Universidad: mapa para el éxito individual, profesional y del país
Recientemente y con connotaciones de índole político, el tema de la educación universitaria y la experiencia profesional se ha discutido en Puerto Rico. Esta discusión, guiada principalmente por intereses enmascarados, individuales y propios a unos grupos particulares, presenta ambos conceptos como rivales dicótomos y mutuamente excluyentes.
En realidad, son conceptos que amalgamados correctamente tienen un efecto de sinergia en el desarrollo holístico de todo individuo. La experiencia profesional ciertamente es importante y nos ayuda a poner en prácticas nuestras destrezas en un ambiente de mundo real. Esta buena práctica nos ofrece la satisfacción de brindar asistencia a nuestra comunidad y nos convierte en adyuvantes para el desarrollo de nuestro país.
No podemos perder de perspectiva que la educación universitaria nos hace desarrollar o afinar las competencias necesarias para convertirnos en los profesionales que todos soñamos ser.
La educación universitaria es más que el paso subsiguiente en el proceso de aprendizaje; es un componente fundamental del desarrollo humano. Proporciona las habilidades de alto nivel necesarias para todos los mercados laborales, también ofrece la capacitación esencial para científicos, maestros, médicos, enfermeras, funcionarios públicos, ingenieros, humanistas, empresarios, científicos sociales y otros profesionales altamente competentes.
Son estas personas capacitadas las que desarrollan y aforan las habilidades analíticas que impulsan las economías locales, apoyan a la sociedad civil, enseñan a los niños, dirigen gobiernos eficaces, en fin, son las que toman decisiones importantes que afectan a sociedades enteras, como por ejemplo el manejo y dirección de la pandemia que hoy experimentamos.
Una población educada es vital en el mundo actual. Con los impactos convergentes de la globalización, el cambio climático, la creciente importancia
del conocimiento como motor principal del crecimiento, la revolución de la información y las comunicaciones; la acumulación y aplicación de conocimientos se han convertido en factores importantes del desarrollo económico y son cada vez más el núcleo de la ventaja competitiva de un país en la economía mundial.
El estudio titulado Globalización, crecimiento y pobreza: construcción de una economía mundial
inclusiva, de David Dollar y Paul Collier, describe cómo 24 países en desarrollo que elevaron simultáneamente sus tasas de participación en la educación superior y se integraron más estrechamente a la economía global experimentaron un mayor crecimiento económico, una menor incidencia de la pobreza, un aumento del salario medio, una mayor participación del comercio en el producto interno bruto y mejores resultados de salud.
Además, existe una creciente evidencia de que la educación universitaria, a través de su papel en el empoderamiento, la construcción de instituciones y el fomento de marcos regulatorios y estructuras de gobernanza favorables, es vital para los esfuerzos de un país por aumentar el capital social y promover la cohesión social, lo cual está demostrando ser un determinante importante del crecimiento y el desarrollo económico.
Otros beneficios que obtenemos de una experiencia de vida universitaria son el involucrarnos con la comunidad, desarrollo personal, mejor comunicación oral y escrita, disciplina, desarrollo del pensamiento científico, crítico y matemático, una nueva visión de mundo y de ideas, entre otros. Todo esto nos aumenta las probabilidades y nos posibilita la obtención de mejores oportunidades, robusteciendo nuestras credenciales y experiencia, presentándonos como los mejores candidatos a las posiciones disponibles.
Otrora, la educación universitaria estaba limitada por los costos, las distancias y horarios o periodos lectivos muy limitados. En este momento todas esas barreras se han ido eliminando, haciendo la educación universitaria asequible a una vasta mayoría de la población.
Ciertamente, la educación universitaria es una inversión de tiempo, esfuerzo y dedicación; pero los beneficios que devenga, evidenciados por las estadísticas, son tangiblemente inmensurables. A nuestro país lo levantamos educándonos, aquilatando nuestras profesiones con esas experiencias académicas y poniendo la educación y experiencia al servicio del país.