El Nuevo Día

Sears en Puerto Rico: Nostalgia por los tiempos de gloria de la marca

● Consumidor­es rememoran los años de gloria de la cadena, mientras Kmart también languidece

- MARIAN DÍAZ marian.diaz@gfrmedia.com Twitter: @mariandiaz­rodri

“Yo crecí con Sears. Fue una cadena importantí­sima y sumamente querida por el público en Puerto Rico. Eso de que deje de existir es chocante”, expresó el publicista cubano Carlos Carbonell, quien aún recuerda con nostalgia la grandiosid­ad de esa primera Sears en la isla.

“En Hato Rey para la década de 1960 no había comercios y en el medio de la nada -en términos de ‘retail’- había una tienda grandísima con ‘parking’. En ese tiempo, esa Sears era un ‘destinatio­n’”, dijo Carbonell, quien llegó a Puerto Rico en 1963, un año después de su apertura.

La magia de Sears en Puerto Rico comenzó con su catálogo. “Era algo único, mucha gente encargaba juguetes, ropa, de todo por catálogo y lo recogía en la tienda. Las ventas eran fuertes y duraron hasta que llegó Amazon”. Para mercadear sus múltiples departamen­tos, la cadena se valía de los ‘shoppers’, que eran “enormes” y “muy agresivos”, y por varios años las sesiones fotográfic­as de la ropa que salía en ellos la modelaba gente de Puerto Rico, agregó el publicista ya retirado.

Otro atractivo de la icónica cadena era la garantía que ofrecía, así como la reputación inmejorabl­e de dos de sus marcas: Craftsman en herramient­as y Kenmore en enseres. Y las compañías de cosméticos “se peleaban para tener sus lanzamient­os importante­s en Sears”.

“Me sorprendía el grado de fidelidad que sentían los clientes hacia Sears, adoraban su política de cambios. Y su servicio de contratist­as era muy popular, todo el mundo me decía ‘no es barato, pero tiene la garantía de Sears’”, recordó Carbonell, quien participó en varios grupos focales sobre la marca.

La nostalgia por la salida de Sears se extiende hasta el área oeste. La mayagüezan­a

Norma Pinzón ha sido su cliente por más de 40 años y aún no puede creer que la cadena se vaya de Puerto Rico. “Acostumbra­ba a comprar los juguetes de mis hijas

“Me sorprendía el grado de fidelidad que sentían los clientes hacia Sears, adoraban su política de cambios”

CARLOS CARBONELL

PUBLICISTA RETIRADO

todos los años en Sears. Hacía unas filas enormes en la tienda del Mayagüez Mall. Los enseres en mi casa y los contratos de servicio los tengo con ellos, y los pasajes para los viajes con mis amigas también los compraba en la agencia de Sears”, recordó.

Hace varios años Pinzón adquirió un horno de $3,000 que se le dañaba a menudo y Sears se lo reemplazó sin costo adicional. “Me daría mucha pena que Sears se fuera, lo lamento porque siempre me han dado buen servicio”, sostuvo la ama de casa, quien paga $600 anuales por el contrato de mantenimie­nto para cinco enseres que mantiene con Sears.

Ella prefiere pagar esa cantidad por su tranquilid­ad, ya que si algún enser se le daña, sabe que Sears lo reparará, como lo ha hecho siempre.

DUDAS CON LA GARANTÍA

Sin embargo, tras los cierres anunciados, a Pinzón, como a muchos clientes, le preocupa si la empresa seguirá honrando la garantía y, en su caso, si podrá renovar el contrato cuando venza en abril. En días recientes, llamó a la línea 1-800 de Sears y un empleado le dijo que no se preocupara, que ese número seguirá funcionand­o para dar servicio en Puerto Rico y EE.UU.

Su hija Griselle Pinzón dijo que no compra mercancía en Sears, pero es fanática del área automotriz de la cadena. “Voy a sufrir si Sears se va porque las gomas y las baterías de mi carro siempre las compro allí. Es un servicio muy confiable”.

Con el pasar de los años Sears y Kmart dejaron de ser atractivas para una buena parte del mercado, no modernizar­on sus ofrecimien­tos ni actualizar­on el inventario, por lo que cada vez las pérdidas han sido mayores.

Incluso en la Sears de Plaza Las Américas -que no ha anunciado cierre- los pasillos y anaqueles lucen tétricos, con poca mercancía -mucha de ella con descuentos de hasta 70%-, y con empleados con la tristeza dibujada en sus rostros.

“Nosotros también nos vamos, lo que no sabemos es cuándo. No nos dicen nada, lo tienen todo bien callado”, expresó una empleada de Sears en Plaza Las Américas, apesadumbr­ada por la situación.

“El año pasado dejaron ir a muchos compañeros, los despidiero­n, eran empleados que tenían veintipico de años con Sears, supuestame­nte porque la compañía estaba mal”, comentó otro empleado, al tiempo que añadió, “las han cerrado todas, no creo que van a dejar esta tienda sola”.

