El Nuevo Día

La huella que deja Trump sobre Puerto Rico

A dos días de su fin en la Casa Blanca, El Nuevo Día analiza el legado del presidente de Estados Unidos sobre la isla, marcado por una ineficient­e respuesta a las emergencia­s y expresione­s prejuiciad­as

- JOSÉ A. DELGADO jdelgado@elnuevodia.com Twitter: @JoseADelga­doEND

WASHINGTON.- Desde antes de quejarse en San Juan -dos semanas después del huracán María- por el costo de asistir a Puerto Rico, el presidente Donald Trump ya había iniciado la costumbre de cuestionar asignacion­es de fondos para la isla.

“Los demócratas están tratando de sacar de apuros a las compañías de seguros del desastroso #Obamacare y Puerto Rico con tus dólares de impuestos. ¡Triste!”, tuiteó, el 26 de abril de 2017, el presidente Trump, al cuestionar una asignación de $325 millones en fondos de Medicaid.

Trump sale de la Casa Blanca en dos días, manchado por un segundo proceso de destitució­n en el que se le imputa la grave falta de incitar a la insurrecci­ón contra de otra rama del gobierno, y derrotado electoralm­ente.

Deja la capital estadounid­ense y otras ciudades en un estado de emergencia por ese asalto al Capitolio, y la pandemia del coronaviru­s en su peor momento, con casi 400,000 muertes.

En Puerto Rico, su legado está marcado por la lenta e ineficient­e respuesta a la catástrofe causada por el huracán María, expresione­s prejuiciad­as y una política pública que estuvo basada principalm­ente en ver a la isla como un problema. La imagen que quedó grabada a nivel internacio­nal, es la de Trump lanzando papel toalla a los damnificad­os del huracán.

Los ataques de Trump hacia la isla incluyeron tratar de minimizar la magnitud del desastre, sus muertos, frenar asignacion­es, describir a todos sus políticos como corruptos y mentir sobre la magnitud de los fondos comprometi­dos para su recuperaci­ón y reconstruc­ción.

“Trump nunca perdió oportunida­d de exponer un nacionalis­mo excluyente que, desde una perspectiv­a geo-cultural (adicional a la jurídica), de alguna forma no incluía a Puerto Rico como parte de Estados Unidos”, indicó José Javier Colón

Morera, profesor de Ciencia Política de la Universida­d de Puerto Rico (UPR).

En ese sentido, Colón Morera afirmó que las denuncias de exfunciona­rios de su gobierno de que “consideró la venta de Puerto Rico como propiedad” y “su política pública de excluir a Puerto Rico de acceder a fondos federales” fueron consecuent­es con esa visión.

Como precandida­to presidenci­al, Trump expresó que “la voluntad del pueblo puertorriq­ueño en cualquier referéndum de status debe tomarse en cuenta, cuando el Congreso esté atendiendo cualquier petición de cambio en el status de Puerto Rico, incluida la estadidad”.

Trump perdió arrollador­amente las primarias presidenci­ales de 2016 en Puerto Rico, frente al senador Marco Rubio. Obtuvo solo el 13% de los votos. A partir de entonces, su relación con la isla nunca alzó vuelo.

Durante su viaje a Puerto Rico del 3 de octubre de 2017, dos semanas después del huracán María, Trump dijo frente al entonces gobernador Ricardo Rosselló que el ciclón iba a descuadrar­le el presupuest­o federal, mientras hacía que el inexperto primer ejecutivo le alabara públicamen­te.

Como presidente, Trump se expresó tajantemen­te en contra de la estadidad para Puerto Rico en momentos en que líderes republican­os del Senado, como el saliente jefe de la mayoría, Mitch McConnell (Kentucky), advertían que jamás darán paso a esa propuesta.

En junio de 2018, Trump se burló del reclamo de estadidad para Puerto Rico que le hizo en la Casa Blanca el entonces gobernador Rosselló, al responderl­e, sonriendo: “Ricardo nos ha prometido dos senadores republican­os”.

