Prevención y acción tenaz contra el tabaquismo
Las iniciativas para promover estilos de vida saludables en Puerto Rico tienen que mantener de forma consistente medidas para desalentar adicciones como el consumo del tabaco, asociado a patologías que pueden afectar prácticamente todos los órganos del cuerpo humano, de acuerdo con diversos estudios médicos.
El tabaquismo se vincula, entre otras enfermedades, al cáncer de pulmón, el tercero más diagnosticado en Puerto Rico. Sin embargo, también se relaciona con afecciones cardiovasculares, diabetes, problemas de fertilidad en los hombres y riesgos gestacionales en las mujeres. La reciente conmemoración del Día Mundial Sin Tabaco, promulgado desde 1987 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), promueve de forma acertada reflexionar sobre desafíos persistentes y nuevos, como el consumo de cigarrillos electrónicos, que atrae principalmente a jóvenes y mantiene un potencial nocivo asociado a la nicotina y sus derivados.
De acuerdo con el Departamento de Salud, en la isla uno de cada 10 adultos fuma y en 2019 se estimó que la prevalencia es mayor en personas de 35 a 44 años. Además, la agencia destaca que se observa un mayor consumo del cigarrillo entre desempleados.
Sobre este importante asunto salubrista, es significativo que la dependencia estatal reconozca la necesidad de atemperar la política local de control del tabaquismo a nuevas tendencias, como los cigarrillos electrónicos, producto que en 2017 ya tenía aquí 31,663 consumidores.
En tal sentido, es fundamental que se garantice el mayor alcance del Programa de Control de Tabaco y la línea telefónica confidencial ¡Déjalo ya!, establecida en 2004. Ambas iniciativas estatales se centran en la política de responder a esa adicción como una emergencia de salud pública.
La OMS destaca que los riesgos del referido consumo son prevenibles con educación preventiva y tratamientos que pueden librar de la dependencia nicotínica. La Sociedad Americana contra el Cáncer, por su parte, destaca que, solo 20 minutos después de dejar el hábito, bajan el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. De dos a tres semanas más tarde, la función pulmonar aumenta y la circulación mejora significativamente. La entidad afirma que, según avanzan los meses sin consumo, la capacidad física incrementa, al igual que la productividad y bienestar.
Más allá de los beneficios de mejorar la salud, superar esta adicción tiene impacto positivo en el bolsillo del consumidor porque puede representar ahorros de $25 a $30 semanales o de $1,224 a $1,632 al año. Mantener la dependencia, sin embargo, expone a gastos médicos crecientes, así como a pérdida de ingresos por merma en la capacidad laboral. En Estados Unidos, proyecciones al respecto, citadas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, estiman en $170,000 millones el costo anual por atención médica a fumadores y en $156,000 millones los gastos por pérdida de productividad.
Hay otros agravantes del tabaquismo, generalmente ignorados, que se suman al daño directo a las personas y sus familias. Se relacionan con agravios a las comunidades y a los recursos naturales del planeta. Por ello, la OMS plantea que será conveniente educar para destacar, por ejemplo, que hasta 600,000,000 de árboles son cortados como materia prima en esta industria.
Además, es imperioso concienciar en torno al impacto contaminante del tabaquismo a nivel mundial, ya que la adicción actual libera 84,000,000 toneladas métricas de CO2 a nuestra atmósfera, de acuerdo a datos de la OMS.
En Puerto Rico, educar y orientar sobre las múltiples vertientes del peligroso hábito es una tarea que supone esfuerzos constantes. En el Departamento de Educación será propicio revisar los currículos de salud y otras materias en las que se pueden abordar estos temas, incluso desde grados primarios.
Mientras, en el sector privado, al igual que en organizaciones comunitarias e iglesias, debe mantenerse una interacción dinámica con el Departamento de Salud, cuya estructura ofrece material educativo, apoyo técnico y capacitación sobre estrategias basadas en evidencia para prevenir el uso de tabaco y también promover la cesación de ese consumo, que es vinculado a ocho millones de muertes a nivel mundial cada año.
Una alianza creciente de prevención y acción tenaz contra esta nociva dependencia promoverá en Puerto Rico una población más saludable.