Aprendimos de la pandemia
Llevamos casi dieciocho meses de pandemia y hemos aprendido mucho. Como mantener distanciamiento, utilizar mascarilla e higiene. Como ir modificando el comportamiento, para que esta situación sea más tolerable. Como que la protección más segura que existe es vacunarse, porque si te contagias los síntomas serán menores, y tus posibilidades de fallecer se reducen significativamente. Además, tu potencial de contagio es mucho menos que el no-vacunado por una carga viral menor. Proteges a tu hijo no vacunado por motivos de la edad.
Durante todo este tiempo hemos desarrollado al máximo nuestra capacidad de comunicación virtual. Se nos ha llenado el monitor o dispositivo electrónico de plataformas para comunicarse, en ejemplo, “zoom”, “team”, “blackboard”, etc. Lo hemos hecho para manejar pacientes, ya que todo el mundo desarrolló miedo de salir y no se atendió debidamente de problemas médicos. Teníamos miedo de ir al hospital a contagiarnos con COVID.
Y aunque en muchos aspectos la comunicación virtual fue bien efectiva, en otros no lo fue. Muchas condiciones médicas que necesitaban de un buen examen físico se desarrollaron al máximo, y llegaron muchos pacientes con condiciones intratables. Aun así, pudimos mantener cuidado de pacientes, labores académicas, y labores administrativas. Pudimos y aun ahora nos reunimos de forma virtual para discutir, enseñar, estudiar, elaborar, decidir, votar y ejecutar en todos los talleres de la Universidad de Puerto Rico. En todas las universidades de la isla. En todas las escuelas de la isla. En todos los negocios de la isla. De otra forma se destinaban a fracasar.
A medida del tiempo hemos ido perfeccionando ese arte de comunicación virtual. Hemos desarrollado métodos de buena ética de comunicación virtual para poder hablar de forma organizada y sin cortarle el camino de comunicación a nadie. Cada uno de nosotros, desde de su espacio de confort, espacio de trabajo presencial, pueblo o país en que se encuentre, pudimos reunirnos sin tener que desplazarnos al sitio de reunión presencial. Eso significó que muchos de nosotros prescindimos de los autos, gasolina, peaje, emisión de gas, mantenimiento de auto, etc. El tráfico disminuyó. La tarea se hizo.
La comunicación virtual desde tu área de trabajo es muy esencial en muchas de las labores cotidianas que hacemos como para retroceder y dejar de usarla. Si estás planeando una reunión, donde un grupo sustancial de personas deben converger en el mismo sitio a la hora pautada, encontrarás muchas razones para no llegar o llegar tarde. Pero si la misma reunión la planeas de forma virtual a ese día y hora, verás cómo logras cuórum temprano en la reunión.
Nunca me olvidaré de aquel programa, “Los Jetson”, en el que ellos se comunicaban unos a otros a través de un televisor pequeño. Y desde ese programa de televisión ha llovido mucho en nuestras vidas. La comunicación virtual vino para quedarse y mantener operacional la población de nuestra isla en sus labores diarias. Tenemos que movernos hacia delante y sacarle provecho a lo que hemos aprendido en tiempos de pandemia. No deseches lo que ha logrado triunfar.