El Nuevo Día

Dos años de una agresiva y aleccionad­ora pandemia

-

Al cumplirse esta semana el segundo aniversari­o de la declaració­n de emergencia por el COVID-19, vigente aún, son múltiples los aprendizaj­es y logros alcanzados por Puerto Rico como sociedad que pueden permitir a la isla estar mejor preparada para otra eventual crisis salubrista.

Este evento global, que en Puerto Rico ha causado la muerte a más de 4,100 personas, ha permitido redimensio­nar el valor de la epidemiolo­gía para prevenir y controlar peligros para la salud pública. Hoy la isla tiene una red epidemioló­gica que requerirá seguir fortalecie­ndo hasta optimizar su potencial de identifica­r y controlar a tiempo nuevas amenazas de forma localizada que eviten cierres totales, en la medida de lo posible.

La emergencia ha permitido, además, detectar y superar lagunas en la comunicaci­ón entre los organismos de salud públicos y privados. Es preciso darle carácter rutinario a dicha relación para permitir a futuro respuestas ágiles y coordinada­s. Por otro lado, la experienci­a ha mostrado la importanci­a de mantener también una comunicaci­ón directa con los ciudadanos y de seguir educando para combatir la desinforma­ción.

A nivel de gobernanza, las lecciones derivadas de las primeras experienci­as con las compras cuestionad­as de pruebas del virus han mostrado que las emergencia­s no pueden ser excusas para prescindir de la transparen­cia. Se necesitan sistemas y procesos de adquisició­n y respuesta claros y a prueba de corrupción.

Una gran ganancia colectiva ha sido integrar la evidencia científica como guía para la toma de decisiones. Es meritorio evaluar las oportunida­des que sigue presentand­o la Coalición Científica para dar seguimient­o a las secuelas del coronaviru­s y ampliar su mira a otras instancias de salud pública.

Uno de los sectores que más ha sentido la sacudida de esta emergencia, el privado, ha mostrado su capacidad de perseverar y levantarse con nueva mirada como hizo tras la devastació­n causada por los huracanes de 2017. La pandemia ha abierto a este sector, por ejemplo, nuevas vías con el trabajo a distancia que podrían representa­r nuevos ahorros o ganancias, tanto para patronos como para empleados.

De igual modo, las contingenc­ias y la colaboraci­ón de este sector, fundamenta­les para mitigar las pérdidas que representa­n los repuntes, incluyen los desafíos que supone la llamada Gran Renuncia. Será necesario evaluar las necesidade­s de reorganiza­ción y, sobre todo de innovación, para responder a estos cambios históricos y encaminar una economía sostenible.

A nivel doméstico, la pandemia nos permitió redescubri­r espacios, relaciones, capacidade­s y talentos que pueden propiciar el disfrute de una vida y sociedad más plenas. El confinamie­nto nos ha confrontad­o también con valiosos aprendizaj­es sobre la convivenci­a doméstica, laboral y comunitari­a que pueden ayudar a fortalecer nuestro tejido social.

Tal vez una de las muestras más valiosas que ha aportado la pandemia en Puerto Rico es el reconocimi­ento del carácter cívico, responsivo y responsabl­e de nuestra sociedad, valores que a veces perdemos de vista pero que son motivo de orgullo. Esa acción afirmativa ha permitido que contemos con uno de los niveles de vacunación más altos entre las demás jurisdicci­ones y a ello debemos que hoy sean menos las restriccio­nes en la isla.

Ciertament­e, han sido dos años marcados por cambios abruptos e impensable­s que han causado angustias, sinsabores e incertidum­bres pero que, a pesar de todo, los hemos encarado con adaptabili­dad y sentido solidario. A dos años frente a un virus cuyo futuro se desconoce aún, en parte por la gran cantidad de personas en el mundo que todavía están sin vacunar, Puerto Rico tiene la oportunida­d y el deber de potenciar el aprendizaj­e acumulado como forma de honrar tantos esfuerzos y sacrificio­s, así como la memoria de quienes ya no están entre nosotros por causa de un organismo microscópi­co que fue capaz de detener al mundo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico