Basta de refritos a lo West Side Story
Prepárense para el diluvio de West Side Story - porque es imposible resistir. Este es el principal problema de esta película para los puertorriqueños en la diáspora: una vez más nos obligan a bregar con un producto cultural que se nos impone a la fuerza como una chaqueta que no nos deja respirar.
Seguro que disfrutaremos de la película. Es una mega producción con millones de dólares destinados a producir vestuarios y coreografías despampanantes—con presupuestos hasta para pagar a consultores académicos e historiadores boricuas para limitar los problemas de representación y estereotipos asociados a la película.
Lo triste es reconocer que, una vez más, la realidad es que lo puertorriqueño y lo Latinx se reducirá a temas imaginarios e ideas sacadas del playbook del imaginario blanco de lo que es “puertorriqueño” y “Latinx”—porque lo cierto es que, hoy por hoy, Hollywood es más blanco y exclusivo que nunca. No se deje engañar por el fenómeno de
Lin-Manuel Miranda, Bad Bunny, o ahora, West Side Story. En Estados Unidos, los Latinx somos más del 18 por ciento de la población. Sin embargo, múltiples estudios de representación nos indican que los Latinx continúan siendo invisibles, y no llegan ni a 5% de los actores, y sufren de porcentajes mucho más bajos de representación en los niveles más altos y poderosos de la industria: aquellos directamente a cargo de la creación y producción de las historias y narrativas. Por ejemplo, los escritores Latinx son más invisibles aún, y ni se diga de los directores y ejecutivos. Un estudio de la USC indica que solo un 1.8% de los directores de las 100 películas más taquilleras de 2019 eran Latinxs.
Ya nivel de televisión encontraron solo a 20 ejecutivos Latinx de un total de 919, o sea, solo un 2.1%. En fin, West Side Story nos provee un momento para reflexionar sobre la invisibilidad de lo Latinx en los medios de comunicación—y sobre las implicaciones de esto—que es lo que vemos diariamente en nuestras pantallas: un exceso de películas y producciones importadas de América Latina – porque para los ejecutivos blancos lo “Latino” es más auténtico si es importado y producido en Latinoamérica (más fácil y a menos costoso), o producciones de escritores y productores blancos como lo es West Side Story. Pónganse a pensar: ¿cuántas películas y producciones de escritores, directores y ejecutivos puertorriqueños y Latinx pasan por las salas de cine en Puerto Rico?
Como educadora, yo pienso en mis estudiantes puertorriqueños y Latinxs que aspiran a ser actores, escritores, directores de películas—pienso en todas las historias que elles quieren narrar y producir. Muchos de elles son negros, queer y representan diversidades e historias con las que muchos nos podemos entretener e identificar y que merecen ser conocidas. Al frente del monopolio de los mega millonarios hombres blancos y poderosos que toman las decisiones, pienso en cómo podrán sobrepasar los obstáculos de sus caprichos para poder expandir, en la pantalla, las narrativas e imaginarios de lo puertorriqueño y Latinx.
Los puertorriqueños y los Latinx en Estados Unidos somos consumidores de cine por excelencia. De acuerdo con un estudio del Motion Picture Association, pagamos más taquillas de cine que ningún otro grupo étnico en los Estados Unidos. Ya es hora de decir basta de refritos, importaciones y adaptaciones, y de comenzar a exigir producciones y creaciones originales, que sean escritas y producidas por nuestra diversa comunidad.