Fallece Carlos Ortiz, primer doble campeón
Nacido en Ponce pero criado en Nueva York, ganó títulos en dos divisiones distintas y fue exaltado al Salón de la Fama
El excampeón mundial de boxeo Carlos Ortiz falleció en Nueva York, informó ayer la Organización Mundial de Boxeo.
Ortiz tenía 85 años y vivía en Nueva York. Es considerado uno de los mejores boxeadores en la historia de Puerto Rico. Terminó su carrera, que se extendió de 1955 a 1972, con marca de 61-7-1 y 30 nocauts.
Fue el primer puertorriqueño en ganar títulos mundiales en dos divisiones distintas. En el 1991, fue exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York.
Ayer, no se informó la causa de muerte.
Ortiz fue campeón mundial en las 140 y 135 libras. En el 2019, un panel de expertos convocados por El Nuevo Día lo seleccionó como el quinto mejor boxeador en la historia de Puerto Rico, por detrás de Wilfredo Gómez, Félix “Tito” Trinidad, Wilfred Benítez y Miguel Cotto.
Ortiz se coronó campeón mundial de las 140 libras el 12 de junio de 1959, noqueando en dos episodios a Kenny Lane en el Madison Square Garden de Manhattan.
El título lo perdió en su segunda defensa, el 1 de septiembre de 1960, cuando cayó por cerrada decisión mayoritaria ante el italiano Duilio
Loi, en Milán, Italia.
Afortunadamente, el cabildeo de su manejador para conseguir una oportunidad por el campeonato ligero rindió frutos poco después.
El 21 de abril de 1962 en Las Vegas, Nevada, Ortiz dominó a Joe Brown por decisión unánime para convertirse en campeón peso ligero (135 libras ) de la Asociación Mundial de Boxeo y en el primer boricua rey en dos divisiones.
SE DESARROLLÓ EN N.Y.
Nacido en Ponce pero criado en Nueva York, Ortiz se albergó en el boxeo para evitar los problemas en las calles neoyorquinas, a donde se mudó de muy chico junto a su familia.
Desde temprano en su vida boxística, Ortiz demostró gran capacidad asimiladora y fuerte pegada, al igual que un sólido desplazamiento en el ring y técnica depurada.
El fenecido cronista boxístico Mario Rivera Martinó describía a Ortiz como un púgil que podía “boxearle a los pegadores y pegarle a los boxeadores”, refiriéndose a su capacidad de utilizar de manera efectiva tácticas generalmente consideradas como contradictorias sobre el cuadrilátero.