Llevan salud visual al pueblo guna en Panamá
Escuela de Optometría tuvo a cargo el primer estudio de las características oculares de una población indígena en ese país
El primer estudio de las características visuales de una población indígena, en Panamá, fue realizado por alumnos y profesores de la Escuela de Optometría de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, quienes no solo atendieron e identificaron condiciones en más de 700 personas, sino que donaron equipos –como lupas y espejuelos– para mejorarles la calidad de vida y darle continuidad al proyecto.
Del 25 al 27 de mayo pasado, el grupo visitó la comunidad guna, en Ciudad de Panamá, considerada una de las más pobres y necesitadas en el país centroamericano. El pueblo ubica al lado de un vertedero municipal y, según el doctor Héctor Santiago, catedrático y director de Investigación de la Escuela de Optometría, “estas personas jamás se habían examinado” su salud visual.
“Están lejos de donde suelen vivir como tal (costa este del Caribe e islas San Blas), pero son una comunidad que se mueve por la pobreza y por el daño ambiental del calentamiento global. Sus islas están quedando sumergidas en agua (por la subida del nivel del mar) y se van a la ciudad, donde viven en condiciones de extrema pobreza”, dijo, tras exponer que, bajo esas condiciones, el cuidado de los ojos no necesariamente es una prioridad.
Para hacer el estudio, lo primero fue obtener el aval de la junta revisora de la Interamericana. Una vez en Panamá, cada participante llenó un relevo, que daba autorización hasta para la toma de fotos. Siguiendo un estricto protocolo, se establecieron cinco estaciones de trabajo.
Orlando Medina, estudiante de cuarto año en la Escuela de Optometría –y uno de los 15 que hizo el viaje junto a siete profesores–, explicó que las estaciones se dividieron de la siguiente forma: 1) información de los pacientes, 2) exámenes de entrada y asesoría sobre la necesidad visual inicial, 3) examen de la vista completo para asegurar la idoneidad de las recetas, 4) evaluación de la salud anterior del ojo (córnea, párpados, etc.), y 5) evaluación de la salud posterior del ojo (retina). Los investigadores rotaban por cada una.
“Fue una experiencia que nos expuso a un ambiente que no tenemos en Puerto Rico. Fue de enriquecimiento profesional, académico y personal, que me demostró que mi pasión es el servicio, que es un requerimiento para el campo de la optometría”, afirmó Medina.
Santiago indicó, entretanto, que el estudio es “único” desde el punto de vista de investigación epidemiológica. Señaló que, en Latinoamérica, se han hecho “tres o cuatro” estudios de características visuales en comunidades indígenas, pero “ninguno con un protocolo tan escrito como el nuestro para obtener datos fidedignos”.
Por ejemplo, mencionó que, para evaluar niños, se usaron agentes ciclopléjicos, unas gotas que paralizan el sistema de enfoque y permiten saber “el error refractivo” (si se necesitan o no espejuelos). “Eso nunca lo habíamos hecho en una misión y fue parte del protocolo”, dijo el catedrático, quien resaltó que la Escuela de Optometría lleva 35 años realizando “viajes de salud visual” a diversos países.
De los 4.2 millones de habitantes que tiene Panamá, poco más de 400,000 son indígenas u originarios y, de esos, 80,000 son gunas. Los investigadores llegaron al pueblo en la capital por referencia, tras un primer viaje al país hace cuatro años.
LOS HALLAZGOS
Aunque los resultados aún son preliminares, Santiago destacó, en primer lugar, que el 80% de los pacientes examinados necesita espejuelos, una cifra que duplica la que suelen encontrar en los viajes misioneros.
Detectaron gran prevalencia de astigmatismo corneal y miopía alta, así como de albinismo oculocutáneo. Esta última es una condición genética en la que las personas carecen de pigmentación en la piel y los ojos y su visión es muy pobre. “La condición es alta porque hay bastantes matrimonios entre familiares cercanos, como primos”, dijo.
Medina añadió que, en adultos, notaron alta prevalencia de pterigiones o “telas en los ojos” y, en ancianos, de cataratas. “Ambas condiciones son resultado del impacto del sol y el reflejo de la luz”, señaló.
“Había pacientes que necesitan tratamiento para glaucoma y cirugía de cataratas. Como teníamos un oftalmólogo panameño, pudimos hacer los referidos a hospitales y daremos seguimiento. No va a ser fácil cubrir (el costo de los tratamientos), pero, en enero de 2023, va a haber una misión de oftalmología, en Panamá, y estamos haciendo los arreglos para que los pacientes de la comunidad guna sean atendidos”, relató Santiago.
