Lo que debe hacer Joe Biden para frenar la venta de armas
Si el presidente Joe Biden, en lo que va de su mandato, le ha tomado demasiado cariño a la Casa Blanca, de modo que desearía permanecer en ella otro cuatrienio, lo más importante que debe hacer para ganarse el afecto casi unánime del pueblo es eliminar, mediante una orden ejecutiva o una enmienda a la Constitución, la venta de armas de fuego de alto calibre como el peligroso AR-15, que es el más utilizado en las masacres en Norteamérica. Esta nación siempre se ha presentado como la más democrática del planeta y donde se respetan los derechos humanos, sean de quien sean.
Hemos sabido que los armeros norteamericanos alegadamente costean las campañas de los senadores o son donantes de millones para conseguir que la Ley de Armas se mantenga como está. Mientras, siguen las matanzas y nadie mueve ni un pelo.
Es nuestra creencia que, siendo nosotros la más pequeña de las Antillas, poseemos una Ley de Armas muy superior a la de la nación de la cual somos colonia. En Puerto Rico es más difícil conseguirlas.
Si el señor presidente no consigue detener la venta doméstica de armas, que ordene que se coloquen detectores de metales en las entradas de las escuelas públicas y privadas. Además, en la legislación se limitarían las entradas a los planteles a una o dos, con un espacio libre para la entrada de los profesores.
Otra medida podría ser que los cientos de armeros norteamericanos comercien sus productos con otros países, limitando la venta local.
Nos preguntamos, ¿cómo es posible que el armero que le vendió los dos rifles y 160 municiones al joven asesino de 17 niños en Uvalde, Texas, no tuvo siquiera la curiosidad de preguntarle para qué necesitaba dos AR-15 y esa cantidad de balas? ¿No se comunicó con la Policía o fue que no le extrañó la acción de un cliente tan joven? Ese comerciante debe ser investigado. Claramente, se nota que su único interés era consumar la venta, sin importarle qué haría su cliente con esas armas.
Rogamos de todo corazón que Dios ayude a fortalecer a todas las familias que han pasado por el horror de perder a sus queridos nlños, en tan trágico capítulo de sus vidas y situaciones como esta no vuelvan a repetirse.
Rubén Darío Rodríguez Toro
Caguas