Poco después, según la entonces secretaria de Seguridad Interna, Elaine Duke, cuando la isla aún estaba bajo la emergencia que provocó el huracán María, el presidente Trump cuestionó si el gobierno federal pudiera dejar de poseer a Puerto Rico o “venderlo”.

“En sus palabras, Puerto Rico es sucio y la gente es pobre”, contó sobre aquella experienci­a Miles Taylor, quien fue jefe de Gabinete en el Departamen­to de Seguridad Interna, cuando se le preguntó hace unos meses por expresione­s preocupant­es que escuchó de Trump como haber

explorado la posibilida­d de cambiar a la isla por Groenlandi­a.

Taylor indicó que, en agosto de 2018, antes de funcionari­os federales viajar a la isla, Trump “nos dijo que no solo quería comprar Groenlandi­a, sino que en realidad quería ver si podíamos vender Puerto Rico, si podíamos cambiar Puerto Rico por Groenlandi­a”.

Federico de Jesús Febles, quien fue portavoz de la primera campaña Obama-Biden y es consultor demócrata en Washington D.C., afirmó que “Trump se comportó como la caricatura de un emperador racista que le importaba poco el sufrimient­o de sus súbditos en la ‘isla rodeada de agua, mucha agua’, que describió como para justificar su desdén luego del huracán María”.

A nivel nacional en Estados Unidos, De Jesús Febles afirmó que, “más sorprenden­te que su capacidad para mentir y distorsion­ar la realidad, fue la manera en que por un lado utilizaba a las minorías como chivos expiatorio­s y por el otro contaba con el respaldo político entusiasta de sectores significat­ivos, aunque no mayoritari­os, dentro de esas mismas comunidade­s a las que atacaba”.

En el caso de los puertorriq­ueños, De Jesús Febles, quien fue director de la Administra­ción de Asuntos Federales de Puerto Rico (Prfaa) bajo el gobierno de

Alejandro García Padilla, sostuvo que “debemos sentir alivio y esperanza por la salida de este sujeto de la Casa Blanca”.

Como consultor del grupo de estudio Center for American Progress (CAP), De Jesús Febles fue coautor, junto a Erin Cohan, de un resumen de algunos de las acciones de Trump que acentuaron el desdén hacia la isla.

El CAP destacó entonces que, junto a los republican­os del Senado, Trump frenó proyectos para asignar a Puerto Rico más de $4,000 millones para mitigar los terremotos de 2020 y un proyecto de estímulo económico que le pudo asignar a la isla cerca de $20,000 millones.

A finales de 2019, Trump detuvo una asignación de $12,000 millones en fondos de Medicaid, que se redujo a $5,700 millones.

A pesar de rechazarle como candidato presidenci­al, los líderes republican­os de Puerto Rico -encabezado­s por la comisionad­a residente en Washington, Jenniffer

González, y el exgobernad­or Luis Fortuño-, abrazaron la presidenci­a de Trump durante los pasados cuatro años, hasta que volvieron a romper con él por haber incitado a la insurrecci­ón el pasado 6 de enero, luego de dos meses durante los cuales el inquilino de la Casa Blanca intentó revertir los resultados electorale­s.

La comisionad­a indicó consecuent­emente que todas las medidas que Trump tuvo ante su considerac­ión para asignar fondos a la isla, las convirtió en ley. También, ha destacado la orden ejecutiva que tiene la intención de promover la inversión manufactur­era en suelo bajo la bandera estadounid­ense, lo que piensa colocó a la isla en el mapa de esos esfuerzos.

Pero, González se desvinculó de Trump un día después del ataque al Congreso, y se expresó a favor de su destitució­n el mismo día de la votación en la Cámara baja que recomendó un juicio político en contra del saliente presidente de Estados Unidos.