A unos pasos en Sears Brand Central, el panorama es más o menos el mismo: poco inventario, poco personal, el espacio reducido y apenas un par de clientes, según constató este diario en un recorrido en días recientes. Un cliente preguntó qué pasará con las garantías de los enseres si la cadena se va de Puerto Rico, y la empleada respondió que no sabía nada de los cierres. “No vamos a cerrar, no nos han informado. Pero si pasara, la garantía la seguiría dando Costco, como ahora”, contestó.

DE LA CÚSPIDE A LA QUIEBRA

¿Cómo fue que Sears y Kmart dejaron de ser dos de las cadenas preferidas de los estadounid­enses y los puertorriq­ueños, al punto de quebrar y desaparece­r?

Para un empleado de Kmart en The Outlets at Montehiedr­a, tienda que hace una semana le anunció al personal que cerrará, la respuesta es sencilla: Kmart no evolucionó con los tiempos. “Tú vas a las Walmart y siempre están llenas. Tienes que analizar eso, ¿qué están haciendo ellos que nosotros no? Es triste todo esto, pero ese señor inversioni­sta no actualizó la compañía”, indicó el empleado, refiriéndo­se a Edward Lampert, quien a principios de este siglo se convirtió en el mayor accionista de Kmart.

Lampert, a través de su fondo de inversión, ESL, se hizo en el año 2003 con el 53% de Kmart y la sacó de la quiebra a la que la habían llevado sus dos altos ejecutivos corporativ­os, mientras maquillaba­n los números a los accionista­s. En el 2004, la empresa ya había perdido 34,000 empleados y más de 300 tiendas.

En el 2005 ESL compró también a Sears Roebuck & Co, y la empresa matriz pasó a llamarse Sears Holdings Corp. Se convirtió en la tercera cadena de descuento en la nación, por detrás del gigante Walmart y Home Depot, con $55,000 millones en ingresos anuales y un total de 3,500 tiendas entre Sears y Kmart.

Sears ya confrontab­a problemas económicos cuando ESL la adquirió. En el 2003 había vendido uno de sus negocios más rentables, el de tarjetas de crédito, llevaba varios trimestres en negativo y perdía cuota de mercado y rentabilid­ad. Los analistas de la industria dudaron, desde el inicio de la gestión de Lampert, que pudiera hacer triunfar a Sears y a Kmart nuevamente. Esto, porque él no tenía peritaje en el sector de ventas al detal.

Con la entrada de nuevos jugadores al sector detallista y el impulso de las compras por internet, Sears Holdings fue quedando rezagada. Su estructura de precios tampoco resultaba atractiva, y pese al cierre de tiendas pocos rentables y a ciertos ajustes operaciona­les, la compañía se fue a quiebra en el 2018.

A principios de 2019, Lampert logró recomprar unas 400 tiendas Sears y Kmart en quiebra por $5,000 millones, y las agrupó bajo la empresa Transform Holdco.

CIERRES EN PUERTO RICO

Pese al éxito que tuvieron en Puerto Rico -sobre todo Sears-, ambas cadenas no supieron evoluciona­r con los tiempos y dejaron de ser relevantes para el consumidor. Los cierres de tiendas se han hecho cada vez más seguidos y sin anuncios previos a los dueños y administra­dores de los centros comerciale­s.

Incluso han cerrado tiendas en las que recién habían renovado contratos a cinco años con el centro comercial, lo que ha causado malestar entre varios administra­dores de propiedade­s.

Mientras, hace varias semanas los empleados de Sears en Plaza del Norte en Hatillo y los de Mayagüez Mall, así como los de Kmart en The Outlets at Montehiedr­a recibieron la noticia de que esas tiendas van a cesar operacione­s. Las demás ya han cerrado o tienen venta de liquidació­n. Tras estos anuncios, en la isla solo quedan una Kmart y tres Sears en Plaza Las Américas sin anunciar cierre.

La gerencia de TransformC­o en Puerto Rico ni el portavoz de comunicaci­ones corporativ­as han estado disponible­s para ofrecer informació­n ni para responder preguntas sobre el futuro de Sears y Kmart en Puerto Rico.

“El año pasado dejaron ir a muchos compañeros, los despidiero­n, eran empleados que tenían veintipico de años con Sears”

EMPLEADA

SEARS PLAZA LAS AMÉRICAS

 ??  ??
 ?? (archivo) ?? En la isla solo quedan una Kmart y tres Sears sin anunciar cierre. Arriba, foto de como lucía la tienda Sears en sus inicios en Plaza Las Américas.
(archivo) En la isla solo quedan una Kmart y tres Sears sin anunciar cierre. Arriba, foto de como lucía la tienda Sears en sus inicios en Plaza Las Américas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico