La sequía permanente que nos impacta hace medio siglo
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Llueve o no llueve? Así comenzaba su alocución un simpático presentador del tiempo. El mensaje, sin embargo, implica que no tenemos control sobre si la naturaleza nos envía el tan esperado aguacero o no. Sobre los patrones de cuánto y dónde cae la lluvia no tenemos control. Sí deberíamos tener control en las estrategias que implementamos para reducir el impacto de las sequías. Lastimosamente, es en esa área donde tenemos la verdadera sequía permanente que nos ha impactado por siempre.
Por más de 50 años Puerto Rico pierde 50% o más del agua potable. Entre los costos de producirla y la pérdida de la venta, el impacto económico está cerca de $500,000 por día. Hagamos los números; es un montón de agua (al menos 250 veces el volumen de Toa Vaca, la represa más grande de Puerto Rico) y un montón de dinero ($9,125 MM).
La verdadera sequía (permanente) se nota, ya que entran y salen directores ejecutivos y la cosa sigue igual.
El sistema de agua potable consiste de cerca de 10,000 millas de tubería. Si podemos inspeccionar cada milla por día, nos tardaríamos cerca de 30 años. De seguro, antes de terminar el primer ciclo ya surgirían nuevos escapes, lo que hace este método bueno para los de a pie, que inspeccionan por 30 años, pero ineficaz y muy poco costoefectivo para el pueblo.
En este caso, la verdadera sequía (permanente) que podríamos controlar y no lo hacemos, está en que existen tecnologías innovadoras en el mercado que pudieran hacer esa inspección en una forma más rápida y costoefectiva (ejemplo por imágenes satelitales, utilizadas por la NASA para detectar agua en los planetas). Pero tal parece que preferimos hacer las cosas a la antigua, sin abrirnos al mercado para buscar e implementar mejores opciones para nuestros objetivos.
Carlos González San Juan