El comunicado de José Luis Dalmau
“Este comunicado soñador, irresponsable, repetitivo y necio de Dalmau convence a cualquiera de quiénes son los causantes del daño casi irreparable que se ha perpetrado contra nosotros”
En días recientes se celebró en San Juan una vista en la que, según José A. Delgado en un artículo de este diario: “Cara a cara con el liderato del PPD la jefatura del Comité de Recursos de la Cámara baja descartó… que haya espacio en su borrador de legislación para incluir el status territorial vigente en un plebiscito sobre el futuro político de Puerto Rico”. Entonces, el presidente del PPD estuvo acompañado por dos exgobernadores que de tanto favor popular ni siquiera se presentaron a la reelección, de dos políticos que no han ostentado cargo electo alguno en casi tres décadas, de un alcalde de un municipio discreto y de un acompañador de comités desde su tierna infancia. A pesar de la distinción, los buenos trajes, su incalculable nivel intelectual, el prestigio de sus ejecutorias en cargos que una vez dejados los llevaron, en la mayoría de los casos, a una lenta y agónica obsolescencia en el comentarismo mercenario y rojo del bipartidismo dogmático y nostálgico del poder de otros tiempos, el presidente del PPD reconoció que los miembros demócratas (los republicanos con voto ni siquiera consideraron tirarse al cuerpo dos días de desvaríos y paquetes de sus frágilmente unidos conciudadanos territoriales), reconoció decía, que “No se mostraron receptivos”.
Quizá para remediar esta situación, en la que se interpretó como un problema de “receptividad” lo que fue claramente un no rotundo, José Luis Dalmau puso a trabajar las neuronas y ya entrada la semana emitió un comunicado de prensa en el que con su contenido renovador y nulo no fue capaz de provocar un parpadeo involuntario. Luego de casi 80 años en esta machaca el heredero de Muñoz prometió una votación intramural que consulte a la petite base “sobre el modelo de desarrollo del ELA y cuál estarán presentando ante el Congreso…”.
Si Muñoz fue un Darío en miniatura, Dalmau es el Xerxes subatómico de este cuatrienio, que contrario a los emperadores persas de antaño tuvieron en sus manos un poder imaginario de tal magnitud que en su viaje pensaban que alteraban la historia del mundo. De este modo, según el presidente del Senado colonial: “Algunos buenos populares han planteado que esta ruta debe ser hacia la libre asociación, mientras otros hemos expresado que el futuro del ELA debe crecer sobre su propio entorno y propósito original”. El texto, reconozco, es oscuro, pues es tal la enjundia y la actitud repleta de sanas intenciones de Dalmau, que este amerita una suerte de “traducción”. Por “algunos buenos populares que han planteado una ruta hacia la libre asociación”, Dalmau se refiere a la asociación amateur de masoquistas que se empecina en pertenecer a la grey roja. “Mientras otros”, aquí Dalmau utiliza admirables sutilezas retóricas para referirse a dos exgobernadores que de tanto favor popular ni siquiera se presentaron a la reelección, a dos políticos que no han ostentado cargo electo alguno en casi tres décadas, a un alcalde de un municipio discreto y a un acompañador de comités desde su tierna infancia y a sus de un tiempo a esta parte menguados adláteres que siguen la indinámica doctrina de Nadal Power.
Por último, al afirmar que “el futuro del ELA debe crecer sobre su propio entorno y propósito original”, Dalmau realiza un giro autoreferencial, que desemboca en una especie de propuesta en la que se le pide al pueblo puertorriqueño que se comprometa con ser tan ilusos y oportunistas como los dos exgobernadores que de tanto favor popular ni siquiera se presentaron a la reelección, dos políticos que no han ostentado cargo electo alguno en casi tres décadas, un alcalde de un municipio discreto y un acompañador de comités desde su tierna infancia. A pesar de que el propio entorno y propósito original del ELA tiene la virtud de ser simultáneamente imaginario y claustrofóbico, Dalmau vislumbra un futuro sexy para su partido.
Ajeno al mundanal ruido, en unión mística con los padres fundadores del privilegio estadolibrista, en un nimbo de partidismo y metafísica, el admirable presidente del Senado colonial preconiza, promueve y mete el mocho sobre “un nuevo modelo de desarrollo autonomista del ELA que preserve nuestro gobierno propio, nuestra autonomía fiscal… los privilegios que nos concede nuestra ciudadanía americana”. ¡Un ELA autónomo, asociado a un Estados Unidos cuya jurisprudencia no reconoce la autonomía, sin Junta de Control Fiscal, superior a toda forma política conocida! ¡Un ELA superior a la razón que haga política más allá de la realidad!
Por suerte, y este es el punto mayúsculo de su comunicado, el presidente del Senado informa a la petite base colorada, que a través de su voto será consultada sobre el futuro de lo que no existe y, especialmente, sobre quién seguirá cortando el bacalao en el partido de lo que nunca ha existido: “…hoy les adelanto que me pondré a la disposición del pueblo popular para continuar en la presidencia del Partido Popular Democrático y, además, que haré campaña y pediré un voto afirmativo por el desarrollo del Estado Libre Asociado que es la obra cumbre del fundador de este movimiento de cambio social que se llama Partido Popular Democrático”.
Una vez más el talento de Dalmau pide interpretación. “Ponerse a disposición del pueblo popular para continuar en la presidencia del Partido Popular”, significa que de aquí no me saca nadie y, simultáneamente, le envía un mensaje claro a Tatito y sus secuaces, miembros de una asociación muñocista dispuesta a todo para convertirse en el futuro cercano en un gobernador que de tanto favor popular ni siquiera se presente a la reelección. El apotegma final de Dalmau que lee: “haré campaña y pediré un voto afirmativo por el desarrollo del Estado Libre Asociado que es la obra cumbre del fundador de este movimiento de cambio social que se llama Partido Popular Democrático” es en extremo profundo, porque invita a considerar los infinitos niveles y las eternas consideraciones del intríngulis entre cobardía activa y parálisis psíquica.
Luego del éxito rotundo en la vista congresional del presidente del PPD y de dos exgobernadores que de tanto favor popular ni siquiera se presentaron a la reelección, dos políticos que no han ostentado cargo electo alguno en casi tres décadas, un alcalde de un municipio discreto y un acompañador de comités desde su tierna infancia, este comunicado soñador, irresponsable, repetitivo y necio de Dalmau convence a cualquiera de quiénes son los causantes del daño casi irreparable que se ha perpetrado contra nosotros, los que somos parte del pueblo de Puerto Rico y no queremos imponerle a nadie que siga viviendo en las nubes.