Artista le da nueva vida al gimnasio del residencial Monterrey
El artista Don Rimx donó su talento para pintar un centro que fue rescatado hace 13 años para dar oportunidades a niños del residencial Monterrey
BAYAMÓN. - Rescatar una instalación que ha perdido su lustre nunca es tarea fácil. Se necesita empeño, visión, paciencia y arte en el asunto de negociar para obtener lo que se quiere.
Así lo pueden atestiguar Emilio “Millo” Lozada y los vecinos del residencial Villas de Monterrey, en Bayamón, quienes hace 13 años tomaron un edificio abandonado que servía de hospitalillo para los adictos a drogas para transformarlo en un gimnasio de boxeo.
La estructura, que en algún momento albergó un Head Start, ahora es el hogar del club Monterrey Boxing, que atiende a los residentes del mencionado lugar de vivienda y a otros que se acercan al lugar como el reconocido rapero puertorriqueño Daddy Yankee.
En estos días la estructura luce nuevos y llamativos colores y muestra los rostros de cuatro insignes boxeadores boricuas: los excampeones mundiales Miguel Cotto, Félix “Tito” Trinidad, Héctor “El Macho” Camacho y Wilfredo “El Radar” Benítez.
La idea surgió del junte de la voluntad de Lozada, quien es natural del residencial Monterrey, y del ingenio del renombrado artista puertorriqueño Edwin Sepúlveda, mejor conocido como Don Rimx y quien se crió en el residencial público Nemesio R. Canales, de San Juan.
“La idea de pintar el gimnasio con grafiti viene de que a mí me gusta (esta expresión artística) porque representa los barrios y los caseríos. Pero en los últimos años se ha dado la dinámica de pintar la bandera de Puerto Rico o alguna otra cosa para que la gente llegue y se tome fotos”, expresó Lozada, que es entrenador y director del club.
“Pero yo quería poner un mural al frente con caras de excampeones. Algo no muy elaborado. Mis expectativas no eran muy altas”, reconoció sentado desde una esquina del colorido gimnasio.
Al comenzar a buscar artistas, se encontraron con los murales de Don Rimx, quien ha realizado impresionantes trabajos no solo en Puerto Rico, sino en Nueva York, Los Ángeles, Miami, México, Panamá, Ecuador, España, Alemania, Israel, entre otras ciudades y países.
Lozada –al ver la inmensidad del trabajo de Sepúlveda– no creyó posible que un artista de su calidad quisiera colaborar con ellos. Para su grata sorpresa, el artista no solo aceptó el trabajo, sino que transformó la tímida idea de Lozada en las impresionantes y cautivadoras imágenes que adornan la instalación de un piso.
“De un mural, él me cambió todos los muñequitos y me dijo que lo iba a pintar por dentro y por fuera. Realmente no es un grafiti, es una obra de arte lo que tiene este gimnasio”, puntualizó emocionado Lozada, quien dio cuenta del cambio en el ánimo de los participantes del gimnasio que acuden con emoción a sus sesiones y no pierden oportunidad de tomarse fotos en cualquier esquina.
COLABORACIÓN Y GRATITUD
Don Rimx siente una particular vinculación con los proyectos comunitarios, toda vez que se crió en Nemesio Canales, una comunidad que no siempre se destaca por noticias alentadoras. Es por eso que cuando recibió la invitación, dijo que sí inmediatamente.
“Yo no siento este proyecto como otros trabajos, en los que uno trabajo por comisión. Esta es una aportación a la comunidad. Una oportunidad de dar para atrás lo que uno ha aprendido en la vida y lo que uno ha ganado”, declaró el artista que reside en Orlando, Florida.
“Además, viniendo de una comunidad, de un caserío como este, para mí fue un deber añadir al trabajo que se hace aquí”, añadió el muralista de 40 años.
Al hablar del concepto, explicó que tras conversar con Lozada sobre el espacio, decidieron hacer algo más que un mural para poder acomodar a los cuatro boxeadores escogidos.
“Como teníamos una pared en el exterior, que es la de bienvenida, quise
poner a los boxeadores más conocidos por los muchachos. Puse a Félix ‘Tito’ Trinidad y a Miguel Cotto, porque son los (excampeones) más recientes y están más activos. Eso los va a emocionar más”, explicó Don Rimx.
“Adentro pusimos a Camacho, que ya no está con nosotros (falleció en el 2012), y a Wilfredo Benítez porque es una leyenda y nos acompaña todavía. El concepto busca guardar ese legado dentro de este espacio”, comentó.
Lo otro que buscaba el pintor era que las imágenes funcionaran con el espacio, fue por eso que determinó poner a Camacho y a Benítez en una pared al fondo del gimnasio, justo detrás del cuadrilátero, como si estuvieran en una sesión de guanteo.
En las otras paredes utilizó diferentes colores y elementos como imágenes de ladrillos y madera, en representación de las piezas con las que se construyen cosas.
“Los ladrillos son un poco la energía de cada uno de nosotros, de cada uno de ellos. Por eso tienen diferentes colores, la energía amarilla, azul, verde... Pero que cuando están juntas, todas se relacionan y se entrelazan”, articuló.
UNA VICTORIA DE LA COMUNIDAD
Lozada recordó que cuando comenzó con el club en el 2008, se reunían en la cancha del complejo residencial bajo una carpa. En ese momento bautizó su iniciativa como “Agua, sol y sereno”, en referencia a las condiciones en las que entrenaban.
“Estábamos en la cancha y necesitábamos una facilidad adecuada o lo mejor posible que estuviera para seguir entrenando y desarrollando a los boxeadores”, compartió. Es en ese momento que dan con la estructura abandonada, que en un momento acuñó los sueños de niños y niñas, pero que ahora sirve de plataforma y refugio para los que sueñan con convertirse en héroes deportivos.
El espacio cuenta con el apoyo del municipio de Bayamón y del Departamento de Recreación y Deportes (DRD).
“Cuando nos metimos se les orientaba a los adictos que eso no les pertenecía. Según nos quedamos aquí, demostramos que nos pertenecía. Hasta el sol de hoy no tenemos ningún tipo de inconveniente con adictos ni nada. Todo el mundo lo respeta”, resumió satisfecho Lozada, que aunque soñó con ser boxeador no puede sentirse más satisfecho con su trabajo transformador de vidas.