El Nuevo Día

“No soy fanática del boxeo”

La esposa del excampeón Miguel Cotto habla de lo vivido al lado de su esposo durante su carrera y repasa cuáles fueron los mejores y peores momentos

- SARA DEL VALLE HERNÁNDEZ Enviada especial

Canastota, NUEVA YORK. - Melissa Guzmán ha estado junto a Miguel Cotto desde que el otrora multicampe­ón mundial hacía un nombre como un cotizado boxeador aficionado.

Desde ese momento, conoció lo que era no ver a su compañero por largos periodos de tiempo mientras él se acuartelab­a para algún torneo o competenci­a con el equipo nacional.

Cuando brincó al profesiona­lismo tras su participac­ión de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, las ausencias aumentaron, a la vez que incrementa­ba la calidad de sus oponentes.

Como si fuera poco, veía con terror el castigo que su esposo recibía en los ensogados. De hecho, aún se espanta al recordar el estado en que quedó su esposo luego de la primera pelea contra el mexicano Antonio Margarito, reyerta en la que siempre quedará la duda de si el mexicano tenía yeso en sus guantes.

Cotto tuvo una brillante carrera como profesiona­l desde su debut en 2001 hasta su última pelea en 2017 ante Sadam Ali.

Igualmente estuvieron las situacione­s personales, que en su caso siempre tenían resonancia por el estatus de figura pública de su marido, pero que pudieron sortear como familia.

A días de que Cotto sea reconocido como un inmortal del Salón de la Fama del Boxeo como parte de la Clase 2022 en una actividad que se llevará a cabo mañana, domingo, en Canastota, Guzmán compartió detalles de su vida junto al cuatro veces excampeón divisional y conversó sobre el proceso para reinventar­se como fashionist­a, embajadora de marcas e “influencer”.

Se presentó impecable, como suele estar. Vestía un mahón de pierna ancha en color azul claro, una chaqueta en combinació­n y un bustier blanco. Se mostró simpática, conversado­ra y muy genuina en la entrevista con El Nuevo Día en el hotel Turning Stone Resort Casino, lugar donde se hospedan las personalid­ades que participan de esta exaltación.

¿Qué significa para usted este reconocimi­ento a Miguel Cotto?

—Son muchos sentimient­os. Es un honor. Sobre todo un orgullo que se celebre la gran trayectori­a. Es bien merecida. Miguel ha hecho de todo para llevar el boxeo a otro nivel. No todo el mundo lo logra, y él lo logró.

¿Cómo esposa de Cotto, que momentos le han traído mayor felicidad?

—El momento feliz fue cuando se retiró. Realmente, ese fue el momento de alivio. Fue cuando me dije: ‘Dios mío, no voy a tener más estrés’. Ese fue el momento más feliz.

¿Y cuál fue el momento más triste?

—La primera pelea con Margarito. Déjame decirte que no soy fanática del boxeo, soy solamente su esposa, que he estado ahí apoyándolo y he estado en las buenas y en las malas. Yo no sé en cuáles años fueron sus peleas o con quién peleó. Hay ciertas peleas que sí las recuerdo, pero lo que fue la pelea de Margarito fue horrible. Me impactó, fue bien dolorosa, traumática. No solo por lo que se vio en vivo, sino lo que hubo ‘backstage’.

En este punto de la conversaci­ón, Guzman detalló como si lo estuviera viviendo en ese momento que Cotto estaba casi inconscien­te y tenía la cabeza inflamada. Orinaba sangre y también sangró por las orejas. Añadió que la noche después de la pelea tenía que levantarlo cada hora para darle agua como si fuera un bebé recién nacido. En fin, fue una experienci­a que casi 14 años después todavía la estremece.

¿Temió lo peor?

—Definitiva­mente. Uno siempre tiene ese miedo con todas las peleas. Desde que empieza hasta que termina yo estoy que hasta me tiembla el pelo. Me tiembla todo y esoy rezando para que acabe. Los rounds se hacen eternos. Todo el tiempo pidiéndole a papá Dios que le dé sabiduría y que acabe lo antes posible.

“Hay ciertas peleas que sí las recuerdo, pero lo que fue la pelea de Margarito fue horrible. Me impactó, fue bien dolorosa, traumática. No solo por lo que se vio en vivo, sino lo que hubo ‘backstage’”

MELISSA GUZMÁN ESPOSA DE MIGUEL COTTO

Durante la carrera de Cotto salieron a relucir situacione­s personales que atrajeron la atención del público, que muchas veces comentaba o hacía juicios desde afuera. ¿Cómo manejó esas situacione­s como mujer y madre?

—Siempre van a haber rumores. Pero nosotros somos los que sabemos qué pasa en nuestro hogar. Yo siempre le he hablado a mis hijos y ellos saben cómo se mueven las cosas (en el hogar), así que no tienen que creer lo que dice la gente. El error más grande de los seres humanos –y me incluyo- es el suponer según lo que uno ve.

¿Quién es Melissa Guzmán?

— Qué difícil porque a veces uno puede describir a otras personas, pero uno describirs­e es tedioso. Pero soy una fajona. Soy como todo el mundo. Con buenos sentimient­os. Dejo de ser de mí para ser de los demás. Papá Dios me ha dado en la vida, más de lo que pensé. De no tener nada, lo tengo ‘todo’. Y no me refiero a lo material, sino tener un hogar y una familia. Eso es lo más importante.

Ya no eres solo la esposa de Cotto. Ahora eres una fashionist­a, ‘influencer’ y embajadora de marcas, ¿cómo surgió esa faceta?

—Eso se dio solo. La aceptación de las personas que se identifica­n conmigo, especialme­nte las mujeres. Porque me gusta apoyar a las mujeres. Se identifica­n conmigo porque soy siempre la misma. No me proyecto de una manera en las redes y en la calle de otra. Soy siempre igual.

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 ?? Enviada especial / vanessa serra ?? Melissa Guzmán dialogó con El Nuevo Día en Canastota, donde acompaña a su esposo Miguel Cotto para su exaltación al Salón de la Fama del Boxeo. Arriba, en una foto de archivo, Melissa junto a Cotto en una actividad.
Enviada especial / vanessa serra Melissa Guzmán dialogó con El Nuevo Día en Canastota, donde acompaña a su esposo Miguel Cotto para su exaltación al Salón de la Fama del Boxeo. Arriba, en una foto de archivo, Melissa junto a Cotto en una actividad.
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