Devoción Navideña
La historia del hogar que se convirtió en un museo de Nacimientos
Apenas tenía unos ocho años cuando Ángel D. López García recibió un regalo sinigual para un niño de su edad. Fue su abuelo materno quien puso en sus manos las figuras que componen el Nacimiento
del Niño Jesús en Belén, en vez de un juguete. Desde ese momento, cambió su vida para siempre.
La ilusión que despertó en él, lo llevó a imaginar cómo habría sido ese momento en que nació el Niño Rey. Ahora en su adultez y con toda una historia detrás de cada Nacimiento que recibe en sus manos, a Ángel le sigue provocando la misma emoción cuando trata de revivir en su mente lo que pudo haber sido aquel instante en el pesebre, con María, José y el Niño Jesús rodeados de animales. De contarlo, se le eriza la piel y le invade la emoción.
“Siempre he dicho, cuando el Niño Jesús nació yo creo que hasta la tierra tuvo que haber temblado. Tú te imaginas esos pastores cuando vieron esos ángeles. Eso tuvo que haber sido tan emocionante. No sé si la Biblia lo menciona, pero yo digo, que hasta la tierra tiene que haber temblado porque es el hijo de Dios el que nació”, dijo emocionado el hombre de 50 años, quien por décadas ha iniciado una tradición llena de fervor por ese acontecimiento, de la que ha hecho partícipe no solo a su comunidad, sino a personas de diferentes lugares de la isla que le visitan.
Una enredadera de parcha cubre -cual si fuera una cortina de exterior- toda la parte frontal de una modesta residencia que ubica en el barrio Vista Alegre en Río Piedras. No es una casa cualquiera, es la casa que le pertenecía a los abuelos de Ángel y que por décadas ha sido como una especie de pesebre gigante en el que habitan cientos de figuras que componen el Nacimiento del Niño Jesús. Cada rincón de esa estructura construida hace más de 80 años y que ya nadie vive, los cobija desde el área de la sala hasta los dos cuartos y una marquesina.
No lleva la cuenta de cuántos Nacimientos son en su totalidad, pero todos los años, cuando llega el mes de septiembre, cada día, desde las 4:00 a.m. -antes de ejercer como maestro de teatro- comienza a montar lo que son las estampas navideñas, que se componen de los Nacimientos que son ubicados según sus características, además de figuras de los Reyes Magos, una villa que incluye a Santa Claus y cascanueces, pascuas en tiestos que llenan de color el jardín y 12 árboles de Navidad decorados que son distribuidos por toda la propiedad.
“Ese Nacimiento me inspiró y siempre que llegaba la Navidad le celebraba el cumpleaños al Niñito Jesús, con bizcocho y globos. Pero era un fervor que crecía, crecía y crecía. Cada vez que iba pasando el tiempo, que veía un nacimiento y lo podía costear, lo compraba, me motivaba y a su vez era un fervor que nacía. A través del tiempo, he visto que es como una sed, como algo insaciable. No se trata de la compradera de nacimientos, sino de cómo llega cada uno y el simbolismo que hay en ellos”, afirma el caballero, quien relata que esta exhibición permanece por 40 días, desde el Día de Acción de Gracias hasta el Día de Reyes.
Aunque hay algunos Nacimientos que se quedan expuestos durante el año, Ángel asegura que la disciplina es lo que le ha permitido tener toda una logística para conservarlos y de que todo esté impecable.
Ha recibido nacimientos de personas que lo visitan y se hacen parte de esta devoción, que ha servido de festejo. Incluso, por muchos años se celebraba el Festival del Niño del Pesebre, una fiesta de tres días en la que se llegó hasta a cerrar la calle, donde se presentaban diversos conjuntos de música y personalidades reconocidas. Además, la gastronomía navide
“No sé si la Biblia lo menciona, pero yo digo, que hasta la tierra tiene que haber temblado porque es el hijo de Dios el que nació”
ÁNGEL D. LÓPEZ GARCÍA EDUCADOR
ña condimentaba esta celebración. Cuando llegaba la noche, desde otra calle se bajaba a son de trullas para hacer el encendido de la casa y sus alrededores, que consta de unas siete casas en donde residen sus familiares.
La aparición de alguna enfermedad en su familia y los sucesos por los que ha venido atravesando Puerto Rico en los pasados años, han impedido la celebración de ese festival y ha trastocado la celebración de los 40 días. Sin embargo, en la actualidad siguen recibiendo personas de diversos pueblos y denominaciones religiosas, que les visitan para hacer el recorrido. Ahora con la pandemia, se han tomado las debidas precauciones.
“Esto se convirtió en un lugar donde dejaban el Niño, como si fuera un ‘nursery’. Quienes me han obsequiado, todos los años vienen a ver sus Nacimientos. Cada uno tiene un verdadero sentido porque nos preparamos para eso, para visualizar un millón de veces cómo pudo haber sido ese momento tan importante para los cristianos, en este caso para mi familia. Como maestro también trato de que mis estudiantes vean que el verdadero sentido de la Navidad es eso”, señaló Ángel, quien a diario también se dedica a dar servicio de venta de comidas, gracias a la influencia de las mujeres de su familia, que además de ser costureras, son excelentes cocineras.
Ángel reafirma que el espíritu de la Navidad tiene que permanecer mientras aclara que lo que hace no es decoración ni colección, sino un fervor. Vive el hoy, sin pensar en qué va a pasar el día que los años no le permitan montarlo o ya no esté en este plano terrenal, pero confía en que se continúe esa tradición fervorosa.
“Según llegó a mí este fervor, yo estoy seguro de que cuando yo no esté o los años no me lo permitan, el Señor va a seleccionar a alguien para que continúe con el fervor y amor por esto. Mientras yo tenga fuerzas, mis Nacimientos van a estar expuestos, la Navidad se va a celebrar y, sobre todo, vamos a proclamar que la Navidad es lo que nos quema por dentro”, concluyó.