La huella que deja Trump sobre Puerto Rico
A dos días de su fin en la Casa Blanca, El Nuevo Día analiza el legado del presidente de Estados Unidos sobre la isla, marcado por una ineficiente respuesta a las emergencias y expresiones prejuiciadas
WASHINGTON.- Desde antes de quejarse en San Juan -dos semanas después del huracán María- por el costo de asistir a Puerto Rico, el presidente Donald Trump ya había iniciado la costumbre de cuestionar asignaciones de fondos para la isla.
“Los demócratas están tratando de sacar de apuros a las compañías de seguros del desastroso #Obamacare y Puerto Rico con tus dólares de impuestos. ¡Triste!”, tuiteó, el 26 de abril de 2017, el presidente Trump, al cuestionar una asignación de $325 millones en fondos de Medicaid.
Trump sale de la Casa Blanca en dos días, manchado por un segundo proceso de destitución en el que se le imputa la grave falta de incitar a la insurrección contra de otra rama del gobierno, y derrotado electoralmente.
Deja la capital estadounidense y otras ciudades en un estado de emergencia por ese asalto al Capitolio, y la pandemia del coronavirus en su peor momento, con casi 400,000 muertes.
En Puerto Rico, su legado está marcado por la lenta e ineficiente respuesta a la catástrofe causada por el huracán María, expresiones prejuiciadas y una política pública que estuvo basada principalmente en ver a la isla como un problema. La imagen que quedó grabada a nivel internacional, es la de Trump lanzando papel toalla a los damnificados del huracán.
Los ataques de Trump hacia la isla incluyeron tratar de minimizar la magnitud del desastre, sus muertos, frenar asignaciones, describir a todos sus políticos como corruptos y mentir sobre la magnitud de los fondos comprometidos para su recuperación y reconstrucción.
“Trump nunca perdió oportunidad de exponer un nacionalismo excluyente que, desde una perspectiva geo-cultural (adicional a la jurídica), de alguna forma no incluía a Puerto Rico como parte de Estados Unidos”, indicó José Javier Colón
Morera, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
En ese sentido, Colón Morera afirmó que las denuncias de exfuncionarios de su gobierno de que “consideró la venta de Puerto Rico como propiedad” y “su política pública de excluir a Puerto Rico de acceder a fondos federales” fueron consecuentes con esa visión.
Como precandidato presidencial, Trump expresó que “la voluntad del pueblo puertorriqueño en cualquier referéndum de status debe tomarse en cuenta, cuando el Congreso esté atendiendo cualquier petición de cambio en el status de Puerto Rico, incluida la estadidad”.
Trump perdió arrolladoramente las primarias presidenciales de 2016 en Puerto Rico, frente al senador Marco Rubio. Obtuvo solo el 13% de los votos. A partir de entonces, su relación con la isla nunca alzó vuelo.
Durante su viaje a Puerto Rico del 3 de octubre de 2017, dos semanas después del huracán María, Trump dijo frente al entonces gobernador Ricardo Rosselló que el ciclón iba a descuadrarle el presupuesto federal, mientras hacía que el inexperto primer ejecutivo le alabara públicamente.
Como presidente, Trump se expresó tajantemente en contra de la estadidad para Puerto Rico en momentos en que líderes republicanos del Senado, como el saliente jefe de la mayoría, Mitch McConnell (Kentucky), advertían que jamás darán paso a esa propuesta.
En junio de 2018, Trump se burló del reclamo de estadidad para Puerto Rico que le hizo en la Casa Blanca el entonces gobernador Rosselló, al responderle, sonriendo: “Ricardo nos ha prometido dos senadores republicanos”.
Poco después, según la entonces secretaria de Seguridad Interna, Elaine Duke, cuando la isla aún estaba bajo la emergencia que provocó el huracán María, el presidente Trump cuestionó si el gobierno federal pudiera dejar de poseer a Puerto Rico o “venderlo”.
“En sus palabras, Puerto Rico es sucio y la gente es pobre”, contó sobre aquella experiencia Miles Taylor, quien fue jefe de Gabinete en el Departamento de Seguridad Interna, cuando se le preguntó hace unos meses por expresiones preocupantes que escuchó de Trump como haber
explorado la posibilidad de cambiar a la isla por Groenlandia.
Taylor indicó que, en agosto de 2018, antes de funcionarios federales viajar a la isla, Trump “nos dijo que no solo quería comprar Groenlandia, sino que en realidad quería ver si podíamos vender Puerto Rico, si podíamos cambiar Puerto Rico por Groenlandia”.
Federico de Jesús Febles, quien fue portavoz de la primera campaña Obama-Biden y es consultor demócrata en Washington D.C., afirmó que “Trump se comportó como la caricatura de un emperador racista que le importaba poco el sufrimiento de sus súbditos en la ‘isla rodeada de agua, mucha agua’, que describió como para justificar su desdén luego del huracán María”.
A nivel nacional en Estados Unidos, De Jesús Febles afirmó que, “más sorprendente que su capacidad para mentir y distorsionar la realidad, fue la manera en que por un lado utilizaba a las minorías como chivos expiatorios y por el otro contaba con el respaldo político entusiasta de sectores significativos, aunque no mayoritarios, dentro de esas mismas comunidades a las que atacaba”.
En el caso de los puertorriqueños, De Jesús Febles, quien fue director de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico (Prfaa) bajo el gobierno de
Alejandro García Padilla, sostuvo que “debemos sentir alivio y esperanza por la salida de este sujeto de la Casa Blanca”.
