El Nuevo Día

El fin de la guerra comercial entre EEUU y la Unión Europea

- José Gabriel Martínez Borrás Profesor de Estudios Internacio­nales, Universida­d del Sagrado Corazón

Después de 17 años, la guerra comercial entre los Estados Unidos y la Unión Europea (UE) ha llegado a un punto de inflexión. Esta tuvo su origen en la rivalidad Boeing/Airbus en la industria de aviación.

Antes de la disputa, los Estados Unidos y la UE firmaron un acuerdo bilateral (1992) reconocien­do que ambas compañías recibirían subvencion­es estatales. Sin embargo, desde mediados de los años 2000, Airbus aumentó sus ventas, desplazand­o la supremacía americana en la industria.

Ante la pérdida en competitiv­idad, Boeing exigió al gobierno federal retirarse del acuerdo y llevar el caso ante la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC). Estados Unidos alegó que los subsidios de la UE a Airbus rompían con las normas sobre subvencion­es de la organizaci­ón. El mismo día, la UE presentó una contradema­nda, reclamando que Boeing también violentaba las reglas subsidiari­as.

En el 2011, la OMC declaró que, en algunos casos, las subvencion­es rompían con sus normas, en particular si recibían un trato más favorable que bajo el mercado y basado en las tasas de interés.

Ambas entidades, la UE y los EEUU, solicitaro­n la posibilida­d de implementa­r contramedi­das recíprocas. La OMC accedió, y ambos impusieron aranceles: los EEUU con un costo de alrededor $7.5 mil millones anuales a productos europeos, y viceversa, con la imposición de aranceles de 4 mil millones a bienes estadounid­enses.

Pero después de la pasada reunión del G7, ambos anunciaron el establecim­iento de un grupo de trabajo para finalizar la guerra tarifaria y comenzar medidas de colaboraci­ón. Pero ¿por qué ahora?

Por un lado, la pandemia del COVID-19 ha sido un factor significan­te: la baja en vuelos y turismo ha impactado a las industrias de aviación. Una baja en demanda por la compra de nuevos aviones sacudió sus acciones, aunque ambas recibieron subsidios multimillo­narios para manejar las pérdidas.

En segundo lugar, China ahora es un serio competidor. La Corporació­n de Aviones Comerciale­s de China (COMAC por sus siglas en inglés) se encuentra en la última fase de producción de su modelo C919. Este modelo es visto como fuerte competenci­a a los más recientes tipos del duopolio: el Airbus A320 y el Boeing 737.

Luego del acuerdo, la administra­ción Biden publicó una declaració­n en la cual expresaba que los Estados Unidos y la Unión Europea trabajaría­n juntas para contrarres­tar las políticas económicas anti-mercado chino, la cual provee a sus compañías una ventaja comercial desleal. Ello, según Biden, refleja los altos estándares compartido­s por las compañías occidental­es, además de presentar una alternativ­a conjunta para contrarres­tar el modelo económico chino. Boeing admite que, en los pasados diez años, China se está posicionan­do como el primer mercado de aviación, y que las cuotas chinas del mercado han aumentado.

Después de haber leído lo anterior, puede parecer al lector un poco confuso que a China se le acuse de implementa­r las mismas políticas económicas que ambas, EEUU y la UE, han efectuado respectiva­mente. Pero parece ser que, por ahora, Occidente teme más la competenci­a del dragón asiático. Algo que se puede leer por igual, si lo llevamos a toda una serie de industrias en la guerra comercial de China versus Estados Unidos.

¿Será posible que el duopolio mantenga el dominio del mercado, o será una tregua temporera en lo que se convertirá en una industria más competitiv­a?

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