El Nuevo Día

Sila María Calderón: “Nosotros no somos una colonia”

La primera mujer gobernador­a de la isla ofrece su perspectiv­a sobre el status, habla acerca de cómo atacar la pobreza y revela qué hubiera hecho distinto si tuviese que encaminar hoy día su proyecto de comunidade­s especiales

- LUIS ALBERTO FERRÉ RANGEL luis.ferrerange­l@gfrpr.com

Las condicione­s de pobreza e inequidad en Puerto Rico han empeorado durante las últimas dos décadas. En muchos lugares de la isla, las condicione­s son casi las mismas desde la década de los años treinta, cuando se fundaba el Partido Popular Democrátic­o (PPD), reflexiona Sila María Calderón, la primera mujer gobernador­a de Puerto Rico.

En entrevista con Calderón, quien hoy día escribe sus memorias, la exgobernad­ora aborda sin titubear los temas de pobreza, status, la mujer y la política. Sentencia que tanto el PPD como el Partido Nuevo Progresist­a han fracasado en el proyecto social. Subraya que, por medio de su Fundación Centro para Puerto Rico, su mayor satisfacci­ón es dar herramient­as a mujeres jefas de familia para atacar la pobreza y romper con el ciclo de la dependenci­a.

Además, insiste en la necesidad de fortalecer el Estado Libre Asociado (ELA) con más poderes propios y, en paralelo, proteger la ciudadanía norteameri­cana.

El Partido Popular nació de los años 30, de las luchas sindicales, de la lucha contra la pobreza. Pan, Tierra, Libertad son el estandarte del Partido Popular Democrátic­o. ¿Ha perdido su esencia el PPD?

—Primero voy a decir que las realidades están iguales. Lo que es importante es que se enfoque el partido en esas realidades, porque las realidades de los (años) 30, casi se están repitiendo. Ahora es otro Puerto Rico, pero la pobreza es horrorosa. Y lo de la tierra también. Muchísimas personas sin hogar. Miles de personas con toldos azules. O sea, es una tragedia que por alguna razón estamos ignorando. Todos los partidos lo están ignorando y tenemos que volver a esa esencia.

¿Qué le parece el proyecto de status de las congresist­as Alexandria Ocasio Cortez y Nydia Velázquez?

—Me parece un proyecto imaginativ­o, pero al mismo tiempo no estoy totalmente de acuerdo con él. Yo creo en Puerto Rico. A mí, la palabra colonia, yo sencillame­nte no la acepto. Nosotros no somos una colonia, pero nosotros sí tenemos un status ahora que necesita mejorarse y que se necesita adquirir mayores poderes para que nosotros nos sintamos más cómodos. Sobre todo, lo que ha pasado en la última una o dos décadas de los poderes que Estados Unidos ha ejercido sobre Puerto Rico. Hay que mejorar ese status. Hay que determinar en una consulta seria, con aval del Congreso, entre distintas alternativ­as. Pero el proyecto necesita un poco de cambio.

Cuando usted habla de darle más autonomía o más fortaleza al Estado Libre Asociado, ¿hacia qué dirección?

—Bueno, hacia una dirección que mantenga a la ciudadanía norteameri­cana, la relación con Estados Unidos, pero que nos dé a nosotros unos poderes sobre asuntos internos nuestros, asuntos jurídicos también y asuntos de relaciones con otras naciones u otros países.

Me da la impresión de que usted se ha movido un poquito más, un poquito en su definición, en su visión.

—Bueno, uno va madurando y va cambiando de un poco, matizando las creencias de uno. Pero no es que me he movido. Yo siempre me he sentido así.

Bueno, Sila, usted fue la primera mujer electa gobernador­a, la segunda mujer electa por la capital de Puerto Rico, la primera secretaria de Estado, la primera secretaria de la Gobernació­n. Además, ha sido una exitosa mujer de negocios y una jefa de familia de la cual usted se siente muy orgullosa.

—Me siento muy orgullosa de mi familia.

Sila, este año la mujer que más votos recibió en la Legislatur­a fue la licen

ciada María de Lourdes Santiago, del Partido Independen­tista Puertorriq­ueño. También, entraron a la Legislatur­a cuatro mujeres, dos de ellas del Movimiento Victoria Ciudadana y dos del Proyecto Dignidad. Además, 121 mujeres aspiraron a un cargo político este año y 33 resultaron electas, 23 legislador­as y nueve alcaldesas. ¿Qué le parece esta incursión?

—Me parece magnífica y, según va pasando el tiempo y las mujeres van entendiend­o que pueden trabajar fuera del hogar o estar en puestos públicos, pues mejor ejemplo se da a las mujeres que vienen detrás y hay más balance en las decisiones que se toman, porque obviamente los hombres y las mujeres, aunque somos iguales, somos distintos y los enfoques de vida, los enfoques de trabajar, los problemas o los asuntos se complement­an.

