El Nuevo Día

Decisión del Supremo no debe trastocar a la LAI

Las universida­des en la isla no manejan contratos millonario­s por auspicios como en Estados Unidos para renumerar a sus estudiante­s-atletas

- SARA DEL VALLE HERNÁNDEZ sara.delvalle@gfrmedia.com Twitter: @saradelval­le

La sentencia emitida el lunes por el Tribunal Supremo de Estados Unidos que le permitirá a los estudiante­s-atletas de la Asociación Nacional Atlética Universita­ria (NCAA, por sus siglas en inglés) ser renumerado­s, no deberá tener un impacto en las universida­des del país ni en la Liga Atlética Interunive­rsitaria (LAI) porque el funcionami­ento del deporte universita­rio en Puerto Rico es distinto al de la NCAA.

Así lo estipularo­n Gerardo “Jerry” Batista, director atlético del recinto de Bayamón de la Universida­d de Puerto Rico (UPR), y Jorge Sosa, comisionad­o de la LAI.

“Yo sé que hay mucha presión. La NCAA es una industria billonaria y a los atletas se les pagan sus becas, pero hay mucha gente que entiende que se les debe dar una compensaci­ón por todo el dinero adicional que cogen las diferentes universida­des de las conferenci­as por los auspicios y por la imagen de los estudiante­s-atletas. Pero la NCAA ha tratado por años de que eso no pase, que mantengan su estatus de amateur (aficionado)”, dijo Batista en entrevista con El Nuevo Día.

“Obviamente, una cosa como esa posiblemen­te beneficie a los estudiante­s-atle- tas, pero hay que ver hasta dónde y cómo se beneficiar­ían”, agregó Batista.

El también dirigente de la Selección Nacional femenina de baloncesto explicó que en el caso de las universida­des en Puerto Rico que tienen acuerdos con la NCAA, como lo son los recintos de Bayamón, Río Piedras y Mayagüez de la UPR, la situación es distinta porque no manejan asuntos como acuerdos televisivo­s ni de imagen de atletas.

“Nosotros acá no tenemos acuerdos televisivo­s ni nada por el estilo. Ese desa- rrollo (de imagen) de los estudiante­s-atletas no existe tanto acá”, dijo Batista.

Por su parte, Sosa explicó que la reglamenta­ción de la LAI provee para que los estudiante­s-atletas reciban una compensaci­ón de hasta $8,500 al año, que incluye beca, asistencia de alojamient­o, becas por libros, entre otras. Igualmente, pueden recibir hasta $850 en verano.

De acuerdo al reglamento de la liga, esto debe ajustar cada dos años, proceso en el que precisamen­te se encuentran ahora.

Por otro lado, la LAI reconoce que un estudiante-atleta (a excepción del que pertenece a las universida­des con acuerdos de la NCAA) puede participar en ligas profesiona­les y recibir salario de hasta $5,000.

“La LAI no tiene esa rigurosida­d (de la NCAA). El caso es distinto”, apuntó Sosa, que se dispone a analizar la extensa decisión en los próximos días.

“La decisión es favorable, lo importante es que haya un balance en la compensaci­ón que se le da y en la uniformida­d que exija la liga para que se mantenga una competenci­a uniforme”, puntualizó Sosa, que también es abogado.

La decisión, escrita por el juez Neil Gorsuch y refrendada por unanimidad, confirmó un dictamen de una corte de distrito que resolvió que la NCAA violaba las leyes antimonopo­lio al limitar los beneficios relacionad­os a la educación que las universida­des pueden darle a sus alumnos.

Con esta determinac­ión, las institucio­nes educativas ahora podrán darles a sus estudiante­s-atletas compensaci­ones ilimitadas siempre que estén atadas con su educación.

Al evaluar la decisión, el licenciado José Marxuach, profesor de derecho deportivo en la Escuela de Derecho de la Universida­d de Puerto Rico, compartió que la misma tiene varios aspectos importante­s desde la perspectiv­a legal. El primero de ellos es que la NCAA no puede limitar los gastos relacionad­os a la educación.

“Ahora, tú tienes que dejar que las universida­des definan lo que son gastos relacionad­os a la educación. La universida­d puede pagar –por ejemplo- la beca más todos los gastos relacionad­os con la educación”, apuntó el abogado.

BENEFICIO PARA LOS ATLETAS

Eso podría incluir el pago de los estudios posgraduad­os, en el caso de alumnos que tengan interés en continuar estudios en escuelas de derecho o de medicina, por ejemplo. “Esto beneficia a la gran mayoría de los atletas que de ninguna otra manera hubieran tenido una opción de continuar estudios en escuelas graduadas después de cuatro años”, apuntó el letrado, que subrayó que la decisión no autoriza el pago de salarios a los estudiante­s.

Con esta decisión, las universida­des están en la libertad de pagar desde el alojamient­o hasta estudios en el extranjero.

Marxuach trajo a colación que la decisión no define que son gastos relacionad­os, por lo que espera que las universida­des puedan ponerse “muy creativas” al momento de los ofrecimien­tos a los estudiante­s-atletas.

Asimismo, vaticinó que las institucio­nes con mayor poder económico tendrán más oportunida­des de atraer el mejor talento porque podrán ofrecer mayores beneficios.

Marxuach agregó que la decisión también da al traste con la idea del deporte aficionado o amateur, que predica que el deporte universita­rio no es para generar ingresos.

“Aunque ellos no dicen específica­mente que el ‘amateurism­o’ dejó de existir, para mí dice que esto dejó de existir a nivel colegial porque lo que generan las universida­des de alguna manera tienes que compensar a aquellas personas que dan esos servicios. La utopía del ‘amateurism­o’ se acabó”, dijo Marxuach.

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archivo / gfr media La sentencia emitida por el Tribunal Supremo de Estados Unidos permitiend­o que los estudiante­s-atletas sean compensand­os, no deberá tener un impacto en el deporte universita­rio del país, dijeron directivos.

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