2020, un año para olvidar
En el deporte, niños, jóvenes, atletas profesionales, aficionados, y entrenadores se quedaron sin taller, y los fanáticos fueron privados de ver grandes eventos
La pandemia causada por el COVID-19, sin duda, golpeó con fuerza y le robó taller de trabajo y grandes momentos al deporte a nivel local e internacional durante este año.
En el 2020 pandémico fueron pocos los eventos que sobrevivieron las posposiciones y cancelaciones ante el virus para evitar mayores contagios.
Y los pocos eventos deportivos que sí estuvieron activos, cerraron las puertas a sus fanáticos, quedando ese vacío en los estadios y arenas.
El mundo se quedó sin ver las Olimpiadas de Tokio, que fueron la principal suspensión en el mundo deportivo. Se quedó sin ver a los principales atletas del mundo en el ruedo olímpico, incluyendo a una nueva edición del Dream Team de Estados Unidos, que siempre que participa en los Juegos del Verano es una de las principales atracciones.
Puerto Rico, por su parte, se quedó sin ver —por el momento— el histórico debut olímpico de la Selección Nacional femenina de baloncesto, que lidera la veterana armadora, Pamela Rosado.
Japón y el Comité Olímpico Internacional (COI) tuvieron que tomar una decisión salubrista por encima de una económica, lo que resultó complicado. Y el martes 24 de marzo anunciaron la posposición de los Juegos por un año hasta el 2021.
Pospuestas las Olimpiadas, como efecto directo también fueron pospuestos cientos de eventos clasificatorios para Tokio entre marzo y junio. Las selecciones de baloncesto masculino y de béisbol son dos que buscarán el pase a Tokio en 2021.
Continentalmente, los fanáticos se quedaron sin ver en vivo a sus equipos favoritos. Los estadios vacíos de fanáticos fue una imagen desalentadora alrededor del mundo, tanto para seguidores como jugadores y entrenadores.
En Estados Unidos, cientos de miles de fanáticos no pudieron ver a sus equipos de MLB, NBA, NHL, y MLS, cuyas ligas cerraron las puertas a la fanaticada por el tema de la seguridad y redujeron en muchos casos hasta la mitad la celebración de sus calendarios.
La NBA, en su caso, montó una ‘burbuja’ en Orlando y solo por televisión se pudo ser testigo del último minuto de juego del puertorriqueño José Juan Barea con los Mavericks de Dallas.
Y solo por la pantalla chica algunos pudieron ver al jinete boricua Manny Franco ganar el Belmont Stakes o a John Velázquez ampliar su resumé de Salón de la Fama con sus victorias en el Kentucky Derby y el Breeders Cup.
Ningún boricua pudo viajar a Las Vegas para sentir la pegada de Edgar Berlanga, como sí hacían para ver a Tito Trinidad o Miguel Cotto.
En Europa, los fanáticos alemanes no pudieron ver en vivo al Bayern Munich y a su Jugador del Año FIFA 2020, Robert Lewandoswki, coronarse campeones de la Bundesligas y de la Champions League.
En Brasil tiene que haber sido soso para el Sau Paulo coronarse campeón de fútbol sin el calor de su fanaticada. ¿Y qué habrá sido del estadio La Bombonera sin los cánticos de sus fanáticos argentinos?
De seguro, el velatorio del exfutbolista argentino Diego Maradora hubiese durado una semana.
SIN BÉISBOL EN LAS MENORES
Deportivamente, la pandemia tampoco permitió el desarrollo de cientos de peloteros boricuas en las ligas Menores de las Grandes Ligas, cuya temporada fue cancelada en su totalidad. No se sabrá si el 2020 hubiese sido el año del debut para el
principal prospecto de la isla, el jardinero Heliot Ramos, con los Giants de San Francisco.
El 2020 tampoco dejó completar la temporada de voleibol en la NCAA, en donde el carolinense Gabriel García se dirigía a ganar el campeonato con la Universidad Brigham Young. Al menos, la NCAA le dio el premio Jugador del Año de la liga en la abreviada temporada.
AFECTADAS LAS LIGAS LOCALES
El deporte en Puerto Rico también fue duramente golpeado por la pandemia, tal vez más que en muchos países.
Aquí los Cangrejeros de Santurce no pudieron revalidar su campeonato en la pelota profesional luego de que decidieran no participar tras la decisión de jugar sin fanáticos en las gradas. El torneo se redujo a cuatro equipos y a 18 juegos. Tampoco fue posible ver un casi seguro sexto campeonato corrido de las Criollas de Caguas en el Voleibol Superior, que canceló su torneo en medio de la pandemia. Y en el caso de los varones, el torneo superior de voleibol nunca comenzó.
El Béisbol Doble A tampoco pudo reanudar su torneo, tras paralizarlo en marzo, y la LAI no festejó su tradicional Festival Deportivo en el segundo semestre, incluyendo las Justas de Atletismo.
Las pérdidas de salarios de jugadores desempleados tienen que haber sido de cientos de miles de dólares localmente y de millones internacionalmente.
SIN CATEGORÍAS MENORES
Aquí no se pudo ver deporte competitivo a nivel de categoría menores, de colegio ni de universidades. Cerraron cientos de clubes y decenas de ligas. Se perdieron cientos de trabajos y talleres.
Toda esa actividad quedó cancelada por las órdenes ejecutivas o voluntariamente por la conciencia de líderes y padres.
En fin, el 2020 fue para olvidar deportivamente hablando también.