Como consultor del grupo de estudio Center for American Progress (CAP), De Jesús Febles fue coautor, junto a Erin Cohan, de un resumen de algunos de las acciones de Trump que acentuaron el desdén hacia la isla.
El CAP destacó entonces que, junto a los republicanos del Senado, Trump frenó proyectos para asignar a Puerto Rico más de $4,000 millones para mitigar los terremotos de 2020 y un proyecto de estímulo económico que le pudo asignar a la isla cerca de $20,000 millones.
A finales de 2019, Trump detuvo una asignación de $12,000 millones en fondos de Medicaid, que se redujo a $5,700 millones.
A pesar de rechazarle como candidato presidencial, los líderes republicanos de Puerto Rico -encabezados por la comisionada residente en Washington, Jenniffer
González, y el exgobernador Luis Fortuño-, abrazaron la presidencia de Trump durante los pasados cuatro años, hasta que volvieron a romper con él por haber incitado a la insurrección el pasado 6 de enero, luego de dos meses durante los cuales el inquilino de la Casa Blanca intentó revertir los resultados electorales.
La comisionada indicó consecuentemente que todas las medidas que Trump tuvo ante su consideración para asignar fondos a la isla, las convirtió en ley. También, ha destacado la orden ejecutiva que tiene la intención de promover la inversión manufacturera en suelo bajo la bandera estadounidense, lo que piensa colocó a la isla en el mapa de esos esfuerzos.
Pero, González se desvinculó de Trump un día después del ataque al Congreso, y se expresó a favor de su destitución el mismo día de la votación en la Cámara baja que recomendó un juicio político en contra del saliente presidente de Estados Unidos.
John Regis, empresario republicano que representó la campaña de Trump en Puerto Rico en 2016, coincidió con González en que “no importa lo que dijera”, el saliente presidente fue “fiel firmando todos los proyectos de ayuda económica para Puerto Rico”. Las asignaciones se hicieron a través de proyectos de ley abarcadores, no dirigidos específicamente hacia la isla.
El gobierno de Puerto Rico calculó que los daños causados por el huracán María ascendieron a entre $94,000 millones y $134,000 millones. Hasta este fin de semana, el gobierno federal había prometido unos $67,775 millones, de los cuales, hasta la semana pasada, se habían desembolsado $23,320 millones.
Trump, cuyas mentiras sobre el resultado de las elecciones incitaron el acto de insurrección del 6 de enero en el Capitolio federal, reiteró en septiembre, cuando el gobierno federal asignó $11,524 millones para reparar la red eléctrica e instalaciones educativas, que se considera “lo mejor que le ha pasado a Puerto Rico”.
Pero, los $11,524 millones anunciados en medio de la campaña tampoco han sido desembolsados. En el año electoral, Trump nombró un coordinador para la Reconstrucción, Peter Brown, quien ahora también sale de ese puesto
Cuando expresó el pasado miércoles que el presidente Trump debía ser destituido de su puesto, la comisionada González afirmó que, “en ocasiones pasadas, he rechazado la conducta del presidente y, en otras, he reconocido los grandes beneficios que me ayudó a traer para la isla”.
Pero, lo denunció la semana pasada por incitar actos que “fueron un ataque a nuestra Constitución, actos de sedición perpetrados por terroristas domésticos”.
“Lo último que ha hecho ha sido un desastre para la nación. No tienen ningún futuro político”, dijo, entretanto Regis, quien considera que la posición contraria a la estadidad de Trump puede haber estado fundamentada en intentar mantener bajo su movimiento a sectores de la derecha estadounidense e influenciadas por sus disputas con la exalcaldesa de San Juan Carmen Yulín Cruz y al final con el exgobernador Rosselló.
Para el profesor Colón Morera, el mismo nacionalismo de Trump y su resistencia a condenar los grupos supremacistas blancos son una perspectiva asociada a su fuerte oposición a la estadidad.
Cuando el gobierno de Trump invalidó los plebiscitos de 2017 y 2020, su Departamento de Justicia acentuó que la ciudadanía estadounidense estaba segura bajo el status territorial/colonial de Estado Libre Asociado. Colón Morera dijo que eso apunta a una política pública federal en favor de mantener “un régimen legal de control, sin integración federal”.
“Es obvio que Trump se ha debilitado políticamente y se ha mostrado su lado más autoritario y peligroso, pero la batalla por el futuro del Partido Republicano apenas comienza en un período post-Trump”, sostuvo Colón Morera.
Más aún, el profesor Colón Morera advirtió que “sería ingenuo pensar que las tremendas fuerzas de derecha populista, racista y nacionalista que avivó Trump van a desaparecer calladamente”.
“Sería ingenuo pensar que las tremendas fuerzas de derecha populista, racista y nacionalista que avivó Trump van a desaparecer calladamente” JOSÉ JAVIER COLÓN MORERA
PROFESOR DE CIENCIA POLÍTICA DE LA UPR “Debemos sentir alivio y esperanza por la salida de este sujeto de la Casa Blanca” FEDERICO DE JESÚS FEBLES
PORTAVOZ HISPANO DE LA PRIMERA CAMPAÑA PRESIDENCIAL DE BARACK OBAMA “No importa lo que dijera, ha sido fiel firmando todos los proyectos de ayuda económica... Lo último que ha hecho ha sido un desastre” JOHN REGIS
EXREPRESENTANTE DE TRUMP EN LA ISLA