La visita de Cardona debe mover a la acción educativa
La visita a Puerto Rico del secretario de Educación de Estados Unidos, Miguel Cardona, reviste una importancia singular en el marco de tres grandes desafíos educativos puertorriqueños: superar la crisis de rezago académico, contar con planteles seguros y sanear el desempeño operacional y presupuestario del sistema de educación pública. La meta debe ser dedicar los recursos al desarrollo integral de niños y jóvenes.
De padres oriundos de Aguada, Cardona conoce a la sociedad puertorriqueña, lo que le permite entender mejor las diferencias fundamentales de las necesidades de nuestros estudiantes, en comparación con las realidades escolares en Estados Unidos. Es el primer funcionario del gabinete del presidente Joe Biden que nos presta una visita oficial. Es alentador el anuncio de su propósito de reforzar la relación de la administración federal con la isla.
Defensor de la educación pública como gran nivelador social, Cardona ha dicho que espera sostener una conversación significativa con líderes educativos y gubernamentales, así como con estudiantes y sus familias. Esto ofrece una oportunidad única para presentarle al funcionario el cuadro real de las escuelas y los retos que enfrentan nuestros menores de menos recursos económicos, así como las deficiencias en servicios para la población de educación especial.
Con 24,000 estudiantes que cerraron el año escolar en riesgo de fracaso, de los cuales alrededor de 13,000 reprobaron todas sus clases, el Departamento tiene el reto monumental de ayudar a que esos alumnos recuperen el nivel de aprendizaje que se espera para su grado y edad. En general, el estudiantado del sistema público ha perdido casi un año lectivo desde el embate de los huracanes Irma y María en 2017.
También el sistema tiene menos estudiantes. Solo para el año académico 2014-2015, la matrícula bajó de 423,934 a 410,950, y entre agosto y diciembre pasados había 288,547 alumnos. El reporte oficial de deserción escolar para ese semestre registró una tasa de ausentismo de 6.70% y de deserción de casi 3% con 8,476 estudiantes que dejaron el sistema. La mayoría eran estudiantes que se esperaban y no llegaron.
La ocasión debe permitir discutir otros problemas sistémicos e infraestructurales, como son las 684 escuelas con columnas cortas. En el año académico 2014-2015, el total de planteles disminuyó de 1,464 a 1,386.
Actualmente quedan activas 858 escuelas, de las cuales 220 fueron abiertas para las clases de verano.
Por otro lado, la visita del funcionario federal ofrece condiciones propicias para que el también excomisionado de Educación de Connecticut ofrezca sus recomendaciones para que Puerto Rico supere los desfases que le impiden contar con un sistema de educación a distancia de primera.
En Connecticut, estado que posee más recursos que Puerto Rico, Cardona logró que cada estudiante tuviera una computadora y conexión a internet para participar en clases virtuales durante la pandemia del COVID-19. Igualmente, lideró el proceso de reapertura segura de las escuelas públicas, todavía bajo la emergencia salubrista.
Es oportuno que el Departamento de Educación de Puerto Rico, aún con la secretaría bajo interinato, aproveche la ocasión para rendir cuentas sobre el uso dado o programado para los más de $1,100 millones liberados por el gobierno federal para mitigar la emergencia de la pandemia con miras a restablecer las clases presenciales. El gobierno federal ha asignado $4,824 millones a la agencia para estos propósitos y su uso debe ser supervisado por el síndico contratado.
Con un presupuesto consolidado de $3,221 millones para el año fiscal que comienza el 1 de julio, el Departamento de Educación ha anticipado una deficiencia de $75.4 millones para el Programa de Educación Especial y en el pago de nómina - renglón que consume la mayor partida del presupuesto - como consecuencia de un recorte a su partida de casi $748 millones.
La entidad educativa local ha dicho que mantiene comunicación estrecha con la agencia federal para atender los retos. La visita del secretario Cardona provee las condiciones para consolidar ese vínculo en beneficio de la educación isleña, componente principalísimo de la productividad y competitividad de Puerto Rico.