Rigor y diálogo para sanar las finanzas municipales
Aguas Buenas y Humacao cuentan con nuevos alcaldes sobre los cuales recae la encomienda de garantizar una gestión libre de corrupción que brille también por la altura de sus estilos de gobernanza. Estos principios tienen que ponerlos en vigor cada uno de los 78 ejecutivos municipales.
En la nitidez de la rendición de cuentas sobre los procesos administrativos y las contrataciones está la clave para evitar nuevos fraudes contra el pueblo, como los que recientemente se han perpetrado desde jefaturas municipales, o desde rangos medios y supervisados. Al mismo tiempo, el liderato de los ayuntamientos deberá participar en diálogos edificantes con la Junta de Supervisión Fiscal en torno al futuro del Fondo de Equiparación que nutre las arcas municipales. Las conversaciones deben centrarse en propuestas constructivas, y de ninguna manera deben sucumbir a amenazas y otras prácticas obstruccionistas de los servicios que los municipios están llamados a brindarles a sus respectivos pueblos.
Pregonar la posibilidad de exponer a las poblaciones a carencias, y a riesgos sanitarios y de seguridad, acarrea una innecesaria temeridad y un irresponsable desapego de la misión pública. Por su cercanía con la gente, los municipios están diseñados para servir a sus pueblos, no a agudizar las precariedades ciudadanas.
Es significativo que, ante las inquietudes de los alcaldes, la Junta supervisora reconozca que “la estabilidad y sostenibilidad financiera es crucial para que los municipios puedan proporcionar los servicios que los residentes necesitan y merecen”. En tal sentido, es clave que se reafirme el compromiso de ejercer la responsabilidad fiscal mediante un gasto más eficiente, la promoción del desarrollo económico y la maximización del uso de los fondos provenientes de distintas fuentes.
Para combatir la insuficiencia de fondos en los ayuntamientos, que se agravaría con el corte de partidas en 2024, los alcaldes se han pronunciado dispuestos a considerar la consolidación de servicios municipales. Entre otras propuestas, anticiparon que favorecen la reestructuración del Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM), iniciativa que requeriría acción legislativa.
La puerta está abierta para maximizar los recursos operacionales y para revisar las estructuras que no son cónsonas con la realidad fiscal municipal y las necesidades ciudadanas. Será preciso calibrar los gastos y los resultados de iniciativas no esenciales.
A corto plazo, es importante que el ente fiscal y las jefaturas municipales examinen con ponderación las distintas alternativas, incluidas las propuestas que los alcaldes presentaron en una reunión con asesores de la Junta este lunes. Se impone un compromiso firme de todas las partes para escoger, en consenso, aquellas iniciativas viables que estabilicen las finanzas de los ayuntamientos.
A la par, el desempeño de excelencia por parte de los ayuntamientos será indispensable para recuperar la confianza que atraiga inversión y para motivar el desembolso ágil de los recursos federales y estatales. En la excelencia libre de corrupción y de negligencia estará la prueba que los electores necesitarán cuando midan la calidad de la gestión municipal en las urnas.
La desconfianza de los constituyentes fue evidente en las recientes elecciones especiales. En Humacao, por ejemplo, la participación electoral apenas superó el 54%, de un universo de 9,000 votantes hábiles.
Ante la limitación de recursos, agravada por acciones deleznables en ciertas poltronas municipales, la labor de los alcaldes y las alcaldesas tiene que ceñirse a la sana administración pública mediante la amplia rendición de cuentas. Este deber irrenunciable supone una supervisión estricta para garantizar el cumplimiento de las normas y los reglamentos.
El reto exige, particularmente, contrataciones limpias con el sector privado. Las prácticas correctas tienen que reflejarse en las transacciones relativas a las compras, los proyectos de construcción y los servicios, entre otras.
El momento convoca a renovar, con seriedad imperturbable, el compromiso de responsabilidad en la gestión municipal. Igualmente esencial es la apertura al diálogo que lleve a consensos de beneficio para cada pueblo, así como para todo Puerto Rico.