Decisión del Supremo no debe trastocar a la LAI
Las universidades en la isla no manejan contratos millonarios por auspicios como en Estados Unidos para renumerar a sus estudiantes-atletas
La sentencia emitida el lunes por el Tribunal Supremo de Estados Unidos que le permitirá a los estudiantes-atletas de la Asociación Nacional Atlética Universitaria (NCAA, por sus siglas en inglés) ser renumerados, no deberá tener un impacto en las universidades del país ni en la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) porque el funcionamiento del deporte universitario en Puerto Rico es distinto al de la NCAA.
Así lo estipularon Gerardo “Jerry” Batista, director atlético del recinto de Bayamón de la Universidad de Puerto Rico (UPR), y Jorge Sosa, comisionado de la LAI.
“Yo sé que hay mucha presión. La NCAA es una industria billonaria y a los atletas se les pagan sus becas, pero hay mucha gente que entiende que se les debe dar una compensación por todo el dinero adicional que cogen las diferentes universidades de las conferencias por los auspicios y por la imagen de los estudiantes-atletas. Pero la NCAA ha tratado por años de que eso no pase, que mantengan su estatus de amateur (aficionado)”, dijo Batista en entrevista con El Nuevo Día.
“Obviamente, una cosa como esa posiblemente beneficie a los estudiantes-atle- tas, pero hay que ver hasta dónde y cómo se beneficiarían”, agregó Batista.
El también dirigente de la Selección Nacional femenina de baloncesto explicó que en el caso de las universidades en Puerto Rico que tienen acuerdos con la NCAA, como lo son los recintos de Bayamón, Río Piedras y Mayagüez de la UPR, la situación es distinta porque no manejan asuntos como acuerdos televisivos ni de imagen de atletas.
“Nosotros acá no tenemos acuerdos televisivos ni nada por el estilo. Ese desa- rrollo (de imagen) de los estudiantes-atletas no existe tanto acá”, dijo Batista.
Por su parte, Sosa explicó que la reglamentación de la LAI provee para que los estudiantes-atletas reciban una compensación de hasta $8,500 al año, que incluye beca, asistencia de alojamiento, becas por libros, entre otras. Igualmente, pueden recibir hasta $850 en verano.
De acuerdo al reglamento de la liga, esto debe ajustar cada dos años, proceso en el que precisamente se encuentran ahora.
Por otro lado, la LAI reconoce que un estudiante-atleta (a excepción del que pertenece a las universidades con acuerdos de la NCAA) puede participar en ligas profesionales y recibir salario de hasta $5,000.
“La LAI no tiene esa rigurosidad (de la NCAA). El caso es distinto”, apuntó Sosa, que se dispone a analizar la extensa decisión en los próximos días.
“La decisión es favorable, lo importante es que haya un balance en la compensación que se le da y en la uniformidad que exija la liga para que se mantenga una competencia uniforme”, puntualizó Sosa, que también es abogado.
La decisión, escrita por el juez Neil Gorsuch y refrendada por unanimidad, confirmó un dictamen de una corte de distrito que resolvió que la NCAA violaba las leyes antimonopolio al limitar los beneficios relacionados a la educación que las universidades pueden darle a sus alumnos.
Con esta determinación, las instituciones educativas ahora podrán darles a sus estudiantes-atletas compensaciones ilimitadas siempre que estén atadas con su educación.
Al evaluar la decisión, el licenciado José Marxuach, profesor de derecho deportivo en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, compartió que la misma tiene varios aspectos importantes desde la perspectiva legal. El primero de ellos es que la NCAA no puede limitar los gastos relacionados a la educación.
“Ahora, tú tienes que dejar que las universidades definan lo que son gastos relacionados a la educación. La universidad puede pagar –por ejemplo- la beca más todos los gastos relacionados con la educación”, apuntó el abogado.
BENEFICIO PARA LOS ATLETAS
Eso podría incluir el pago de los estudios posgraduados, en el caso de alumnos que tengan interés en continuar estudios en escuelas de derecho o de medicina, por ejemplo. “Esto beneficia a la gran mayoría de los atletas que de ninguna otra manera hubieran tenido una opción de continuar estudios en escuelas graduadas después de cuatro años”, apuntó el letrado, que subrayó que la decisión no autoriza el pago de salarios a los estudiantes.
Con esta decisión, las universidades están en la libertad de pagar desde el alojamiento hasta estudios en el extranjero.
Marxuach trajo a colación que la decisión no define que son gastos relacionados, por lo que espera que las universidades puedan ponerse “muy creativas” al momento de los ofrecimientos a los estudiantes-atletas.
Asimismo, vaticinó que las instituciones con mayor poder económico tendrán más oportunidades de atraer el mejor talento porque podrán ofrecer mayores beneficios.
Marxuach agregó que la decisión también da al traste con la idea del deporte aficionado o amateur, que predica que el deporte universitario no es para generar ingresos.
“Aunque ellos no dicen específicamente que el ‘amateurismo’ dejó de existir, para mí dice que esto dejó de existir a nivel colegial porque lo que generan las universidades de alguna manera tienes que compensar a aquellas personas que dan esos servicios. La utopía del ‘amateurismo’ se acabó”, dijo Marxuach.