El destino quiso que triunfara en Guaynabo
Mario “Quijote” Morales vivía en Bayamón y debutó en el BSN con Santurce, pero fue con los Mets que se hizo un mito
Para el fanático casual del baloncesto, el nombre de Mario “Quijote” Morales es casi sinónimo con el pueblo de Guaynabo. No es para menos: defendió los colores de los Mets por 22 de sus 24 temporadas en el Baloncesto Superior Nacional y hasta el coliseo donde juega esa franquicia lleva su nombre.
Lo que pocos conocen es que la primera pasión de “Quijote” fue el béisbol y que creció siendo fanático de los Capitanes de Arecibo y de los Vaqueros de Bayamón en el baloncesto. Incluso, por poco llega a ser ‘ vaquero’.
“Me crié con el béisbol como mi primer amor pues mi primer ídolo fue Roberto Clemente”, relató Morales.
“De adolescente podía recitar la fecha de nacimiento de Mickey Mantle y todos los detalles de los jugadores de su era. También me gustaba el baloncesto pues mi mamá es de Arecibo y allí la cultura del básquet era similar a San Germán. Era fanático de Arecibo, especialmente de Jaime Frontera y de Héctor Blondet, aunque seguía a jugadores de otros equipos, como Teo Cruz, Neftalí Rivera y Raymond Dalmau. Además, al vivir en Bayamón cerca de la cancha ‘Pepín’ Cestero, iba a ver jugar a (Mariano) ‘ Tito’ Ortiz, a Rubén Rodríguez empezando, a Rubén Montañez y a Billy Baum. Tito era el primero que donqueaba de espaldas en Puerto Rico y hacía temblar la Pepín Cestero. Fueron jugadores que cambiaron el baloncesto y eran los jugadores que quería imitar”.
Su afición por el baloncesto eventualmente superó su amor por el béisbol y dio pie a su ascenso en el BSN.
“Era malísimo bateando. Segundo, si vivías en Bayamón tenías dos alternativas: bailar salsa o jugar baloncesto. Yo tengo dos pies izquierdos para la salsa y tenía la estatura para el baloncesto, así que la decisión no fue difícil y a mis 15 años empecé a jugar baloncesto organizado bajo el dirigente Noel González en Sierra Bayamón. Un año más tarde empecé a jugar para el Colegio Lasalle y allí un amigo que se llamaba Fernando me apodó ‘ Quijote’ porque yo era un jugador alto y flaco que no pesaba ni 100 libras”, recordó Morales.
Precisamente, desde el Colegio Lasalle es que Morales fue reclutado para el BSN a sus 17 años de edad por Mickey Castro, entonces escucha de los Cangrejeros de Santurce.
“Me dijo que iba jugar en el cuadro regular desde el minuto uno”, relató Morales, que también tuvo una oferta de los Vaqueros para considerar.
“Ellos (Vaqueros) tenían a Roberto Valderas y me dijeron que yo vendría del banco. Roberto fue tremendo fajón y era alto, pero se equivocaron por casi 13,000 puntos (se ríe). Yo decidí ir a Santurce porque ya tenía mi puesto titular asegurado”, aseveró Morales.
Con Santurce, Morales llenó todas las expectativas tras promediar 19.3 puntos y 7.7 rebotes con solo 17 años de edad para agenciarse el premio de Novato del Año. Santurce jugaría una temporada más en el Coliseo Roberto Clemente en el 1976 antes de que la franquicia fuese mudada a Guaynabo a instancias de un alcalde deportista, Alejandro “Junior” Cruz, quien consiguió que el equipo fuese trasladado a ese municipio y donde Morales alcanzaría sus mayores éxitos.