Vuela en su propia órbita
“Lightyear” se distancia de las cintas de “Toy Story” y de las mejores propuestas de Pixar
Aunque el estreno de “Lightyear”, la nueva producción animada de Pixar y Disney, tiene ver directamente con el éxito de las películas de “Toy Story”, esta película no comparte ni el sentido del humor, ni el tono agridulce o el ingenio creativo de esos filmes. De hecho, una de las sorpresas más grandes es cuan diferente registra esta película dentro de la distinguida filmografía de Pixar Animation ( “Luca”, “Coco”, “Finding Nemo”). Para estar claro, esta película es sin duda divertida y entretenida, pero eso no quita que “Lightyear” no comparta la profundidad emocional o la ambición artística de los filmes de estos pioneros de la animación digital.
Cabe la posibilidad de que si la cualidad distintiva de “Lightyear” es que no parece una producción de Pixar es que esto haya sido adrede. Lo primero que el publico ve en este filme es una introducción donde se le dice que esta es una película que en 1995 fascinó tanto al personaje de Andy, el niño que era dueño original de los juguetes de “Toy Story”, que su mamá decidió comprarle el juguete del personaje titular. Así que lo que llega a los cines esta semana es entretenimiento ágil para toda la familia que se deleita en jugar con las convenciones de películas de aventuras, fantasía y ciencia ficción. En el centro de esto hay una versión de “Buzz Lightyear” mucho más tradicional, que con la trama del filme aprende una lección positiva, que no deja de ser simple y predecible.
En esta aventura, Buzz (Chris Evans) es miembro de la Unidad de Protección del Universo de Space Ranger, entidad elite que protege la galaxia de la amenaza del malvado emperador Zurg, el peor enemigo de la malvada Galáctica. Cuando una misión no sale como había planificado el protagonista queda varado en un planeta donde tiene que aprender el valor de trabajar en equipo para poder salvar el universo.
Aunque hay una lectura de este filme que va a deleitar a los fanáticos de las películas de “Toy Story” con referencias evidentes y sutiles a esas películas, el atractivo principal de la producción es cómo el guion juega y subvierte las convenciones de los géneros que alimentan la trama. Como consecuencia, los momentos que tratan de generar la resonancia emocional de la primera secuencia de “Up” o los que tratan de acentuar la evolución positiva del personaje titular se sienten forzadas o no registran con el mismo impacto.
“Lightyear” no está al mismo nivel que los mejores filmes de la franquicia de “Toy Story”, pero funciona como el tipo de película que estimula la imaginación de los más pequeños del público a querer seguir teniendo aventuras con el personaje titular.