Holberton School busca donantes para fondo de becas
● La academia de programación quiere apoyar a alumnos excelentes que necesitan cubrir sus gastos diarios
El programa intensivo de programación Holberton School, que comenzó operaciones en Puerto Rico en marzo, tiene la meta de levantar $100,000 para nutrir un fondo inicial de becas para facilitar que algunos de sus estudiantes con necesidades económicas puedan dedicarse a tiempo completo a su capacitación.
“El curso requiere un esfuerzo fenomenal de su parte. Es bastante exigente y requiere que estén concentrados”, explicó la directora del recinto Verónica Colón, al detallar la iniciativa que nació de observar los malabares que ejecutan algunos alumnos para sustentarse. Las donaciones las canalizan mediante la organización Fundación Comunitaria, que cuenta con las certificaciones debidas como entidad sin fines de lucro.
Una de las primeras donaciones individuales la completó Allison Kern, socia del fondo de inversiones Morro Ventures y quien reside en Puerto Rico hace cuatro años. Kern indicó que en ese periodo ha visto un “crecimiento tremendo” en el ecosistema de tecnología e innovación, pero a la vez ha observado que “el pilar que aún necesita fomentarse más para lograr su desarrollo es el talento, especialmente técnico”.
“Creo que Holberton es una tremenda vía para suplementar el talento técnico existente para desarrollar aspirantes a programadores en desarrolladores completos”, afirmó sobre su motivación para aportar.
Holberton tienen un modelo, probado desde 2016 en Silicon Valley, de no cobrar matrícula hasta que el estudiante culmina su programa y consigue un trabajo en el campo tecnológico que pague un mínimo de $30,000 anuales. Según Colón, la apuesta es que, con la escasez de talento disponible para puestos de programación y desarrollo de aplicaciones que requieran destrezas actualizadas, las ofertas iniciales casi siempre superan ese umbral.
Sin embargo, mientras llega ese momento, son conscientes de que muchos de los estudiantes corren el riesgo de no poder completar el programa sencillamente porque sin generar ingreso no tienen cómo sustentarse. “La donación irá directa al estudiante, para que coman, echen gasolina, puedan pagar renta y no se tengan que preocupar de estos gastos diarios”, puntualizó Colón.
Colón presentó a Gustavo Hornedo, de 28 años, “como un ejemplo claro del tipo de estudiante al que le ofreceríamos la beca”. “Tiene la puntuación más alta. Pero tiene una necesidad porque ya no está trabajando”, explicó sobre el joven que había comenzado estudios de ingeniería de computadoras hace unos ocho años pero los tuvo que poner en pausa, precisamente, para atender situaciones económicas.
“He descubierto una pasión enorme por la programación, pero inicialmente no pensé que (el curso) me tomaría tanto tiempo”, expresó Hornedo, quien antes de iniciar el curso en septiembre se ganaba la vida como conductor para Uber.
Otro ejemplo de alto aprovechamiento pese a condiciones retantes lo es Joshua Carreras, de 23 años y quien optó por la programación tras percatarse que lo suyo no era la ingeniería que estudió por tres años. Mientras adelanta los proyectos de Holberton y asiste a los cursos, hace turnos en construcción, incluso de 7:00 a.m. a 5:00 p.m, lo cual le deja horas de la noche y unos pocos días para “adelantar lo más que puedo”.
“Lamentablemente no teníamos el fondo desde antes, pero los primeros en ser considerados son los que comenzaron este año. Son mis rockstars”, finalizó Colón.
Los individuos y organizaciones pueden donar en el siguiente enlace: : https://donatepr.com/holberton-pr-scholarship-fund.