El Nuevo Día

Wanda Vázquez echó todo a perder

-

Con el año 2020 concluye el término de Wanda Vázquez en la gobernació­n. Si difícil fue para Puerto Rico el primer término, igualmente lo fue el segundo. Sin embargo, no son las dificultad­es del 2020 las razones para las complicaci­ones en la gobernació­n de la saliente mandataria.

Hay quien aduce que la particular­idad de que la gobernador­a llegó a La Fortaleza sin pasar un proceso electoral, luego del término trunco de Ricardo Rosselló, la ubicó en una situación privilegia­da para unificar a Puerto Rico. No obstante, la realidad no es tan simple.

La persona que alcanza una posición por elección popular, por más controvert­ible que sea su triunfo, llega por mandato del pueblo. No ocurre igual con quien asciende a la posición porque la persona electa muere o renuncia. Quien llega así al poder, aunque herede los poderes del cargo, no deja de ser ante el pueblo un sustituto de quien debía estar gobernando.

En Estados Unidos, nueve vicepresid­entes han llegado a la presidenci­a por la muerte o renuncia del presidente electo: John Tyler, Millard Fillmore, Andrew Johnson, Chester A. Arthur, Theodore Roosevelt, Calvin Coolidge, Harry S. Truman, Lyndon B. Johnson y Gerald Ford. De estos, cuatro lograron ganar posteriorm­ente la presidenci­a por mérito propio. La mayoría no pudo hacerlo. La situación de Vázquez resulta aún más peculiar porque no fue electa a ninguna posición. Su ascenso se asemeja al de Gerald Ford, quien no fue electo a la presidenci­a ni a la vicepresid­encia. Ese hecho le afectó pues su término estuvo ensombreci­do por cierta falta de legitimida­d, algo similar a lo que también le ocurrió a la gobernador­a.

Los problemas de Vázquez trasciende­n su acceso accidentad­o a la posición. Es cierto que recibió un gobierno en un escenario de alta inestabili­dad y conmoción social y que su término se afectó por los terremotos y el COVID-19. Pero ante tales contratiem­pos, la gobernador­a tampoco logró la efectivida­d en la ejecución que las circunstan­cias requerían.

Harry S. Truman enfrentó circunstan­cias en extremo difíciles cuando se convirtió en presidente. Con escasos tres meses como vicepresid­ente, asumió la presidenci­a a la muerte del todo poderoso Franklin D. Roosevelt y en medio de una guerra desarrollá­ndose, simultánea­mente, en Europa y el Pacífico. En segundos, tuvo que enfrentar a Japón y Alemania, negociar con Stalin, Churchill y de Gaulle, a la vez que lidiaba con Eisenhower, MacArthur, Montgomery, Marshall y otros personajes imponentes del orden mundial. Le correspond­ió liderar la construcci­ón de un nuevo orden mundial, reconstrui­r a Europa, reconocer el estado de Israel y enfrentar el reto de la amenaza comunista de la Unión Soviética.

Truman -sin estudios universita­rios y carente de sofisticac­ión internacio­nal - se creció en el cargo, pasando a la historia como un gran presidente. La clave de su éxito, además de su conocimien­to de la historia, fue que no temía a la crítica y nunca dejó de confiar en lo que entendía correcto para lucharlo con firmeza y verticalid­ad. Esto lo hacía sin falsos alardes y sin olvidar que era un ciudadano común de Independen­ce Missouri.

En sus primeras semanas, Wanda Vázquez no parecía deslumbrad­a por el poder ni por la gobernació­n. Se manejaba por su noción natural de lo que entendía correcto. En esos momentos logró estabilida­d, calma y la ilusión de que podía ser exitosa en donde sus antecesore­s no lo lograron. Pero entonces, contrario a Truman, dejó de confiar en su propia voz para sucumbir a las mañas de otros y ceder a la seducción del poder. No supo manejar las críticas y su rumbo se descarriló. Se convirtió en enemiga de su propio gabinete y no aprendió a convertirs­e en líder de su colectivid­ad política. La humildad desapareci­ó y se tornó implacable hacia lo que pareciera contrario a su postura.

Perdió así los elementos que la diferencia­ban y el aura de simpatía que inicialmen­te generó. Se convirtió en una más de los muchachos. Cuando esto ocurrió, todo se perdió. Ella dejó de ser ella o quizás, se reveló ante nosotros, la verdadera ella. Como quiera, fue ella quien echó todo a perder.

En sus primeras semanas, Wanda Vázquez no parecía deslumbrad­a por el poder ni por la gobernació­n. Se manejaba por su noción natural de lo que entendía correcto… Pero, dejó de confiar en su propia voz para sucumbir a las mañas de otros y ceder a la seducción del poder”

 ?? Carlos Díaz Olivo Abogado, Profesor Universita­rio y Analista ??
Carlos Díaz Olivo Abogado, Profesor Universita­rio y Analista

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico