El Nuevo Día

La ‘burbuja’ del BSN fue una zona libre del virus

El director del grupo médico que estableció estrictos protocolos salubrista­s para poder montar el torneo cuenta los detalles que permitiero­n la coronación de un campeón este año

- JORGE FIGUEROA LOZA jorge.figueroa@gfrmedia.com Twitter: @jorgefloza

En la recién concluida ‘burbuja’ de Baloncesto Superior Nacional (BSN) en el hotel Wyndham Grand Río Mar de Río Grande no hubo tolerancia con la estrella de las Grandes Ligas Yadier Molina ni con el propio líder del cuerpo médico, el cardiólogo Luis Molinary, respecto a protocolo salubrista para evitar contagios de COVID-19.

Fueron tan estrictas las reglas que, incluso, en una parranda que le llevaron a los jugadores el pasado 9 de diciembre, un integrante de la liga fue divisado sin mascarilla en la actividad y de inmediato fue enviado a su cuarto para ser aislado.

Este tipo de extremos, según Molinary, llevó a que durante las siete semanas del certamen en la hospedería no se detectara ningún caso interno, un acierto que llevó al organismo a coronar un campeón en una atípica temporada 2020.

El éxito se combinó con la importanci­a de lucir un tapabocas en todo momento entre las más de 400 personas que trabajaron en la producción del certamen.

“No perdonamos a nadie”, dijo Molinary a El Nuevo Día. “Ni a Yadier ni a mí misde mo. Rápido levantamos bandera cuando detectábam­os un fallo. Nadie, absolutame­nte nadie podía salirse del protocolo”, agregó.

El también médico de los campeones Vaqueros de Bayamón encabezó un grupo de especialis­tas compuesto por el internista Miguel Magraner, galeno de los Leones de Ponce y su homólogo Manuel Polanco, de los Capitanes de Arecibo; William Félix Rodríguez, emergenció­logo con ocho años de experienci­a en la organizaci­ón en eventos de la NBA; la doctora Kenira Thompson; el fisiatra Fernando Sepulveda; y los epidemiólo­gos del Departamen­to de Salud, José López de Victoria, y Yonaica Plaza, bajo el liderazgo de Fabiola Cruz López; para regir orden en la ‘burbuja’.

Tampoco fue que estuvieron encima de los jugadores para que cumplieran al pie de la letra las normas establecid­as. Molinary agregó a la lista de aciertos el compromiso 120 los atletas para que el torneo se completara sin contagios entre ellos.

“Mucha gente apostaba que iba haber un brote a la semana de comenzar esto. Muchos de eso comentario­s en las redes iban dirigidos a jugadores con nombre y apellido. Eso para mí fue una falta de respeto a esos muchachos. Todos ellos estuvieron enfocados y se regañaban ellos mismo. Fueron los que más estrictos siguieron el protocolo”, comentó.

El régimen de prevención comenzó durante las llamadas ‘pre burbujas’, los campamento­s aislados de los 10 equipos para entrenar rumbo a la reanudació­n de la temporada y donde se comenzaron a realizar las pruebas moleculare­s semanales, costeadas por el Departamen­to de Salud a través de los fondos federales de la Ley Cares. De la preparació­n salieron dos brotes: uno detectado en las filas de los Vaqueros de Bayamón antes de ingresar al hotel, y el segundo a la llegada a la hospedería, en el personal de los Santeros de Aguada, antes del tirar la bola al aire.

Otro caso fue el escolta de los Atléticos de San Germán Isaac Sosa, quien llegó de jugar de México en las semanas finales de la fase regular del BSN. Sosa entregó una prueba negativa realizada 48 horas antes de ingresar, pero al sexto día de estar encerrado en un cuarto del Wydham, una nueva prueba detectó positivo.

Sobre Molina, dueño de los Vaqueros, el pelotero visitó en varias ocasiones a su equipo antes de dormir en el hotel para los playoffs. Durante sus visitas, tuvo que llevar una prueba PCR hecha en un periodo de 24 horas para luego realizarse un examen de antígenos en el hotel. No podía tener contacto con los jugadores, observándo­los competir desde una cápsula de cristal con su propio baño.

A esto se le añade los nueve jugadores que salieron para participar en la ventana de FIBA en Indianápol­is con el Equipo Nacional a finales de noviembre.

En todos los ejemplos, hubo cooperació­n y entendimie­nto de los protagonis­tas, sin quejas ni peleas

“El único sitio donde no había COVID en Puerto Rico era en un sitio donde era todo estricto (la burbuja). La gente tiene que entender, las sanciones existían, pero el deseo de que esto se lograra fue por encima y por eso me quito el sombrero con toda la gente que estuvo adentro. Fueron los verdaderos campeones”, declaró Molinary.

“A la gente que anda en la calle y que todavía, a estas alturas del juego, le resta importanci­a, las base para contender la pandemia son las mascarilla­s, las pruebas y los rastreos. Todo esto lo hicimos en la burbuja”, agregó.

Todo el proceso para bloquear al coronaviru­s su entrada al hotel provocaron lecciones para el futuro, si alguna vez se repita un escenario similar.

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bsn Gracias a un estricto protocolo salubrista, el BSN pudo completar su temporada del 2020. En la foto a la izquierda, los campeones Vaqueros celebran con sus fanáticos en Bayamón. Mientras, sobre estas líneas, Ysmael Romero le entrega el trofeo de campeón a Moncho Loubriel, el querido mascota del equipo.

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