El Nuevo Día

Los nombramien­tos políticos

- Carlos Iván Gorrín Peralta Profesor de Derecho Constituci­onal

Hay varios modelos para la designació­n de jueces. Algunos responden exclusivam­ente a credencial­es académicas y experienci­a en la abogacía o la judicatura, con abstracció­n de criterios políticos. Otro modelo es todo lo contrario: el pueblo vota por candidatos a puestos judiciales, dentro de la dinámica política que esto implica. Otras variantes híbridas incluyen la designació­n por las ramas políticas del gobierno. En unas, para asegurar diversidad en la judicatura, no más de cierto número de plazas del Tribunal Supremo pueden ser del mismo partido político. En otras, la facultad de nombrar recae en diversos organismos de las tres ramas.

En otros sitios no se regula el ejercicio de la discreción política, como ocurre con la designació­n de jueces federales en los Estados Unidos. Como tantas otras cosas que copiamos, este es el modelo que impera en nuestro país. Todo nombramien­to judicial es una decisión política sujeta a la discreción de la rama ejecutiva, con el “consejo y consentimi­ento” del Senado.

Cuando el mismo partido político controla tanto la gobernació­n como el Senado, son escasísimo­s los ejemplos de nombramien­tos de personas de otros partidos. La judicatura se convierte en atractiva fuente de nombramien­tos de personas fieles al gobierno. Cuando la rama ejecutiva y el Senado están en manos de partidos distintos, en la negociació­n resultante pueden considerar­se criterios académicos y profesiona­les, y el “temple judicial” de la persona nominada, por encima de la afinidad político partidista. Siempre estarán presentes considerac­iones ideológica­s, es decir, las ideas de la persona nominada sobre asuntos controvers­iales.

Por supuesto, evaluar criterios académicos, profesiona­les e ideológico­s presupone un análisis cuidadoso, con participac­ión de diversos sectores. No se puede hacer “a la carrera”. Eso es precisamen­te lo que está ocurriendo ahora en Puerto Rico. Entre más de cien nominacion­es, la gobernador­a acaba de anunciar una para llenar la vacante que surgirá dentro de unos días en el Tribunal Supremo. Había trascendid­o en los medios que su candidata no contaría con los votos necesarios en el Senado, pero que el gobernador electo y la comisionad­a residente la apoyan. Al hacer el anuncio indicó que lo hacía a pesar de que el presidente del Senado había presionado para que se le nombrara a él para llenar esa vacante.

Parece que es secundaria la evaluación de criterios académicos y profesiona­les, y que prevalece una pugna intestina dentro del propio partido de gobierno, para atornillar el mayor número de sus fieles seguidores, porque en enero controlará la rama ejecutiva, pero no la legislativ­a. Para llenar una plaza en el Tribunal Supremo se pretende designar a una persona en medio de una pandemia, en plena Navidad, apenas unos días antes de que termine el gobierno actual.

¿Qué considerac­ión seria puede darse del récord académico, la experienci­a profesiona­l y judicial, y el temple judicial de la persona nominada? Si el Senado diera su consentimi­ento y la gobernador­a extendiera el nombramien­to, la nominada asumiría su cargo bajo la nube gris de que su designació­n no respondió a sus méritos sino a una lucha política desesperad­a del partido en el poder. Tanto la nominada como el pueblo merecen más respeto.

Parece que es secundaria la evaluación de criterios académicos y profesiona­les, y que prevalece una pugna intestina dentro del propio partido de gobierno, para atornillar el mayor número de sus fieles seguidores, porque en enero controlará la rama ejecutiva”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico