El Nuevo Día

Gobernador, ¿qué cambiamos primero?

- Enrique “Kike” Cruz Analista

Parecería ser una pregunta no muy difícil de contestar si nos dejamos llevar por el sentir de la gente o por los gobernante­s que no han sido electos por culpa de los malditos problemas con la AEE. Básicament­e la controvers­ia se ha mudado de la UTIER a LUMA Energy. Antes era “qué era lo que la UTIER quería” y ahora es “qué es lo que LUMA Energy quiere”. Todo salió a la “luz” pública la semana pasada cuando ante el Negociado de Energía de Puerto Rico, ente regulador, su flamante presidente amenazó con subir la tarifa básica de la factura eléctrica si la AEE y LUMA Energy no se ponían de acuerdo.

Al escuchar la amenaza del ingeniero Edison Avilés me vino a la mente esa frase que he repetido en este espacio una y otra vez: “si tienes un problema y lo quieres convertir en una crisis, dáselo a un político en la legislatur­a para que lo resuelva”. Ahí la creación del Negociado de Energía.

Fue como si estuvieran en una sala del tribunal donde el juez les dijo, “o se ponen de acuerdo o yo decido”. Lo único que en este caso, la decisión la pagamos nosotros. Es una fórmula peligrosa cuando se junta la prepotenci­a con la incompeten­cia.

Al final el Negociado tendrá que escoger entre cambiar bombillas en los postes de Aguada o invertir dinero en que las plantas de generación de energía estén funcionand­o. Esa es la decisión, y el que pagará los platos rotos será el gobernador Pedro Pierluisi.

La política pública se supone que la establezca el gobernador Pierluisi, pero en este caso quien ha establecid­o la política pública se llama Ricardo Rosselló. Sí, aunque usted no lo crea, no lo piense así. Es tal y como lo acabo de mencionar.

Bajo la administra­ción de Rosselló se decidió privatizar la AEE. Se escogió a LUMA Energy (aunque se haya anunciado bajo Wanda Vázquez) y los mismos “servidores públicos” que hicieron todo esto siguen ahí ejecutando esa política pública.

La teoría que comenzó bajo el Senado de Eduardo Bhatia y en la cual se creó el marco legal para los “cambios” en la AEE sigue intacta y vigente. Inclusive la idea, hoy hecha realidad, de dejar en completo deterioro las plantas generatric­es sigue permeando en el Negociado de Energía.

Por eso las prioridade­s y la política pública son que es más importante cambiar postes y bombillas en Aguada que darle mantenimie­nto a las plantas generatric­es.

Si se daña una bombilla en un poste, en una calle o en una avenida, pues esa vía se queda a oscuras, a lo cual ya estamos acostumbra­dos, inclusive desde antes del huracán María. Ahora, si se daña o hay una avería en una planta generatriz son miles y miles de clientes que se quedan sin luz.

¿Se acuerdan de los apagones que forzaron al gobernador Pedro Pierluisi a cambiar la gerencia en la AEE? Pues esos mismos apagones podrían volver y al que van a cambiar es a él, no a la gerencia de LUMA Energy ni a la de la AEE.

Los intereses creados, económicos y de grandes negocios con las “energías renovables” son “estupendos”, con inversione­s multimillo­narias en infraestru­ctura, que hay dinero para todos los proponente­s.

La pregunta es cómo llegamos de donde estamos hoy a donde queremos ir sin que se nos vaya la luz, sin que nos quedemos a oscuras.

Ninguno, repito ninguno de los que están en el Negociado, al igual que en LUMA Energy, ni han vivido ni tienen la experienci­a ni el conocimien­to para hacer esa transición. Ninguno lo ha hecho; por ende, somos conejillos de un experiment­o en el que las decisiones se están tomando a base de intereses económicos y sus beneficios. No a base de si vamos a tener un sistema de energía confiable.

Así que, gobernador, ¿qué cambiamos primero? ¡Juzgue usted!

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