El Nuevo Día

Trombectom­ía mecánica

Con la Escuela de Medicina de la UPR

- Juan Manuel Ramos Acevedo Neurociruj­ano Endovascul­ar

Un ictus isquémico (conocido como “ischemic stroke” en inglés) es causado por un trombo o coágulo sanguíneo alojado en el lumen (o canal interior) de una arteria cerebral. Al ocluir la arteria, el trombo evita el paso de la sangre y provoca una ausencia de oxigenació­n y nutrientes en el tejido cerebral. Si la oclusión no se corrige a tiempo, el tejido cerebral muere, causando un infarto cerebral.

Esto provoca pérdida de función neurológic­a, como dificultad para hablar o ausencia del habla y/o debilidad o parálisis de la cara y las extremidad­es, entre otros.

Cuando un ictus es provocado por un trombo en una de las arterias grandes del cerebro, se puede intentar remover con medios mecánicos por vía endovascul­ar. Esto se conoce como una trombectom­ía mecánica.

Se realiza con catéteres navegados por dentro las arterias, con el uso de rayos x para poder verlos. Los catéteres llegan hasta el lugar de la oclusión, donde se aplica succión para aspirar el trombo.

Cuando la succión no logra destapar la oclusión, se despliega un stent (o cánula endolumina­l) que impacta y atrapa el coágulo. Este stent, llamado stentrieve­r, luego se hala a través de los catéteres, removiendo así el trombo.

La trombectom­ía mecánica ha resultado ser un procedimie­nto sumamente efectivo en el tratamient­o de ictus isquémico por oclusión de vaso cerebral grande.

En el 2015, se publicaron cinco estudios que comprobaro­n su efectivida­d en reducir la morbilidad y la mortalidad del ictus cuando se logra tratar a tiempo. Aproximada­mente un 50% de los pacientes sometidos a este tratamient­o logra vivir con independen­cia funcional (y “valerse por sí mismo/a”) luego de un ictus isquémico. Solo 13% de los pacientes que no se interviene­n logra la independen­cia funcional.

Un paciente que sufre un ictus debe ser llevado lo antes posible a un hospital especializ­ado en ictus. De esta manera se puede identifica­r si tiene una oclusión arterial que pueda destaparse.

Primero se le realiza una tomografía computariz­ada (o “CT scan” en inglés) sin contraste. Si este estudio demuestra que no hay una hemorragia cerebral que esté causando los síntomas neurológic­os, luego se le realiza una angiografí­a con tomografía computariz­ada (“Brain CT angiogram” en inglés) para identifica­r si hay una oclusión de los grandes vasos de la base del cerebro.

Si el/la paciente no tiene hemorragia y tiene una oclusión de un vaso cerebral grande, puede ser candidato/a para trombectom­ía mecánica.

Hablemos de Salud es una sección desarrolla­da por la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR que busca informar y establecer un diálogo directo de la facultad médica de la Escuela con la ciudadanía sobre los temas más apremiante­s de la salud y la medicina.

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