ATENCIÓN A LOS ADULTOS MAYORES Y A LAS PERSONAS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL
Ante el paso de un huracán, hay un sector de la población que estará en mayor riesgo: los adultos mayores y las personas con diversidad funcional. Sus cuidadores deben conocer bien sus necesidades para salvaguardar sus vidas.
En el caso de los adultos mayores, Guzmán expresó que sus cuidadores deben comprender las necesidades médicas, y las condiciones físicas y cognitivas que puedan afectar la capacidad de respuesta de esa persona durante una emergencia.
“Por ejemplo, basado en las necesidades físicas, con lo que es la transportación, si la persona necesita transportarse a un lugar seguro como un refugio, nosotros tenemos que entender cómo podemos apoyar a esos adultos mayores para que puedan tener esa movilidad para poder transportarse”, abundó Guzmán.
De igual forma, dijo que, con respecto a las condiciones médicas, tanto para los adultos mayores como para las personas con diversidad funcional, sus cuidadores deben tener un plan B si necesitan mantener medicamentos en condiciones frías o para operar equipo médico, en caso de que no haya energía eléctrica.
Además, se debe construir una red de apoyo para los adultos mayores y las personas con diversidad funcional. En la medida que sea posible, prepararlos para que puedan ser autosuficientes en caso de una situación de emergencia.
“A estas personas se les puede ayudar a identificar y conseguir los recursos que se necesitan para responder. También, pueden ayudarles después del desastre”, expresó Guzmán.
Después del huracán, la dificultad que los adultos mayores y las personas con diversidad funcional pueden enfrentar es la obstaculización de las carreteras producto de los escombros, obstruyendo las rutas de salida que habían planificado. Por esta razón, es importante la red de apoyo, ya que los vecinos podrían responder ante esta situación, indicó Guzmán.
Las tormentas tropicales o huracanes no se pueden detener, pero sí se pueden tomar las medidas necesarias con anticipación para protegerse.