Detalló que, antes de regresar, repartieron lupas, prismas, cartillas de agudeza visual y agentes ciclopégicos para el análisis en niños en el pueblo. También, dejaron varios equipos, como un autorefractor (permite detectar automáticamente si alguien necesita espejuelos) y un foróptero con trípode portátil (permite replicar el examen visual que se realiza en oficina).
“Recibimos un donativo de 10,000 monturas. Usamos entre 400 a 500 y dejamos más de 2,000 para que continúen el proyecto. El Club de Leones de Panamá se encargará de hacer los espejuelos en un laboratorio local. También, gracias a un donativo de la fundación Vision for Life, entregamos como 400 espejuelos ‘clip-on’, que se hacen al instante”, contó.
ESTABLECEN ALIANZA
Como otra característica “única” del estudio, Santiago acentuó que, por primera vez, se estableció una alianza –“que nace de un acuerdo”– entre la Interamericana y la Universidad Especializada de las Américas (Udelas), en Panamá, que tiene un programa de optometría.
Así, 19 estudiantes y cuatro profesores de la Udelas se integraron al estudio en la comunidad guna. “Fue una oportunidad para que estudiantes y facultad de Puerto Rico y Panamá se unieran y compartieran a nivel de cuadro clínico y servicio comunitario, pero también culturalmente”, dijo, tras subrayar que la junta revisora de la Udelas también aprobó el protocolo de la investigación.
“Lo otro que hace único este estudio es que se unieron muchas organizaciones, y eso fue importante porque pudimos obtener fondos para el equipo que se les dejó para que continúen con el proyecto. La idea no era poner un granito de arena en tres días de visita, sino que el proyecto tuviera sustentabilidad”, añadió.
Además del Club de Leones, Vision for Life y la Udelas, colaboraron las entidades Optometry Giving Sight, Vision Impact Institute y VOSH/International.
El decano de la Escuela de Optometría, Andrés Pagán, afirmó que las cualidades del estudio responden a que “somos una escuela internacional”, en la que siete de cada 10 alumnos son de Estados Unidos, Latinoamérica u otros países. Agregó que la Interamericana es una universidad ecuménica cristiana, que promueve los valores del servicio comunitario.
“Llevamos 35 años haciendo misiones… llevando servicios de salud visual a comunidades pobres e indigentes. Todos los años, vemos entre 600 y mil pacientes en cada misión, y hacemos desde exámenes de la vista y detección de enfermedades en los ojos hasta cirugías (correctivas), entre otros servicios. Son actividades que enriquecen nuestro sistema educativo y a los estudiantes porque, por un lado, observan desde patologías y enfermedades con prevalencias que no se ven en Puerto Rico y, por el otro, se exponen a ambientes socioeconómicos diferentes. Todo eso los ayuda a sensibilizarse y adquirir una perspectiva distinta”, sostuvo Pagán.
La estudiante de cuarto año Tiari-Jay Fernández , natural de Hawái y quien también viajó a Panamá, confirmó lo dicho por el decano. Para ella, al igual que para Medina, esta fue su primera misión humanitaria.
“Fue una experiencia asombrosa. Nunca había estado expuesta a proveer servicios a personas con tantas necesidades y fue realmente enriquecedor. En Panamá, fue interesante practicar mi español e, incluso, dar servicio a personas que no hablan ese idioma”, dijo Fernández, en referencia a que, en ocasiones, necesitaron traductor porque los pacientes solo hablaban el dialecto guna.
“Fui afortunada al trabajar en las distintas estaciones y poder darles seguimiento a los pacientes… ver dónde y cómo vivían y, al final, entregarles espejuelos y otras ayudas”, agregó.
LO PRÓXIMO
Por los próximos dos meses, los investigadores, en Puerto Rico y Panamá, se dedicarán a analizar los datos de los más de 700 pacientes que atendieron. Según Santiago, para cada paciente “hay alrededor de 80 datos distintos, así que son decenas de miles”.
Entre otras cosas, precisarán la prevalencia de errores refractivos y enfermedades. Además, se examinarán los resultados de una encuesta en la comunidad, que se hizo para auscultar sus actitudes y conocimientos sobre salud visual.
“Vamos a analizar todo eso y, luego, esperamos presentar los datos en congresos científicos, la Academia Americana de Optometría y en una publicación”, acotó.
“El sentimiento que tenemos los que fuimos (a Panamá) es de gratitud y el deseo de poder seguir dando servicios a los necesitados” ORLANDO MEDINA ESTUDIANTE DE OPTOMETRÍA
“Hay un compromiso de que el resto de la población va a ser examinada antes que finalice el 2022” HÉCTOR SANTIAGO CATEDRÁTICO DE LA ESCUELA DE OPTOMETRÍA