La equidad: el verdadero “family value”
Hace unos días, como parte de un ejercicio guiado por la nostalgia, me encontraba viendo fotos viejas. Me topé con unas imágenes de enero de 2017, de la famosa Marcha de las Mujeres en Washington DC. En esa marcha me dediqué a tomarle fotos a la diversidad de cartelones hechos a mano que me encontraba en el camino.
Entre las fotos me topé con un cartelón que leía: “Equality is a family value”. De manera inicial el concepto me resultó chocante y hasta lo prejuzgué como contradictorio. Recuerdo que le tomé la foto y seguí mi camino, pero no me podía sacar esa frase de mi mente. En un ejercicio de introspección intentaba comprender por qué me impactó tanto esa frase.
“La equidad es un valor familiar” sería un intento de traducción literal, pero su mensaje es mucho más que eso. Entre las definiciones que le da la Real Academia Española a la palabra equidad están: “igualdad de ánimo; bondadosa templanza habitual; justicia natural”. Cuando analizamos estas definiciones es forzoso cuestionarse porqué el concepto de la equidad se ha convertido en uno tan polarizado en Puerto Rico. Incluso en tiempos recientes, se nos ha querido vender la falsa premisa de que la equidad no es cónsona con los valores de la familia puertorriqueña. Si examinamos los datos, los números no solo contradicen esta errada premisa, sino que podemos llegar a la conclusión de que la equidad es beneficiosa para la familia puertorriqueña.
Según los datos del Instituto de Desarrollo de la Juventud, el 70% de las familias lideradas por jefas de familia viven bajo el nivel de pobreza, y el 63% de dichas mujeres participa en el campo laboral. Si hablamos de equidad en el ámbito estrictamente salarial, es inevitable concluir que, si cerramos la brecha salarial, la gran mayoría de esas familias se verían impactadas positivamente. ¿Cuántas de esas jefas de familia no estarán ganando menos que un hombre que lleva a cabo el mismo trabajo?
En cuanto a la salud emocional familiar analicemos cómo vivir en un entorno libre de violencia es beneficioso no solo para nuestros niños sino para la familia entera. No hay que ser experto en salud mental ni trabajo social para saber que el bienestar de nuestros niños y niñas se ve afectado por lo que ven y viven en el seno de su hogar. Cuando aplicamos el concepto de equidad en el entorno intrafamiliar, a la hora de dividirnos los quehaceres del hogar se convierte en un acto de justicia natural. Es justo que cada persona que comparte un hogar (ya sea hombre o mujer) aporte de igual manera en las responsabilidades de dicho hogar. Son estos detalles que parecen ser pequeños los que pavimentan el camino hacia una sociedad libre de violencias. Si nos comenzamos a tratar como iguales, se nos hará mucho más fácil ponernos en los zapatos de la otra persona y por consiguiente seremos capaces de mayor empatía para con la otra persona.
Al final, la equidad en práctica es un ejercicio de amor, justicia y respeto y, ¿acaso no son estos los valores familiares a los que aspiramos todas las familias puertorriqueñas? Aquel cartelón tenía toda la razón: “equality is a family value”.
“Cuando aplicamos el concepto de equidad en el entorno intrafamiliar, la hora de dividirnos los quehaceres del hogar se convierte en un acto de justicia natural”