La equidad de género, la equidad social, la justicia social están todas muy atadas a los movimiento­s, no solamente los años 60 y 70, y podemos ir hacia principios del siglo pasado, cuando el movimiento sufragista feminista empezó en Estados Unidos y aquí. Pero trasladánd­onos al presente, en cuanto a la pobreza en Puerto Rico, en estos momentos 70% de las madres jefas de familia con niños viven bajo el nivel de pobreza. Y el 57% de los niños viven bajo el nivel de pobreza en Puerto Rico. A pesar de que ha habido un avance muy significat­ivo en el mundo corporativ­o y en el mundo, digamos, político y otras áreas, todavía hay mucho trabajo que hacer para reivindica­r los derechos de una mujer nacida en la pobreza. ¿Qué le parece?

—Me parece que tenemos una obligación. Todos nosotros, los que hemos tenido la dicha de no nacer o vivir en la pobreza, de además dar una mano a todas esas mujeres y personas, sus hijos y las personas de su entorno que están viviendo en la pobreza, para ayudar a crear unos ambientes donde ellas puedan apoderarse de sí misma y echar hacia adelante en la vida. Llevo más de 30 años trabajando con personas en pobreza, que es una obligación que llevo en mi alma y que todos los puertorriq­ueños tenemos que entender que el país no puede echar hacia adelante con la cantidad de personas que tenemos en pobreza.

Cuando usted fue gobernador­a, usted trabajó muchísimo con las comunidade­s especiales, creó una oficina exclusiva para ellos, con el con el foco de autogestió­n comunitari­a. Si usted fuese gobernador­a ahora, ¿qué haría distinto con respecto a ese proyecto?

—Lo haría igual y obviamente le añadiría el cúmulo de experienci­as que he tenido desde que fui gobernador­a hasta ahora, hace más de 20 años, de eso he aprendido mucho más. Le añadiría algunos aspectos.

¿Cómo cuáles?

—Lo que estoy haciendo ahora en la Fundación, en mi fundación. Ayudar a ese apoderamie­nto personal y esa autogestió­n dirigida al desarrollo económico. Específica­mente a levantar a las mujeres y a los seres humanos en desventaja, a un desarrollo económico a través de la autogestió­n empresaria­l. Creo que es importante esa salida de la pobreza y que las personas en pobreza puedan integrarse a la economía formal.

Usted ha sido la única gobernador­a que se ha dedicado a un proyecto social después que sale de la vida pública como gobernador­a. ¿Qué ha sido lo más frustrante de dirigir un proyecto social?

—Quizás el reto más grande -yo no usaría la palabra frustració­n- que tenemos es poder levantar más fondos para llegar a más personas. Las corporacio­nes, los individuos de recursos, tienen que darse cuenta de que la pobreza está escondida. Y quizás ese es el reto más grande que he tenido.

¿Y qué ha sido lo más gratifican­te de su trabajo como presidenta de su fundación?

—Son tantas cosas. Es sencillame­nte ver esas mujeres -nosotros entrenamos también hombres y jóvenes, no solamente mujeres, pero nuestro enfoque principal es el de las mujeres- que van a crear su propio empleo, su propio negocio, mejor dicho, es ver cómo florecen… Vienen a la graduación con sus niños, a veces con sus padres también, y esos niños están viendo que esas madres van a poner su empleo y algunas de ellos, los jóvenes, los adolescent­es, las ayudan.

¿Sila, cuando vamos a ver un libro que recoja sus memorias?

—Pronto. Estoy escribiend­o mis memorias. Las retrasé un poco por la pandemia. Es una historia de mi vida, desde mi niñez, desde antes que yo nazco, de mis abuelos, de mis padres, de mi infancia, hasta ahora. Y obviamente, los tiempos que serví en el gobierno son los tiempos que más me han llegado al alma. Pero yo serví también en el proyecto de Cantera y tengo ahora la Fundación. Así es que todas esas partes donde estoy sirviendo. Yo no soy una persona política. Yo soy una servidora pública o una trabajador­a de gobierno. La política nunca me ha movido tanto, pero mi corazón está en el gobierno de Puerto Rico.

“Estoy escribiend­o mis memorias. Las retrasé un poco por la pandemia. Es una historia de mi vida, desde mi niñez, desde antes que yo nazco, de mis abuelos, de mis padres, de mi infancia, hasta ahora”

SILA MARÍA CALDERÓN

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Pablo.martinez@gfrmedia.com La exgobernad­ora Sila María Calderón afirma que el status necesita mejorarse.

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