De hecho, Yadira Pizarro, principal oficial ejecutiva de Escape, centro de intervenci­ón, tratamient­o y prevención del maltrato a menores y violencia familiar, indicó que las situacione­s de estrés son los principale­s detonantes de violencia y maltrato, incluso en personas sin antecedent­es de agresión. Todos los cambios al diario vivir provocados por la pandemia -desde el desempleo y el trabajo remoto hasta el encierro y la educación en el hogar de los niños- son fuentes de estrés.

Se trata de un estrés que puede provocar que las personas sientan miedo, ansiedad, agotamient­o, dificultad para concentrar­se, pérdida de memoria, dificultad para dormir, irritabili­dad, resistenci­a a los cambios, depresión y problemas de pareja.

“Debemos apoyar a los empleados y empleadas a cómo manejar todo esto y continuar con la productivi­dad laboral”, sostuvo Pizarro. Recomendó a los patronos adoptar una mayor flexibilid­ad y si, por ejemplo, saben que mucha de su plantilla trabaja en casa y tiene menores en casa tomando clases virtuales al mismo tiempo, puede mover las reuniones virtuales con los empleados para las tardes, cuando las tareas escolares han terminado. “Mientras más rígido usted sea, peor le va a ir a la persona tratando de hacer balance con todo lo que sucede en su hogar, más estrés va a generar, más se va a enfermar y más licencias va a solicitar”, dijo.

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archivo Las situacione­s de estrés son, en algunos casos, uno de los principale­s detonantes para que haya violencia y maltrato, incluso en personas sin antecedent­es de agresión, según la directora ejecutiva de Escape, Yadira Pizarro.

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