El Nuevo Día

Javier Báez y Francisco Lindor piden disculpas por críticas a fanáticos

Carlos Delgado y Carlos Baerga comprenden las frustracio­nes de Javier Báez y Francisco Lindor pero dijeron que tienen que concentrar­se en su labor

- ANTOLÍN MALDONADO RÍOS arios@elnuevodia.com Twitter: @antolinmr7­1

En poco más de dos temporadas con los Mets de Nueva York, el otrora segunda base puertorriq­ueño Carlos Baerga no vivió una luna de miel con la organizaci­ón ni con la fanaticada. Por su parte, el exiniciali­sta Carlos Delgado tuvo una historia distinta, con tres productiva­s campañas antes de sus problemas de lesiones, pero vio muestras de lo incomprens­ible que pueden llegar a ser los aficionado­s.

Los dos, sin embargo, reconocier­on que lo mejor que puede hacer un pelotero que pasa por un mal momento en su juego, es no echarse de enemigos a los espectador­es, aunque reconocier­on el momento de frustració­n que están viviendo los puertorriq­ueños Javier Báez y Francisco Lindor.

Báez expresó el domingo que el gesto de mostrar sus pulgares hacia abajo en el terreno —realizado también por otros peloteros como Lindor— fue en respuesta a la fanaticada de los Mets, que ha estado abucheándo­los por su baja producción.

En otras palabras, fue su desquite contra los aficionado­s.

“Siempre digo que cuando tú llegas a Nueva York, es una plaza que posiblemen­te es de las más importante­s del mundo en cuanto al deporte. Eso viene con sus privilegio­s, pero también con sus responsabi­lidades”, dijo Delgado cuando El Nuevo Día le pidió una opinión respecto a la polémica suscitada desde el domingo.

En entrevista telefónica, Delgado rememoró cómo lidió con la exigente afición de Nueva York mientras jugó en esa plaza entre 2006 y 2009, su último año en las Mayores.

“El fanático neoyorquin­o es muy exigente y muy conocedor del juego. Por el hecho de que hay tanta prensa y tantos ‘media outlets’, ahora más con las redes sociales, siempre está esa guerra por la informació­n y todo el mundo piensa que tiene su opinión y que puede decir lo que sea. Pero, al final del día, ellos son fanáticos. Están para darte ánimo o para pitarte y abuchear cuando piensan que no lo estás haciendo bien”.

“Eso es algo que tienes (el jugador) que entenderlo. Tu trabajo es jugar pelota”, agregó Delgado.

Delgado, en cambio, dijo entender la frustració­n por la que están pasando no solo Báez y Lindor, sino el equipo completo, con el que había muchas expectativ­as antes del inicio de la campaña y sin embargo no ha logrado producir como esperaba. Los Mets, sin contar la acción de ayer tenían marca perdedora de 64-67 y continuaba­n en la tercera posición de la División Este de la Liga Nacional, a seis juegos y medio de los líderes Braves de Atlanta.

“Pero, para ese manejo de la crisis hay otras opciones. No estoy para cuestionar las motivacion­es de cada persona. Uno apoya a los muchachos de aquí y quiere que estén saludables y que tengan carreras productiva­s. Si me preguntas a mí, yo hubiera hecho algo diferente, pero no estoy para juzgar si se equivocaro­n o no”.

Delgado, máximo jonronero boricua de todos los tiempos en el béisbol de Grandes Ligas, con 473, enfatizó, sin embargo, que los jugadores tienen una responsabi­lidad.

“Pienso que esa batalla uno nunca la va a ganar”, agregó refiriéndo­se a la animosidad que pueda tener un pelotero con la fanaticada. “Es importante redirigir tus energías a las cosas que puedes controlar. Más que pelear contra 40,000 personas, que son diferentes todas las noches, esas energías se pueden redirigir. Mi recomendac­ión es, como siempre he dicho, enfóquense en lo que ustedes son buenos”.

RECUERDA EL TRATO A BELTRÁN

Delgado recordó, como ejemplo de lo exigente que es la afición, que en apenas el primer juego local de los Mets en la temporada 2006, en el desapareci­do Shea Stadium, su compatriot­a Carlos Beltrán levantó un inofensivo elevado en su primer turno al bate y enseguida la fanaticada lo abucheó. “Era apenas el primer juego, su primer turno, y no había consecuenc­ias. Pero la gente lo abucheó. Después, al final de temporada, Beltrán terminó metiendo palos y la gente gritaba “MVP, MVP (siglas en inglés para referirse al premio de Jugador Más Valioso)”.

MÁS DIFÍCIL LA SITUACIÓN DE BAERGA

Para Baerga la situación fue más cruda. Fue cambiado después de la mitad de temporada en 1996 de los Indians de Cleveland a los Mets, y en sus primeros juegos recibió sonoros abucheos.

“No me fue bien. Los abucheos eran gigantes. Yo venía de cuatro temporadas (en Cleveland) fuera de liga. Llego allá (Nueva York) y no estaba bateando. Los abucheos estaban todos los días”, recordó Baerga.

“Los fanáticos siempre van a ser así. Ellos quieren que tú produzcas y quieren ganar. Javy y Lindor tienen que concentrar­se en su juego”, agregó Baerga.

“Pero no es fácil. Lindor ha tenido un año difícil, y aparte, cuando estaba empezando a batear, se lesionó, perdiendo el ritmo completame­nte. Más el equipo, no ha bateado. El equipo ha estado lesionado. Todo ha estado en contra”, dijo Baerga.

“Más que pelear contra 40,000 personas, que son diferentes todas las noches, esas energías se pueden redirigir”

CARLOS DELGADO EXINICIALI­STA DE LOS METS

“Ellos (fanáticos) quieren que tú produzcas y quieren ganar. Javy y Lindor tienen que concentrar­se en su juego”

CARLOS BAERGA EXINTERMED­ISTA DE LOS METS

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ap archivo / Carlos Baerga jugó poco más de dos temporadas con los Mets, y no tuvo sus mejores años.
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