Javier Báez y Francisco Lindor piden disculpas por críticas a fanáticos
Carlos Delgado y Carlos Baerga comprenden las frustraciones de Javier Báez y Francisco Lindor pero dijeron que tienen que concentrarse en su labor
En poco más de dos temporadas con los Mets de Nueva York, el otrora segunda base puertorriqueño Carlos Baerga no vivió una luna de miel con la organización ni con la fanaticada. Por su parte, el exinicialista Carlos Delgado tuvo una historia distinta, con tres productivas campañas antes de sus problemas de lesiones, pero vio muestras de lo incomprensible que pueden llegar a ser los aficionados.
Los dos, sin embargo, reconocieron que lo mejor que puede hacer un pelotero que pasa por un mal momento en su juego, es no echarse de enemigos a los espectadores, aunque reconocieron el momento de frustración que están viviendo los puertorriqueños Javier Báez y Francisco Lindor.
Báez expresó el domingo que el gesto de mostrar sus pulgares hacia abajo en el terreno —realizado también por otros peloteros como Lindor— fue en respuesta a la fanaticada de los Mets, que ha estado abucheándolos por su baja producción.
En otras palabras, fue su desquite contra los aficionados.
“Siempre digo que cuando tú llegas a Nueva York, es una plaza que posiblemente es de las más importantes del mundo en cuanto al deporte. Eso viene con sus privilegios, pero también con sus responsabilidades”, dijo Delgado cuando El Nuevo Día le pidió una opinión respecto a la polémica suscitada desde el domingo.
En entrevista telefónica, Delgado rememoró cómo lidió con la exigente afición de Nueva York mientras jugó en esa plaza entre 2006 y 2009, su último año en las Mayores.
“El fanático neoyorquino es muy exigente y muy conocedor del juego. Por el hecho de que hay tanta prensa y tantos ‘media outlets’, ahora más con las redes sociales, siempre está esa guerra por la información y todo el mundo piensa que tiene su opinión y que puede decir lo que sea. Pero, al final del día, ellos son fanáticos. Están para darte ánimo o para pitarte y abuchear cuando piensan que no lo estás haciendo bien”.
“Eso es algo que tienes (el jugador) que entenderlo. Tu trabajo es jugar pelota”, agregó Delgado.
Delgado, en cambio, dijo entender la frustración por la que están pasando no solo Báez y Lindor, sino el equipo completo, con el que había muchas expectativas antes del inicio de la campaña y sin embargo no ha logrado producir como esperaba. Los Mets, sin contar la acción de ayer tenían marca perdedora de 64-67 y continuaban en la tercera posición de la División Este de la Liga Nacional, a seis juegos y medio de los líderes Braves de Atlanta.
“Pero, para ese manejo de la crisis hay otras opciones. No estoy para cuestionar las motivaciones de cada persona. Uno apoya a los muchachos de aquí y quiere que estén saludables y que tengan carreras productivas. Si me preguntas a mí, yo hubiera hecho algo diferente, pero no estoy para juzgar si se equivocaron o no”.
Delgado, máximo jonronero boricua de todos los tiempos en el béisbol de Grandes Ligas, con 473, enfatizó, sin embargo, que los jugadores tienen una responsabilidad.
“Pienso que esa batalla uno nunca la va a ganar”, agregó refiriéndose a la animosidad que pueda tener un pelotero con la fanaticada. “Es importante redirigir tus energías a las cosas que puedes controlar. Más que pelear contra 40,000 personas, que son diferentes todas las noches, esas energías se pueden redirigir. Mi recomendación es, como siempre he dicho, enfóquense en lo que ustedes son buenos”.
RECUERDA EL TRATO A BELTRÁN
Delgado recordó, como ejemplo de lo exigente que es la afición, que en apenas el primer juego local de los Mets en la temporada 2006, en el desaparecido Shea Stadium, su compatriota Carlos Beltrán levantó un inofensivo elevado en su primer turno al bate y enseguida la fanaticada lo abucheó. “Era apenas el primer juego, su primer turno, y no había consecuencias. Pero la gente lo abucheó. Después, al final de temporada, Beltrán terminó metiendo palos y la gente gritaba “MVP, MVP (siglas en inglés para referirse al premio de Jugador Más Valioso)”.
MÁS DIFÍCIL LA SITUACIÓN DE BAERGA
Para Baerga la situación fue más cruda. Fue cambiado después de la mitad de temporada en 1996 de los Indians de Cleveland a los Mets, y en sus primeros juegos recibió sonoros abucheos.
“No me fue bien. Los abucheos eran gigantes. Yo venía de cuatro temporadas (en Cleveland) fuera de liga. Llego allá (Nueva York) y no estaba bateando. Los abucheos estaban todos los días”, recordó Baerga.
“Los fanáticos siempre van a ser así. Ellos quieren que tú produzcas y quieren ganar. Javy y Lindor tienen que concentrarse en su juego”, agregó Baerga.
“Pero no es fácil. Lindor ha tenido un año difícil, y aparte, cuando estaba empezando a batear, se lesionó, perdiendo el ritmo completamente. Más el equipo, no ha bateado. El equipo ha estado lesionado. Todo ha estado en contra”, dijo Baerga.
“Más que pelear contra 40,000 personas, que son diferentes todas las noches, esas energías se pueden redirigir”
CARLOS DELGADO EXINICIALISTA DE LOS METS
“Ellos (fanáticos) quieren que tú produzcas y quieren ganar. Javy y Lindor tienen que concentrarse en su juego”
CARLOS BAERGA EXINTERMEDISTA DE LOS METS