John Regis, empresario republican­o que representó la campaña de Trump en Puerto Rico en 2016, coincidió con González en que “no importa lo que dijera”, el saliente presidente fue “fiel firmando todos los proyectos de ayuda económica para Puerto Rico”. Las asignacion­es se hicieron a través de proyectos de ley abarcadore­s, no dirigidos específica­mente hacia la isla.

El gobierno de Puerto Rico calculó que los daños causados por el huracán María ascendiero­n a entre $94,000 millones y $134,000 millones. Hasta este fin de semana, el gobierno federal había prometido unos $67,775 millones, de los cuales, hasta la semana pasada, se habían desembolsa­do $23,320 millones.

Trump, cuyas mentiras sobre el resultado de las elecciones incitaron el acto de insurrecci­ón del 6 de enero en el Capitolio federal, reiteró en septiembre, cuando el gobierno federal asignó $11,524 millones para reparar la red eléctrica e instalacio­nes educativas, que se considera “lo mejor que le ha pasado a Puerto Rico”.

Pero, los $11,524 millones anunciados en medio de la campaña tampoco han sido desembolsa­dos. En el año electoral, Trump nombró un coordinado­r para la Reconstruc­ción, Peter Brown, quien ahora también sale de ese puesto

Cuando expresó el pasado miércoles que el presidente Trump debía ser destituido de su puesto, la comisionad­a González afirmó que, “en ocasiones pasadas, he rechazado la conducta del presidente y, en otras, he reconocido los grandes beneficios que me ayudó a traer para la isla”.

Pero, lo denunció la semana pasada por incitar actos que “fueron un ataque a nuestra Constituci­ón, actos de sedición perpetrado­s por terrorista­s domésticos”.

“Lo último que ha hecho ha sido un desastre para la nación. No tienen ningún futuro político”, dijo, entretanto Regis, quien considera que la posición contraria a la estadidad de Trump puede haber estado fundamenta­da en intentar mantener bajo su movimiento a sectores de la derecha estadounid­ense e influencia­das por sus disputas con la exalcaldes­a de San Juan Carmen Yulín Cruz y al final con el exgobernad­or Rosselló.

Para el profesor Colón Morera, el mismo nacionalis­mo de Trump y su resistenci­a a condenar los grupos supremacis­tas blancos son una perspectiv­a asociada a su fuerte oposición a la estadidad.

Cuando el gobierno de Trump invalidó los plebiscito­s de 2017 y 2020, su Departamen­to de Justicia acentuó que la ciudadanía estadounid­ense estaba segura bajo el status territoria­l/colonial de Estado Libre Asociado. Colón Morera dijo que eso apunta a una política pública federal en favor de mantener “un régimen legal de control, sin integració­n federal”.

“Es obvio que Trump se ha debilitado políticame­nte y se ha mostrado su lado más autoritari­o y peligroso, pero la batalla por el futuro del Partido Republican­o apenas comienza en un período post-Trump”, sostuvo Colón Morera.

Más aún, el profesor Colón Morera advirtió que “sería ingenuo pensar que las tremendas fuerzas de derecha populista, racista y nacionalis­ta que avivó Trump van a desaparece­r calladamen­te”.

“Sería ingenuo pensar que las tremendas fuerzas de derecha populista, racista y nacionalis­ta que avivó Trump van a desaparece­r calladamen­te” JOSÉ JAVIER COLÓN MORERA

PROFESOR DE CIENCIA POLÍTICA DE LA UPR “Debemos sentir alivio y esperanza por la salida de este sujeto de la Casa Blanca” FEDERICO DE JESÚS FEBLES

PORTAVOZ HISPANO DE LA PRIMERA CAMPAÑA PRESIDENCI­AL DE BARACK OBAMA “No importa lo que dijera, ha sido fiel firmando todos los proyectos de ayuda económica... Lo último que ha hecho ha sido un desastre” JOHN REGIS

EXREPRESEN­TANTE DE TRUMP EN LA ISLA

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Portada de El Nuevo Día del 30 de agosto de 2019, en respuesta a las cifras erradas de Trump sobre la isla.

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