Infoentretenidos: Periodista Celebrity
Por mucho tiempo, las noticias de farándula en Puerto Rico dedicaban sus ediciones semanales al talento de las telenovelas. Luego, tras la desaparición de esa industria, los merengueros y merengueras se robaron las portadas de los semanarios locales. Décadas después, exponentes del género urbano protagonizaron los titulares. Hoy, las noticias de farándula se nutren de quienes en algún momento las narraban.
El interés mediático en las recientes mudanzas de reporteras y reporteros de un canal a otro revela que las audiencias no necesariamente siguen al medio noticioso, sino al periodista. Seguimos su profesión, pero también sus vidas personales: celebramos sus triunfos y fracasos, bodas y divorcios, maternidades y paternidades. Este afán de convertir al periodista en celebridad es resultado de más de cuatro décadas de transformaciones en la industria de medios. Cambios que van desde la evolución del concepto de información, la llegada de nuevas tecnologías de comunicación y la economía política de los medios hasta el capitalismo de las emociones.
Las fronteras entre la información y el entretenimiento comenzaron a desdibujarse a principios del siglo 20 con el advenimiento de la prensa amarilla y las publicaciones de tipo sensacionalista. Sin embargo, en el periodismo televisual, el concepto de infoentretenimiento se acuñó a partir de la década de los noventa, con la proliferación del cable TV y la competencia por índices de audiencia. En su afán por ratings, los directores de programación crearon nuevas formas de narrar la noticia. Por ejemplo, la utilización del sensacionalismo, el voyeurismo de la tragedia, el bayoyeo y el relajo se convirtieron en estéticas favoritas para contar los relatos noticiosos.
La nueva generación de periodistas vive inserta en el capitalismo de las emociones, cuyo arbitraje se basa en el “me gusta”, los “clicks” y lo “trending”. Ya no es suficiente verlos en la pantalla chica de 5 a 6. Ahora tienen que ser omnipresentes e hipervisuales. Estar en Facebook, Twitter, Instagram y
TikTok. Ya no basta con saber informar. Ahora tienen que saber vestir, bailar, cantar, entretener y emocionar. Ya no basta con ser periodista. Ahora hay que ser influencer, expertos en mercadeo, hacer sus vidas públicas y suplementar su salario con intercambios.
El reto para las escuelas de periodismo, los periodistas y sus gremios es uno enorme. Navegar el ecosistema de la espectacularización del todo es una tarea compleja que requiere ejercicios de resistencia a estos nuevos modelos de informar y reforzar la ética de la profesión. Es también retante para las audiencias, el tener que negociar con las emociones del cruel ritmo del noticiero, que pasa de reportar las cifras de feminicidios en Puerto Rico a cantarnos feliz cumpleaños.
“Ya no basta con saber informar. Ya no basta con ser periodista. Ahora hay que ser influencer, expertos en mercadeo, hacer sus vidas públicas y suplementar su salario con intercambios”